En el emirato árabe de Qatar, allá por 2022, cuando se realice el Mundial de Futbol, muchas cosas podrían cambiar, por ejemplo la fecha de celebración de la gran competencia, efectuada siempre por los meses de junio y julio. Y es que en esos meses el calor en ese pequeño país es extremadamente caluroso, con temperaturas arriba de los 40 grados.
Entonces hay el proyecto, que analiza detenidamente la misma FIFA, de cambiar el mes para evitar las altas temperaturas que dañan a competidores y espectadores, pensándose en una estación invernal para realizar la justa. Sería el primero de muchos cambios que ya se contemplan con gran cuidado.
Queda el antecedente de que el pasado Mundial, celebrado en Sudáfrica, se efectuó en el invierno de dicho país, lo que dicen afectó también a jugadores y aficionados. Recordamos que algunos encuentros, como lo describimos aquí, los presenciamos con ambiente propio de los pingüinos de Ciudad del Cabo.
Y es que es importante tomar en cuenta los diversos factores que influyen en una competencia tan popular y tan preferida por millones y millones de aficionados. En México, por ejemplo, en algunas plazas como la de la Comarca Lagunera se ha dispuesto que a los 30 minutos de juego se haga un receso para que los jugadores tomen aire y agua, debido al calor imperante.
Esa experiencia del clima la vimos ya en Sudáfrica, donde algunos equipos no entrenaban al cien por las bajas temperaturas, y en las tribunas sufríamos todos por lo extremoso del clima. Además de la cuestión climática, en la FIFA se sigue estudiando la posibilidad de adentrar la tecnología en algunos momentos de los partidos.
Sobre todo cuando aparecen goles dudosos que han hecho historia, y entre los que sobresale el de la famosa mano de Maradona, que él llamó simplemente la "Mano de Dios". Así que, esperemos que en el 2022 haya cambios en bien de esta rama que tanto apasiona en todo el mundo.
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