Sin cultura. Especialistas afirman que hay hospitales para hacer trasplantes, pero no cultura de donación.
Una llamada telefónica activó a todo el servicio de Trasplantes del Hospital Infantil Federico Gómez de la Secretaría de Salud. Un niño en Querétaro había fallecido y su familia había decidido donar su corazón, el hígado y ambos riñones para dar vida a otros pequeños.
De inmediato se localizó a los posibles candidatos para que viajaran lo más pronto posible al hospital, donde serían evaluados para checar si eran compatibles, mientras que el equipo de trasplantólogos viajó a Querétaro para extraer los órganos. Fueron 36 horas que concluyeron con éxito.
Hoy, cuatro pequeños -dos de ellos en fase terminal-, cuyas vidas estaban conectadas a una máquina de hemodiálisis, libraron la muerte.
Ellos pudieron salvarse, pero hay miles de niños que esperan la donación de un órgano para seguir con vida.
Ese es el caso de una pequeña enferma del hígado, a quien también llamaron para que se presentara -de urgencia- en el hospital infantil, pues había la posibilidad de un trasplante. Esa llamada devolvió a sus padres la esperanza de poder salvarle la vida. Viajaron toda la noche desde Yucatán hasta la Ciudad de México, desplazándose por carretera y avión.
Pero una vacuna que le habían aplicado días antes impidió el trasplante. Lo que son las cosas: una llamada similar movilizó a otra familia de Morelos, cuyo diagnóstico de su hijo era fatal.
El trasplante se realizó a este niño de cinco años. Él había perdido a dos hermanos por la misma enfermedad: tirosinemia, daño irreversible en el hígado.
"Para él hubo un final, fue feliz. La niña tendrá que seguir en esa espera donde muchos niños se nos van", reconoce Guillermo Varela Fascinetto, responsable del departamento de Trasplantes del Hospital Infantil.
De acuerdo con el Centro Nacional de Trasplantes, hay más de 13 mil personas esperando un trasplante de órgano; 20% son menores de 18 años.
Todos ellos, afirma Varela, esperan una "llamada de vida", tal y como ocurrió este fin de semana cuando fueron convocados 29 pacientes que requieren urgentemente de un trasplante, pero sólo cuatro "se sacaron el boleto de la lotería", comenta el también director del programa de Trasplante Hepático.
Explica que se llamó a varios receptores para ver quién era compatible con el órgano donado; los candidatos no debían estar enfermos o que se les hubiera aplicado alguna vacuna.
Sólo para el riñón, dice, se habló a 20 candidatos. Llegaron seis y sólo eligieron a dos. Incluso, comentó, una de las niñas que recibió un riñón había concursado cinco veces; a la sexta lo logró.
'HAY HOSPITALES, FALTAN DONANTES' El especialista afirma que la principal limitante para cualquier programa de trasplante en nuestro país es que la tasa de donación cadavérica sigue siendo baja; además, faltan recursos.
Mientras que Estados Unidos y España registran entre 26 y 36 donadores por millón de habitantes por año, respectivamente, en México difícilmente se llega a tres por millón de habitantes.
Para Varela Fascinetto, son pocos los hospitales que realizan cuatro trasplantes de manera simultánea o secuencial en México.
En parte, dice, porque cuesta mucho. Tan sólo en ese hospital se realizan 50 trasplantes de órganos al año, lo que significa erogar 25 millones de pesos. De ahí, precisa, la necesidad que se le asignen más recursos a hospitales como éste, y no recortes presupuestales.
Primero se hicieron los trasplantes del corazón e hígado, y terminadas estas operaciones inmediatamente entraron a las dos de riñón. En total fueron cuatro intervenciones y participaron más de 70 especialistas, entre personal de laboratorio, anestesiólogos y médicos.
La jornada comenzó el pasado viernes a las dos de la tarde y concluyó el domingo a las tres de la mañana. "Todos ponen su vida en pausa frente a esto, sin importarles que a nadie le pagaran horas extra", comenta el cirujano pediatra.
Afortunadamente, dice Varela, todo salió bien. Se hizo el trasplante de hígado a un niño de cinco años; el del corazón a una niña de ocho; el de riñón a otras dos, de 12 y 17 años. El primero radica en Morelos, la segunda en Puebla, la tercera en Querétaro, y la cuarta en el Estado de México.
Todos se recuperan satisfactoriamente. Salvaron la vida gracias al gesto de amor de una familia que decidió donar los órganos de su ser querido.
Los niños aún están internados. Por el momento, los más pequeños piden a sus padres que les lean cuentos.
- ¿Ellos tenían limitada su esperanza de vida? -se pregunta al especialista.
- Claro, tanto el paciente del hígado como el del corazón, si no se trasplantaban rápido [los órganos] iban a fallecer en el corto plazo.
Para Varela, lo que sucedió este fin de semana refleja que en México se pueden hacer los trasplantes, que hay hospitales, pero que es importante que la sociedad participe. "Sin donantes, no hay trasplante", afirmó el especialista.
En espera de un donante
La cultura de la donación de órganos en México es baja respecto a otros países como España o Estados Unidos, donde las tasas de donación son de 36 y 26 donantes por millón de habitantes, respectivamente.
A pesar de las campañas de sensibilización sobre el tema, en México difícilmente se llega a tres donadores por cada millón de habitantes.
Entre los factores que inciden para este bajo crecimiento están la desconfianza de la gente hacia todo lo referente a trasplantes; a mitos como el supuesto tráfico de órganos, y a creencias religiosas en las que se rinde culto a la muerte, no a la vida.
Para los especialistas, las diferencia entre México y España -país líder en donaciones- es que en la nación ibérica la donación se da en forma tácita: cuando la persona fallece inmediatamente se donan sus órganos. Además, cuentan con toda una infraestructura hospitalaria y personal exclusivos para captar órganos.
En México, cuando una persona fallece, de acuerdo con la Ley General de Salud, sus familiares son los que deciden si aceptan donar o no los órganos de su ser querido.
Hasta el momento, de acuerdo con la página de internet del Centro Nacional de Trasplantes, se cuenta con 400 hospitales, ubicados principalmente en las grandes ciudades, que realizan trasplantes en México.
Ante la baja donación, Margarita Zavala, esposa del presidente Calderón, se ha pronunciado por que en nuestro país se establezca la presunción de la donación. Es decir, que todos seamos donadores de órganos y tejidos a menos que se manifieste lo contrario.
De acuerdo con cifras oficiales, en México hay 13 mil 879 personas que requieren de un trasplante.
De ellos, 7 mil esperan un riñón; 6 mil 491, córnea; 324, hígado; 44, corazón; 13, riñón-páncreas; 3 pulmón; 3 páncreas, y uno hígado-riñón.
Ante la insuficiencia de donadores, hospitales públicos y privados desde hace años han tenido que iniciar programas de trasplantes de hígado y riñón de donadores vivos. Los médicos afirman que esa no es la solución.
Esperanza
En el Hospital Infantil "Federico Gómez" se han realizado: