Vacías. Mientras duró el partido entre México y Sudáfrica, las calles permanecieron prácticamente vacías.
Fueron las dos horas menos productivas en mucho tiempo para limpiaparabrisas y "esquineros", que desde temprano se habían levantado a buscar el sustento de cada día. Y es que de 9 a 11 no había nadie en la calle, salvo ellos.
No les importaba el futbol, por eso no fueron a ver el partido entre México y Sudáfrica, con el que arrancó la Copa del Mundo.
"¿Ya se acabó el juego, mi compa? ¿Cómo quedó?", preguntó un joven que con su mechudo se dedica a limpiar autos, una vez que todo regresaba a la normalidad. Tras la respuesta, que pareció no importarle, siguió caminando entre el mar de vehículos. Y es que mientras duró el encuentro, la ciudad, al igual que todo el país, estuvo paralizada. Salvo la actividad en restaurantes, nadie llegó a negociaciones de la capital.
ENOJO
Hubo algunos que sufrieron por no ver el futbol, lo que los tuvo molestos prácticamente todo el día. Los choferes de autobuses, por ejemplo, fueron de los pocos que no interrumpieron su trabajo. "Trabajamos normal y dioquis (sic)", expresó uno de ellos, pues en los dos traslados de ese periodo prácticamente circuló vacío, "nada más por gastar diesel".