No es posible olvidar tan fácil en el corazón del aficionado lagunero del Santos la manera que el cuarto campeonato se escurrió de las manos cuando se fallaron tres ejecuciones en forma consecutiva ante los Diablos Rojos del Toluca, en aquella fatídica tanda de penales que difícilmente se escapará del recuerdo.
Tantas cosas se derivaron por aquel trágico resultado para los colores verdiblanco en términos futbolísticos. De ídolo de la fanaticada santista a villano, Vuoso, quien ya tenía fama pública de que le gustaba gastarse parrandas nocturnas, desperdició una evidente acción de gol en los tiempos extras, que hubieran coronado al cuadro guerrero, y todavía tuvo una segunda oportunidad de ratificarse como la amada estrella, cuando en la serie de penales en su turno, de haber acertado, se habría conseguido la cuarta estrella, pero inverosímilmente echó la esférica por un lado de la portería. Se desencadenó la derrota y Matías se fue por la puerta de atrás al América, y el público se lo recriminó apenas el domingo pasado en cierre de la semifinal celebrado en Torreón, cuando el otrora símbolo futbolero local, vino a enfrentar enfundado en su nueva casaca al equipo de todos, llevándose acres rechiflas. Por otra parte, el director técnico De la Torre, quien estaba casi perdido, en una mala jugada para la causa lagunera, regresó con su equipo para alzar su tercer corona - dos de ellas por cierto, las ganó por penales, que se considera una especie de volado- y así, ante la declinación de Víctor Manuel Vucetich, se hizo acreedor del puesto de entrenador de la Selección Nacional. Como se señaló antes, esa extraña final propició cambios y consecuencias.
En aquella serie jugada primero en el Territorio Santos Modelo en la ida, para cerrar en el estadio Nemesio Díez - conocido como la Bombonera- ante el Deportivo Toluca, no se pudo sacar ventaja de local y hubo de jugarse el todo en el campo de los Diablos. En este espacio se redactó el jueves posterior al desenlace de aquellos episodios deportivos, que tácticamente el Santos había sido quien había ido a buscar el resultado, pero el entrenador del Toluca, José Manuel -el Chepo- de la Torre, corrió con suerte al lograr terminar empatado después de los 180 minutos del tiempo regular, más la media hora que se jugó en tiempos extras.
En un estilo medroso, el Chepo formó a su cuadro encerrado entre la media cancha y el área grande de su meta, para reducir los espacios y apostar a las descolgadas del cuadro toluqueño. Como un mero coyote esperando encontrar espaldas desguarnecidas, el cuadro del Estado de México buscó salirse con la suya cuando la pelota estuvo en juego en los tiempos oficiales, pero el técnico del Santos, Rubén Omar Romano, quien no había descifrado o entendido la propuesta de agazapamiento del rival, corrió con el riesgo de adelantar filas cediendo espacios en la parte baja, al final, Rubén supo entender y le jugó con la misma moneda a Toluca, y si no fuera por la mala puntería de Vuoso, se hubiera ganado.
Fue tal la suerte de De la Torre, que cuando su equipo estaba contra la pared, y que solamente tenía que recibir uno de los penaltis que Santos tenía de ventaja para perder la copa, pero un torpe disparo de Vicente Matías, quien echó por un costado de la portería la pelota, y un tímido pateo de Carlos María Morales mandaron al cesto de la basura la ilusión de miles de laguneros. Arce clavó la puntilla al errar también su oportunidad.
Todo esto está en la memoria porque Santos nuevamente está en una final. Rápido se ha presentado la oportunidad de revancha deportiva, pero ahora enfrente está el Monterrey, que dirigido por Vucetich, tiene un estilo similar al de Chepo; todos a encerrarse atrás. Pero ahora aunque nuevamente de visita, si se lleva un tanto de ventaja, y Monterrey ahora sí, tiene que buscar un gol para empatar, y se abre la posibilidad para los espacios, que pueden ser aprovechados por los veloces Benítez y Quintero.
Parece que ahora la presión no es para Santos, esperemos por la esperanza de alegría, que Romano pueda levantar como entrenador su primera copa, y todos los santistas, gozar la cuarta estrella. A esperar pues que en esta se pueda tener la máxima gloria de la primera división del futbol mexicano.