En nuestro futbol hay cosas raras e incomprensibles. Está, por ejemplo, el caso de Oswaldo Sánchez, quien vive, para muchos, la mejor etapa de su carrera como arquero, con actuaciones sobresalientes en cada jornada, dignas para estar en la Selección Nacional.
Y sin embargo no se le toma en cuenta. El mismo caso de su suplente, Guillermo Ochoa, tan publicitado antes del Mundial de Sudáfrica e inexplicablemente dejado en la banca por Javier Aguirre en todo el torneo mundialista, poniendo en su lugar a Óscar Pérez, un veterano que ni equipo tenía.
Está lo del tiempo transcurrido sin que nuestra Selección tenga técnico, recurriendo a interinos que no se quedarán porque por más méritos que hagan sólo los tienen ahí para perder el tiempo, algo en lo que son especialistas nuestros directivos futboleros.
Volviendo a Oswaldo, a nosotros nos consta la forma en que trabaja diariamente, en cómo cuida su imagen a pesar de las muchas tentaciones que tienen jugadores de su talla. Además ha sabido comportarse como auténtico capitán dentro y fuera de la cancha.
Dicen que incluso se ha echado culpas que no ha tenido, todo para proteger a quienes han estado a su cargo. Lo bueno es que a él lo único que por ahora la interesa es cubrir lo mejor que puede el arco santista, que se abrió de par en par cuando estuvo lesionado.
Hoy día, en Santos Laguna hay mucha gente que trabaja al estilo de Iván Estrada y de Oswaldo Sánchez, como son Fernando Arce, Juan Pablo Rodríguez, Rodrigo Ruiz, y el mismo Rafael Figueroa a pesar de que no se le toma en cuenta, y también hay otros que se la pasan sin pena ni gloria, pero cobrando puntualmente.
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