Desde siempre, incluso antes de iniciar los estudios de Derecho, supimos que hay acciones del ser humano que no se toleran ni perdonan fácilmente, y entre ellas está la ostentación y el escándalo. Expliquémonos mejor, incluso poniendo ejemplos:
Desde hace mucho sabemos que algunos deportistas, no todos, gustan de llevar una vida disipada, importándoles muy poco la fama pública que como figuras importantes en una sociedad poseen. En cambio otros van dejando constancia de su respeto a sí mismo, su familia y los demás.
Los dos ejemplos en cada caso son conocidos mundialmente. Diego Armando Maradona representa muy bien a los primeros, sus facultades jugando al futbol son innegables, pero en su vida privada no sólo ha dado mucho de qué hablar, sino que ha estado a las puertas de la muerte.
El reverso de la medalla lo es Edson Arantes do Nascimento. Le dicen El Rey y su vida privada la ha cuidado lo más posible, por ello tiene un lugar especial en la FIFA y en todos los eventos importantes a los que regularmente asiste, donde es muy bien recibido.
Todo lo anterior viene a cuento por lo que ha ocurrido con buena parte de nuestros seleccionados nacionales en el futbol. Estuvieron de fiesta en Monterrey después de su partido ante Colombia y se ha hecho un gran escándalo, castigando a algunos porque no se ocultaron.
Nadie quiere unos santos entre los famosos, pero por bien de su imagen deben cuidar las apariencias. Nadie es perfecto en la tierra, pero lo que no se perdona en ningún caso es la ostentación y el escándalo. Muchos hacen mil cosas más, pero tranquilitos y a sus horas.
Mruelas@elsiglodetorreon.com.mx
