El caso de los seleccionados de futbol debe ser el detonante para iniciar por fin una nueva era en el futbol mexicano, donde haya liderazgo de parte de los directivos y de los mismos jugadores. Un liderazgo acorde a la categoría y desarrollo que va logrando nuestro futbol.
A don Justino Compeán y Decio de María les llega la oportunidad de mostrar su capacidad para resolver este torito, que no es ni un miura ni mucho menos. En tanto que por parte de los jugadores se ve enojo y falta de prudencia de Rafael Márquez, que se abroga papel de líder.
Empieza mal sus funciones peleándose con algunos, entre ellos los medios de comunicación, que con el colmillo que poseen están sólo a la espera de cualquier resbalón para hacerlo notar. Entonces, no va por ahí el inicio de lo que el mismo Márquez llama una nueva etapa.
A muchos aficionados ni les va ni les viene este caso, simplemente porque saben de la naturaleza del ser humano, tan propenso a tropezarse hasta con la misma piedra, y tampoco le resta las ganas de ir a presenciar los partidos.
Va a ser interesante lo que harán unos y otros para salir de este embrollo, causado por la naturaleza misma de los protagonistas, que jóvenes al fin, hicieron lo que quisieron cuando se sintieron liberados de su compromiso ante Colombia, y lo seguirán haciendo por sécula.
Ahora habrá que conocer el punto de vista de los dueños del balón, de los que ponen los dineros para gastos, salarios, viajes, campos, etcétera, etcétera. Esta es la historia que siempre ha estado tras bambalinas y que suena más fuerte cuando alguien mueve las cortinas.
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