Felicidades para todos los mexicanos de bien. Son doscientos años desde que el cura Hidalgo realizó la arenga que fue punto de partida para que se consumara la independencia de México. Antier y ayer se realizaron en paz los festejos alusivos al bicentenario del inicio del movimiento insurgente y por esta ocasión el reporte afortunado es de saldo blanco. Bien por México.
Mientras esta fecha conmemorativa llegaba a todo el territorio nacional, en Gómez Palacio, Durango, el pasado día 15 de septiembre se llevó a cabo la ceremonia de transmisión de poderes para el Ejecutivo local. Ismael Hernández Deras terminó su periodo sexenal y le entregó la silla a su delfín y hoy gobernador constitucional Jorge Herrera Caldera.
Hubo en esta ocasión detalles que hicieron diferente este acto que se lleva a cabo cada seis años. Por principio de cuentas, el acto no se celebró en la capital, sino que eligieron que fuese en La Laguna de Durango donde se celebrara la cita. El argumento es que fue precisamente en esta región donde los votos que obtuvo el PRI fue lo que les permitió la retención del poder y en gratitud a ello se decidió hacerlo aquí.
Ese reconocimiento duró poco, horas transcurridas desde su ascenso al poder, el flamante gobernador nombró a su gabinete y en esta ocasión sólo eligió a un lagunero para integrar su gabinete. Juan Ávalos asumió la Secretaría de Turismo, es el único en todo el gabinete oriundo de la tierra que le dio al PRI los votos para ganar. Otro detalle es que en esta ocasión se presentaron repeticiones sensibles en el nuevo gabinete, como el caso de la Secretaría de Finanzas y de Administración, donde repite Carlos Emilio Contreras Galindo, así como en la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas ratificaron a César Guillermo Rodríguez Salazar, y Juan Francisco Gutiérrez Fragoso repite como secretario de Desarrollo Social.
Estas repeticiones son la clara muestra que el hoy ex gobernador Ismael Hernández Deras logró trascender en el poder aunque sea semanas más. Definió desde hace ya varios años a quién le entregaría el poder y le facilitó una meteórica carrera política. Su decisión hasta ahora la ha logrado sacar adelante, hoy quien ocupa su puesto hace siete años estaba totalmente apartado de la política y se dedicaba con éxito a su carrera empresarial, al cabo de este lapso desde antier disfruta de la máxima magistratura estatal. Las ratificaciones en los cargos tan importantes como lo son finanzas, desarrollo social y comunicaciones son la muestra clara de que la mano de Ismael sigue muy adentro o en su defecto, el nuevo gobernador por su corta trayectoria en el quehacer político no conoce suficientes cuadros para formar un equipo de trabajo de él y prefiere continuar con el de su antecesor. Esto se verá al tiempo.
Sin embargo, lo más rescatable es que aunque parece que realmente no habrá cambios significativos en la manera en que se gobierna Durango, siempre cabe la esperanza de que vendrán tiempos mejores. Si bien es cierto que la visión de crear una infraestructura carretera que le permita al Estado un desarrollo en sus comunicaciones de manera mucho más eficiente y traerá como consecuencia desarrollo y economía, y aunque esta visión hasta ahora está inconclusa, el sexenio de Hernández está marcado como el tiempo donde realmente se trazó este proyecto de sacar del aislamiento a la entidad y los frutos se empezarán a ver en los años venideros. También en el sexenio recién concluido se destaca el rescate que se hizo del centro de la capital estatal y la restauración de cientos de fachadas coloniales y del siglo XIX que hacen ahora a Durango capital un lugar mucho más bello. La educación también recibió impulso y con la creación de más instituciones escolares públicas más personas tienen hoy acceso a ella. El esfuerzo para traer un centro de rehabilitación junto al Teletón en Gómez Palacio y el Bebeleche en la capital son obras que perduran. No es el caso de la atracción de inversiones y expansión económica. No es sencillo recordar alguna empresa de gran envergadura que haya llegado al Estado y menos a la capital. Si la Phillips llegó durante el periodo que ya acabó, esa empresa también desapareció. Esa es una asignatura pendiente.
Pero lo peor está en la seguridad, y aquí debe surgir la esperanza de que habrá cambios. Ismael Hernández Deras, como todos los gobernantes, se topó con un destape de grandes magnitudes del crimen organizado y sus acciones, y él no supo, no pudo o no quiso hacer nada para defender a la ciudadanía. Es cierto que la zona serrana es de suyo tierra fértil para que se dieran los fenómenos criminales ya conocidos, pero la escalada de violencia en Durango y en La Laguna de su estado llegó a niveles pavorosos. Durante el gobierno anterior el pueblo estaba en la total indefensión y sus policías tenían prácticas de la edad de piedra. Esa es un asignatura que el ex gobernador sabe que no cumplió y lo que hoy se debe procurar es que Jorge Herrera tome un rumbo firme y logre modernizar y limpiar sus cuerpos policiacos, no se puede permitir que ese rubro siga como lo manejó su antecesor. Ese es un gran reto.