Un rescate inconcluso

Durante casi 20 años, la Cámara Nacional de Comercio de Torreón (Canacoto) pugnó ante las autoridades municipales en turno por la necesidad de que se rehabilitara el Centro Histórico y no fue hasta la Administración anterior que finalmente se retomó el proyecto del Pabellón Hidalgo, impulsado principalmente por este organismo.

"No pasaban del plano de los proyectos, todas las administraciones escuchaban las propuestas pero no había ninguna obra, sólo proyectos, hasta que el Ayuntamiento anterior nos 'compró' la idea de reubicar a los ambulantes, de limpiar las avenidas del Centro y por fin se hizo", manifestó Félix Pérez Murillo, presidente de la Canacoto.

Pero no todos los comerciantes quedaron conformes con la reubicación de los vendedores ambulantes a dicha zona y, por el contrario, señalan que se eliminaron 120 cajones de estacionamiento con los paseos peatonales, por lo que persiste la deuda de la autoridad municipal en cuanto a la construcción de un estacionamiento.

Salvador Alvarado González, presidente de la Asociación de Comerciantes del Centro Histórico de Torreón, señaló que en el Centro urgen estacionamientos, porque la situación económica en esta zona no repunta pese a las obras que se han realizado.

"El Centro necesita estacionamientos, necesita atención, está sucio, necesita seguridad, hemos hablado con el director de Seguridad Pública al respecto, queremos que haya más vigilancia", comentó.

 DECAE SECTOR

A partir de los años 80, el Centro comenzó a decaer, cuando surgieron atractivos para los consumidores como el bulevar Independencia y el Paseo de la Rosita, lo que derivó en que el primer cuadro perdiera competitividad y en los 90 este sector cayó finalmente de las preferencias de los ciudadanos.

La primera ocasión que los dirigentes de la Canaco hablaron de una rehabilitación del Centro fue con Carlos Román Cepeda, alcalde de 1991 al 93, donde se puso énfasis en la Alianza y se remodeló este mercado.

Desde entonces surgieron proyectos como el Pabellón Hidalgo, que adquirió mayor fuerza en la administración de Jorge Zermeño (1997-99) cuando se propuso el mejoramiento urbano particularmente en la avenida Hidalgo, en un área de nueve cuadras, lo que abarcaba la remodelación de fachadas, banquetas y reubicación de los ambulantes.

Con Zermeño se negoció la compra de un área de terrenos en la avenida Presidente Carranza y Juan Antonio de la Fuente en lo que pretendía fuera el mercado Nueva Alianza para reubicar a los informales, pero los ambulantes se opusieron. Se crearon los paseos peatonales en Cepeda y Valdés Carrillo, de Hidalgo a Juárez.

El Centro ya no fue atendido hasta la administración de Guillermo Anaya (2003-05), quien dejó proyectos técnicos, pero no obras en el Centro. Se concretó únicamente la introducción del cableado subterráneo, aunque se adquirió también el edificio del Banco de México y se apoyó al Teatro Nazas y al Museo Arocena.

Para la Canacoto, durante la administración de Guillermo Anaya no hubo un avance realmente de lo que fue el Centro Histórico, sino que, por el contrario, hubo más vendedores ambulantes en las calles. En el caso de José Ángel Pérez fue distinto, pues el ex alcalde sí aceptó el proyecto del Pabellón Hidalgo.

"El proyecto era precisamente mover a los ambulantes y dejar la vía libre para que la gente pudiera caminar", manifestó Félix Pérez Murillo, "los resultados están a la vista, afortunadamente sí se logró el magno proyecto y a final de cuentas, fue bien recibido por el comercio organizado".

La remodelación del Centro tuvo un impacto en las ventas para los comerciantes del sector, pues en promedio, tuvieron una baja del 50 por ciento, pero no tuvieron que hacer ningún desembolso para las obras. El proyecto, en su totalidad, fue financiado por las autoridades.

