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Universidad comprometida

Addenda

GERMÁN FROTO Y MADARIAGA

 E L día de ayer, tuve oportunidad de asistir al tercer informe del rector Mario Alberto Ochoa.

Ahí me reencontré con grandes y muy buenos amigos, todos universitarios de sepa con los que he compartido muchos años de mi vida.

Porque gran parte de mi vida académica, como alumno y como profesor, los he pasado dentro de sus aulas y es por ello que considero a la universidad como mi segunda casa, el hogar en donde adquirí mi formación profesional.

El informe, como lo manda el estatuto universitario, se rindió ante el Consejo Universitario, máximo órgano de autoridad de mi querida Universidad Autónoma de Coahuila, lo cual me hizo recordar los primeros años de ese órgano, cuando se deliberaban en él los candentes temas universitarios.

Atrás quedaron y para bien, aquellos tiempos en que el consejo deliberaba todos los fines de semana y hasta altas horas de la madrugada.

Fue el tiempo en que se confeccionó el estatuto universitario.

Aquella universidad la movíamos los estudiantes, para bien o para mal; y respondimos a una etapa histórica que arrojó cosas buenas y malas.

Por eso me dio gusto ver parado a mi amigo Mario Alberto, frente al consejo, rindiendo informe en su calidad de rector, cuando muchas veces lo hicimos como simples estudiantes en busca de un camino que no sabíamos con exactitud a dónde nos podría llevar.

Basta recordar, por ahora, aquel movimiento estudiantil del setenta y tres, en que se consolidó la autonomía.

Estudiantes del todo el estado convergíamos en el consejo estatal de huelga y las escuelas se encontraban paralizadas a la espera de que el gobernador firmara el decreto que haría a nuestra institución un organismos autónomo e independiente.

Ahora Mario Alberto, "el negro", como lo llamamos cariñosamente sus amigos, nos informa de una universidad más cercana a lo que soñamos en aquellos tiempos.

Una universidad comprometida con el pueblo, que realiza cotidianamente miles de acciones a favor de las clases más necesitadas del estado.

Una universidad abierta al conocimiento y a todas las ideas. Una universidad que reivindica su origen y se proyecta al futuro, como una institución dispuesta a dar respuesta a los reclamos sociales.

La difusión de la cultura, el academismo, al enseñanza y la investigación científica, cumplen cabalmente su papel y por ello, miles de jóvenes, cada año, pueden acceder a una educación profesional de calidad.

A su vez, en ese acto, el tesorero, Blas Flores, informó puntualmente del estado que guardan las finanzas de la universidad. Y lo hizo siguiendo sus propias normas de conducta, esto es, de manera profesional, honesta y transparente, porque si algo tiene Blas, es su integridad y el ser un hombre de bien.

Si las finanzas se manejan bien y se aplican debidamente, nada hay que decir de su utilización y más cuando se hace para favorecer a la juventud coahuilense.

Es ya público y notorio que Mario Alberto luchará por la reelección. Y yo diría que, al margen de aspiraciones personales, él debe hacerlo porque tiene, como la tenemos nosotros, una gran deuda de gratitud con nuestra universidad.

Sé que eso implica un sacrificio, personal y familiar; pero se lo debemos a la universidad, porque debe consolidar el proyecto de institución que muchos soñamos y por el que tanto se luchó.

Mario Alberto cuenta con un equipo de colaboradores sólido y capaz, en el que se incluyen muchas corrientes doctrinales, pero todas con un mismo objetivo: Fortalecer a la Universidad.

La cereza del pastel la puso el gobernador Humberto Moreira, testigo de ese informe, quien a la hora de intervenir en él, anunció que para que profesores y alumnos estén mejor equipados en la universidad, el Gobierno del Estado obsequiará a cada uno de ellos, una Laptop, a fin de que desempeñen sus tareas en mejor forma, lo que generó un prolongado aplauso de los universitarios.

Las finanzas de la universidad provienen del pueblo, sea por conducto de la Federación o del Estado, pero su fuente es el pueblo.

Por ello, todos los que hemos pasado por sus aulas tenemos una deuda de gratitud que no nos alcanzará la vida para pagarla.

Por eso creo que Mario Alberto debe buscar la reelección para abonar en mayor medida a esa deuda histórica, pero consiente de que contará con nosotros para apoyarlo en todos esos proyectos.

El grito de: "Universidad comprometida", debe escucharse en todos los rincones de Coahuila.

Nadie debe quedar al margen de este trabajo en provecho de la comunidad, porque de ella provenimos y a ella debemos consagrar todo nuestro trabajo.

Por lo demás: "Hasta que nos volvamos a encontrar, que Dios te guarde en la palma de Su mano".

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