El 28 de Mayo de l968 nació en Gómez Palacio, Dgo. Jesús Mena Campos, hijo del contador Jesús Mena López y la Sra. María Guadalupe Campos de Mena, quienes radicaron con sus hijos Jesús, Didier y Enevy en la Colonia Álamos del Estado de México, rumbo a la salida a Querétaro.
Los pequeños estudiaban en el Instituto Franklin, donde todos demostraron amor por el deporte, especialmente por la natación. Como el Sr. Mena trabajaba como auditor de la Secretaría de Salubridad, decidió inscribir a sus hijos en Unidad Cuauhtémoc para que aprendieran a nadar.
Ahí a Jesús, después de aprender lo básico de la natación, le entró la curiosidad por los clavados, y como la verdad no le llamaba mucho la atención estar dando de brazadas en el agua, le gustó más aprender los secretos del trampolín, a pesar del miedo que le ocasionaba la altura.
Jesús y Didier, a escondidas de su madre, empezaron a practicar los clavados, aprovechando las lecciones del profesor José Luis Bravo, quien posteriormente los presentó con Gustavo Osorio, que era quien entrenaba a los clavadistas.
Desde los 11 años de edad, Jesús Mena empezó a ganar torneos y pronto estuvo en torneos nacionales, de Estados Unidos y Europa hasta que en 1988 asistió a los Juegos Olímpicos, celebrados en Seúl, Corea, donde conquistó medalla de bronce en plataforma de l0 metros.
Doña Guadalupe, su madre, recordaba así aquel día glorioso del 27 de Septiembre de 1988 con estas palabras: A Saúl, Corea, viajó un chamaco sencillo y regresó un hombre más sencillo aún. La fama en él operó en sentido inverso a lo que solemos conocer. Lo volvió más humano, pues maduró como hombre.
