La nostalgia nos llevó ayer a la colonia Las Carolinas, al lugar donde estuvo por muchos años el Estadio Corona, que nació como Moctezuma, construido por Juan Abusaíd Ríos, convertido después en Corona, comprado por Salvador Necochea y un grupito de laguneros, hasta que todo lo adquirió la empresa Modelo.
Ahí estuvimos recordando tantas cosas. Cuando jugaban los Diablos Blancos, cuando administraba Carlos Gómez de la Fuente, después Joaquín Zorrilla, etcétera, etcétera, hasta que Abusaíd Ríos decidió vender el Torreón y luego pasó a jugar ahí el Laguna hasta que también fue vendido. Luego vinieron años de abandono y olvido para el lugar.
Hasta que un día Salvador Necochea llegó a hacer tratos con Juan Abusaíd comprándole el lugar, acompañado de unos cuantos laguneros. Más tarde, cuando por fin la Modelo aceptó entrar de lleno a patrocinar totalmente al Santos, puso como condición que los nuevos accionistas le vendieran sus acciones.
Ahí se conquistaron los tres títulos que tiene ahora el equipo de la Comarca, y un día como hoy, hace un año, se celebró el último partido en ese estadio, entre Santos y Pumas, que terminó con empate a un gol, tantos anotados por Pablo Barrera al minuto 10 a pase de Dante López y de Vicente Matías Vuoso al 66, aprovechando un rechace de Sergio Bernal a disparo de Darwin Quintero.
Sería pues Vuoso el último en anotar en el viejo estadio que al día siguiente empezó a demolerse ante la sorpresa general. Hoy, no hay nada ahí, sólo recuerdos y el viento que levanta polvaredas, donde Jared Borgetti aprovechaba los servicios de Rodrigo Ruiz para convertirse en figura y campeón de goleo.
Hoy, hace un año estuvimos en la despedida del viejo inmueble, añorando, secando con el fresco de la tarde la humedad que se asomaba por los ojos, porque ahí vivimos muchas cosas inolvidables. Ahí vivimos experiencias que regalamos hoy a nuestros hijos y nietos, porque de alguna u otra forma entramos en la vida de esta casa que se acabó.
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