Devoción. En el crucero de la avenida Aquiles Serdán y calle Cuauhtémoc, año con año se instala el altar a San Judas Tadeo y se oficia Misa, además de repartir la reliquia. EL SIGLO DE TORREÓN / PRIMITIVO GONZÁLEZ
Pasan las décadas
Y la promesa
De la reliquia
Se sigue cumpliendo, convirtiéndose
En una tradición
Que involucra
Y une a familias enteras
De nuestra región
"Ya no me acuerdo cuánto hace que lo conozco, pero hace como 20 años le pedí un milagro muy grande que me lo concedió y le prometí hacerle su rosario en su día y ya hasta hacemos misa y damos reliquia cada año. Viene mucha gente y todo se nos termina", dice la señora María Isabel Mijares viuda de Sánchez, de 75 años de edad, fiel creyente de San Judas Tadeo.
SE COORDINAN
La señora Mijares tiene 11 hijos: cinco mujeres y seis hombres, quienes le ayudan con los gastos y el trabajo para la preparación del altar y de la reliquia, que en esta ocasión se compuso de 120 kilos de carne de cerdo, 12 kilos de chile y 56 kilos de diferentes sopas, como arroz, espagueti, fideo y estrella.
Desde un día antes al 28 de octubre, entre la mamá y los hijos preparan todo para que el día de San Judas estén listas las tres vaporeras con el asado y diez cazuelas grandes con las sopas, que ayer por la mañana estaban terminando de preparar.
En el crucero que forma la avenida Aquiles Serdán y calle Cuauhtémoc, se levanta el altar en la carretera, con su imagen de un metro de altura y arreglos florales, de tal manera que se cierra al tráfico vehicular, ya que también se colocan sillas y una lona para comodidad de las personas que acuden, primero a la misa que oficia el párroco del Sagrado Corazón de Jesús y luego a recibir la tradicional reliquia.
"Gracias a Dios es tanta la gente que viene que mis hijas les dan un número para que no se haga el desorden, pues años atrás no podíamos porque la gente se amontonaba", cuenta doña María Isabel.
La fila que se forma es de 80 y hasta 100 metros de personas con sus recipientes que esperan con paciencia hasta llegar al lugar donde está la familia Sánchez Mijares sirviendo.
MISIÓN CUMPLIDA
Al final de la jornada, Doña María Isabel y sus hijos quedan contentos con haber cumplido con la promesa hecha por ella y también se van contentas las más de 180 personas que alcanzan su reliquia y se ahorraron por ese día el costo y el trabajo de hacer la comida.
TRADICIÓN FAMILIAR
Hay gran cantidad de lugares en distintos puntos de Lerdo, Gómez Palacio y otras más de la Región Lagunera, donde las familias creyentes en San Judas Tadeo, o San Juditas como le llaman algunas personas, acostumbran a dar reliquia a sus vecinos y gente que acude, aunque en ocasiones solicitan la ayuda económica de otras personas para poder cumplir con su promesa.
MA. ISABEL MIJARES
Devota de San judas Tadeo