¿Hasta dónde llega el verdadero amor?, y la respuesta la empezamos a conocer la semana pasada, cuando fuimos a Miguel Auza, Zacatecas, a acompañar en su adiós a esta tierra al estimado y querido Miguelito Morales Ruelas, un pariente especial, del que aprendimos tanto y gozamos tanto de su bonhomía y su capacidad para enfrentar el infortunio.
Fue un gran aficionado a todos los deportes, pero tuvo especial preferencia por el futbol, y fue el más fiel seguidor de las Chivas Rayadas del Guadalajara. Creció con amor a este equipo, y éste se lo transmitió a sus hijos y nietos. Cuando conoció que apoyábamos al Laguna y al Torreón y después al Santos Laguna, nos dijo, tú sigue con lo tuyo y déjame lo mío.
Cierta vez le impusieron un veto al Santos y tuvimos que trasladarnos a Zacatecas para disputar un partido contra las Chivas. El primero que apareció cuando llegamos a la capital de nuestro Estado natal fue Miguelito, que ahí vivía, y nos dijo, con esa capacidad de atender a sus semejantes: "Pariente, mi casa es tu casa y la de El Siglo, ahí instala tus oficinas y tus laboratorios".
Y días antes del partido, en la misma fecha del encuentro, su casa fue una extensión de este Diario, donde las facilidades las ampliaban sus hijos, especialmente Marco Polo. Ramón Sotomayor y Claudio Martínez supieron de la hospitalidad sin límites de Miguelito. Una enfermedad lo dejó sin vista desde hace años, pero eso nunca lo amedrentó, sino que lo hizo crecer como los grandes.
Apenas regresamos de Sud-áfrica, vimos en su casa parte de las finales. Él cerca de la televisión escuchaba y se emocionaba, como si estuviera viendo todo. Estaba feliz de que estuviéramos en su casa sabiendo que acabábamos de regresar de los escenarios donde seguía jugándose el Mundial. Su familia estaba igual de contenta y emocionada.
Y a fines de la semana anterior que estuvimos en su sepelio, nos impactó ver su féretro cubierto con una camiseta nuevecita de las Chivas, la que le fue puesta en su última morada, como fueron sus deseos. El Rebaño perdió a uno de sus más fieles seguidores sin siquiera saberlo. Nosotros pensamos que el verdadero amor va más allá de la muerte, porque es más fiel que la veleidosa vida.
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