Hoy es un día muy especial, ya que nuestro querido equipo de futbol Guerreros del Santos Laguna lucharán por alcanzar la victoria y lograr así el campeonato, pero cualquiera que sea el resultado sepamos que ya somos exitosos, y que nuestra victoria o derrota no sea motivo para caer en ningún exceso.
"Porque no nos atrevemos a contarnos ni a compararnos con algunos que se alaban a sí mismos; pero ellos, midiéndose a sí mismos por sí mismos, y comparándose con sigo mismos, no son juiciosos".
LA BIBLIA
Creo que uno de los mayores errores que cometemos es compararnos a nosotros mismos con otras personas y a nuestros dones con sus dones.
Dios no me ayuda a ser otra persona sino yo mismo, y de igual manera, Él no le va a ayudar a ser otra persona sino usted mismo. Él no nos está llamando para competir con otros, sino para amarlos y ayudarlos. Debemos usar nuestros dones para realzar los dones de otros, nunca debemos permitirnos caer en la guerra del espíritu de celos que es tan preponderante en nuestra sociedad.
Parece que cada uno está tratando de superar al otro. Pensamos que ser primero es ser mejor, pero lo que realmente es mejor es estar donde Dios quiere que estemos. Algunos esperan ser número dos pero nunca serán número uno siendo número dos. Consumen su vida entera teniendo resentimiento y celos del número uno.
Hay algunas personas que trabajan para nosotros a quienes se les ha ofrecido promoción para ocupar la posición número uno en su departamento y no la han aceptado: ellos consideran que están mejor trabajando para la persona número uno. Les gusta hacer lucir bien a su jefe y asistir a esa persona en cualquier cosa que él o ella hagan; y no se sienten cómodos con la responsabilidad final.
No puedo expresar cuánto respeto tengo por quienes son honestos en la evaluación de sus dones y talentos, es doloroso ver gente que trata de ser algo que no es.
Yo lo intenté por muchos años debido a la idea equivocada de que la posición tiene que ver con la estima y el valor, me siento tan feliz desde que Jesús me liberó para que fuera yo mismo, he aprendido que cuando envidiamos a alguien, ese celo no nos permite disfrutar completamente del don que ha sido puesto en él o ella. Ciertamente, Dios les da los dones a otros para nuestro contentamiento, y nos los da a nosotros para el deleite de otras personas. Si alguien tiene una voz preciosa, por ejemplo, apreciamos su talento musical. Cuando esa persona canta, ella está ejerciendo su don dado por Dios, pero nosotros estamos disfrutando de él.
Desde entonces he gozado con los dones de otras personas.
"No puede el hombre recibir nada, si no le fue dado del cielo".