El cuarto título del Santos Laguna llegará. No hay duda. ¿Qué falta? En la campaña anterior se estuvo a un paso de lograrlo, porque cuando Oswaldo Sánchez se había cubierto de gloria, parando penales a jugadores de gran capacidad para anotar, aparecieron las circunstancias, vestidas también de jugador, y para colmo de males con el uniforme santista.
Camisetas, banderolas y diferentes souvenirs tuvieron que guardarse, mientras que las botellas de champán se quedaron abandonadas, pues nadie quiso ya destaparlas. La reacción apareció pronto en la cara y las palabras de Alejandro Irarragorri, quien aceptó la realidad y prometió seguir en la lucha para lograr la cuarta corona.
Y al iniciar esta temporada todo indicaba que Santos Laguna se encaminaría temprano al título por estar bien conformado y con mucha capacidad de gol, así que los partidos de arranque los ganaba con cierta facilidad, y por goleadas, ante rivales de primer nivel, pero pronto el conjunto de la Comarca empezó a mostrar irregularidades.
Combinaba las de cal con las de arena, aunque al principio sus deseos de triunfo estaban siempre manifiestos, con muchas llegadas al marco contrario, sin concretar muchas opciones, hasta que ya casi al final de esta temporada se ha visto una irregularidad aún mayor, pues ya no hay aquella entrega del principio.
Son muchos los aficionados comarcanos que opinan que todos los equipos le han tomado la justa medida al sistema de Rubén Omar Romano, porque le faltan variantes a la ofensiva y porque se aferra a utilizar gente que no le rinde, mientras deja en la banca a los que podrían ayudarle.
Detrás, pendiente de prácticas y partidos, continúa Alejandro Irarragorri, quien seguramente podría hablar si las cosas no se dan y si Santos Laguna continúa con esa irregularidad tan manifiesta, que no va de acuerdo con un buen plantel donde hay muchas estrellas de probada calidad pero que no rinden.
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