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Un oficio en 'resistencia'

Orgullo. A pesar de haber estudiado la licenciatura en enfermería, Roberto González asegura sentirse orgulloso de ser cartero.

Orgullo. A pesar de haber estudiado la licenciatura en enfermería, Roberto González asegura sentirse orgulloso de ser cartero.

ROBERTO ITURRIAGA

Con prisa por entregar la correspondencia del día y ya montado en su bicicleta, Roberto González, cartero desde hace más de 20 años, asegura que a pesar de que el correo postal ha cambiado drásticamente en los últimos años, será difícil que desaparezca, "este trabajo es muy especial, algunos compañeros hasta tienen fama de románticos", dice entre risas el repartidor postal.

Al no encontrar un trabajo bien remunerado y las oportunidades necesarias para crecer en su profesión, el joven Roberto González, recién egresado de la Licenciatura en Enfermería, decidió desempeñar el mismo oficio que su padre había realizado durante toda su vida, "mi papá siempre fue cartero, esa plaza me la heredó mientras conseguía trabajo y pues sigo aquí hasta la fecha, la verdad no me quejo", dice el repartidor de correspondencia mientras aseguraba algunos montones de estados de cuenta a su bicicleta.

Hoy Roberto González tiene 45 años de edad, una esposa y tres hijos de los cuales uno también quiere ser cartero, "siempre fue su sueño, si es lo que quiere pues yo lo apoyo", aunque también acepta que la profesión de entregar cartas ya no es tan segura como en anteriores años, pues factores como el aumento del parque vehicular, la inseguridad y la falta de oportunidades vuelven más complicada la vida de un trabajador postal, "ya no es como antes, hoy la gente se enoja por todo, principalmente cuando les vas a informar de sus deudas".

 A PESAR DE LOS INCIDENTES

Roberto González asegura que a pesar de no haber sufrido ningún accidente grave, sí ha experimentado algunas situaciones, las cuales hacen su profesión tan especial. "En alguna ocasión una persona se enojó conmigo por llevarle un estado de cuenta, me lo aventó en la cara y me gritó", además comenta que la presencia de mascotas en las casas es algo a lo que se tienen que enfrentar en su andar diario, "llegué a una casa y un perro me ladraba desde la azotea, me fui y de repente escuché un golpe, me fijé en el suelo y era el perro que se había caído justo donde yo había estaba".

Sin embargo, el cartero asegura que algunos de sus compañeros sí han sufrido accidentes graves que inclusive los han lesionado, principalmente en atropellamientos y choques, "no te respetan, te avientan los carros encima sin fijarse en el daño que nos pueden hacer".

A pesar de estas anécdotas que cómo a él, le suceden a miles de carteros en el país, Roberto González asegura que celebrará este 12 de noviembre el "Día del Cartero", en compañía de su familia y seres queridos, pues su principal motivación es seguir trabajando para salir adelante a pesar de las carencias económicas que se viven desde hace algunos años en el gremio, "la verdad no nos va bien, pero tratamos de administrar nuestro dinero como podemos... creo que no somos los únicos", dice al acomodarse su gorra y alinear el pedal de su bicicleta.

 CAMBIOS EN EL SISTEMA POSTAL Torreón cuenta actualmente con dos sedes de la empresa correos mexicanos, las cuales están compuestas por 61 empleados en total, tanto administrativos como operativos, siendo estos últimos los famosos carteros que recorren la ciudad en bicicleta o motocicleta para entregar casi 15 mil cartas diarias, "yo me aviento como 10 kilómetros al día, por eso traigo condición física", dice Roberto González.

Según Raúl Medrano, jefe de Carteros de la sucursal Juárez, son casi 400 mil cartas las que circulan por mes en las instalaciones del servicio postal de Torreón, siendo estados de cuenta, recibos bancarios y de servicios públicos el 90% de las entregas en viviendas y oficinas, "hace 50 años era muy común ver cartas de amor, cartas de felicitación y de todo tipo, hoy son muy raras las ocasiones que nos topamos una de éstas".

Una vez que se acomoda en su asiento, se pone la gorra y comienza a pedalear con rumbo a las calles, Roberto González se despide de sus 21 compañeros para trabajar en lo que empezó como algo "mientras conseguía otro trabajo", a pesar de ser un licenciado.

 ROBERTO GONZÁLEZ

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Escrito en: Relatos Urbanos

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