Anoche empezábamos a conciliar el sueño temprano, cuando de pronto tuvimos una terrible pesadilla. Parecía que regresaban las Chivas Rayadas y nos apedreaban con fuerza la casa, y luego lo hacían los Jaguares de Chiapas, y para rematar hasta los desmantelados Pumas.
No era pesadilla, sino una fuerte granizada que abatió nuestra ciudad y que llenó de zozobra a muchos laguneros, pero esto vino a cuento por tanto descalabro que ha tenido el equipo de la Comarca en las últimas fechas y que amenaza con retirarlo de la liguilla.
De pronto aparecen los fenómenos no esperados como este de anoche, y de repente Santos se vino abajo después de estar liderando el Grupo Tres desde la fecha cuatro, desplazado ahora por Pumas, que había estado arriba al principio, queriendo reponer el tiempo que perdió en la pasada campaña.
Mucho trabajo le espera a Rubén Omar Romano para esta semana, porque mañana estará aquí Rayados, que aunque anuncian bajas importantes, traerá los elementos necesarios para tratar de conservar su liderato, que lo pondría en muy buena posición en la liguilla.
Ahora lo importante es sumar esfuerzos y voluntades, volver a reunir al jugador número doce para que esté apoyando en esta crucial etapa. Y habrá que pedirle a los jugadores ese extra que escondieron u olvidaron en las últimas tres fechas.
Que esa pesadilla que empezamos a vivir con Chivas se borre pronto, de lo contrario será inútil tanto esfuerzo y tanto trabajo que se ha realizado. Además, la afición merece un equipo ganador y no un conjunto mediocre que se ha olvidado de proporcionar el extra.
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