Para Félix Pérez, el proyecto que impulsó la Administración anterior fue muy adecuado y el necesario para el sector.

Sin embargo, en la actualidad, la Secretaría del Ayuntamiento realiza un estudio sobre si deben seguir los vendedores ambulantes o no en los paseos peatonales, y se ha mencionado la posibilidad de retirar los módulos de esta zona.

La Canacoto mantiene una postura de rechazo ante esta posibilidad. Pérez Murillo dijo que oficialmente no se ha tocado este tema y consideró que lo que se requiere es poner a funcionar a los 80 módulos que no operan en estos momentos antes que desechar esta obra que, insistió, ha operado adecuadamente.

"La ciudadanía ya se acostumbró a que en la Cepeda y Valdés Carrillo obtiene muy buenos artículos a precios económicos", dijo.

Pero Rubén Reyes Haro, secretario de la Asociación de Comerciantes del Centro, difiere de esta opinión, pues consideró que el Centro requiere atraer gente, no correrla, y expuso que al cerrar las calles prácticamente se corrió a los clientes, pues se fueron a lugares donde había más comodidades, comenzando por el estacionamiento.

"Tenemos que buscar la viabilidad de los negocios, que el ciudadano participe, las autoridades anteriores tuvieron oídos sordos a lo que se les decía, no hubo apertura, resultamos muy perjudicados", expresó.

Eduardo Castañeda Martínez, presidente de la Cámara de la Propiedad Urbana de Torreón (CPUT), coincidió en que las obras no fueron consensuadas y que además de la mala planeación, hubo una mala ejecución de los proyectos.

"En el drenaje constantemente tenemos brotes de aguas negras, cuando llueve, con más ganas, quedan los encharcamientos de aguas pestilentes, las obras tienen defectos en cuanto a cómo se pavimentaron las calles, la rampa que quedó en el crucero de la Cepeda e Hidalgo", explicó.

Los comerciantes señalaron que en la actualidad es una ventaja que ya exista la Junta de Protección y Conservación del Centro Histórico, que originalmente surgió por el proyecto de la Gran Plaza, pero que será de beneficio también para otros proyectos que se pretenda aplicar en este sector.

 LO QUE VIENE

Arturo Lozano Ayala, director de Obras Públicas Municipales, dijo que durante esta Administración se tratará de conectar las áreas de la Gran Plaza, la Plaza de Armas y la Alameda Zaragoza, esto a través de un paseo peatonal en la calle Morelos. De momento se trabaja en la remodelación de la Plaza de Armas y en este mes se pretende iniciar con la rehabilitación de las fachadas del Museo Arocena, el Scotiabank y el edificio Russek.

Lozano Ayala dijo que se requiere también de una reforma a la normativa para que los comerciantes de este sector moderen su publicidad, esto con la finalidad de que ya no haya tanta contaminación visual y que todos los negocios procuren mantener un mismo estilo.

"Este mismo mes estaremos trabajando en el pintado de todas las fachadas que tenemos en el entorno, que están totalmente grafiteadas, esas fachadas y calles que se quedaron abandonadas por años las estaremos pintando y trataremos de arreglar toda la señalización, que también muestra un deterioro muy importante", comentó.

La Canacoto impulsa la remodelación de las fachadas para que sea a través del recurso que aportan los contribuyentes en el plaqueo de vehículos.

Por su parte, la Asociación de Comerciantes considera que es necesario detonar el Centro como una zona cultural. Otra de las opciones que promueven es que se aproveche el sector para la creación de call-centers, pues se cuenta con muchos edificios y oficinas en este sector.

Esta asociación realizó recientemente un censo de las propiedades que hay en el Centro y encontraron que existen 474 viviendas, es decir, se trata de un sector ocupado en términos habitacionales, lo que pudiera ser aprovechado para dar una mayor vida a esta zona.

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