Vacaciones de 5 estrellas

Uno de los mayores retos al planear unas vacaciones es la elección del hotel. En primera instancia tiene que ser un alojamiento que se ajuste a nuestras necesidades y en segundo lugar, adecuado al presupuesto.

Para que los turistas encuentren una referencia de utilidad en lo que se refiere a la calidad de hospedaje que están buscando, existen sistemas de categorización, dispuestos por diferentes entidades del turismo internacional.

Olivia Armendáriz, personal del departamento de ventas de Mundo Unido American Express, comenta que es a través del número de estrellas, cuya escala va de cero a cinco, como se mide el servicio que ofrecen la industria hotelera.

El hospedaje que está clasificado con una estrella es aquel que garantiza las exigencias básicas, es decir, que cuenta con una habitación y baño privado. Mientras tanto, el lujo, servicios exclusivos y toda la comodidad son aspectos más característicos de uno de cinco.

Un excelente servicio de habitaciones, spa, gimnasio, amplios estacionamientos, bares y restaurantes, televisión vía satélite, vista panorámica, y la posibilidad de acceso a Internet, son algunos de los elementos que describen a los hoteles con más estrellas.

¿Cuál es el bueno?

Según la promotora de viajes, la ubicación del inmueble es otro aspecto que se debe tener en cuenta, sobre todo, cuando el lugar para vacacionar se trata de una playa.

La zona hotelera es la mejor opción, pues permite un mejor acceso a los diferentes atractivos de la ciudad o costa, centros comerciales y mercados populares, área restaurantera, así como a la vida nocturna. Además, es una forma de economizar.

Hospedarse en un hotel de lujo si el destino es una playa, depende de las posibilidades económicas con que se cuenta, así como del itinerario de los turistas; hay quienes requieren de una habitación con servicio básico porque pasan la mayor parte del día realizando actividades fuera del complejo, y sólo lo utilizan para dormir y el aseo personal.

En todo caso, dice Olivia, lo ideal sería elegir un hotel con “todo incluido”, ya que éste agrega valor a su dinero.

Y aunque el plan puede variar dependiendo del hotel, la mayoría de las tarifas incluyen todos los alimentos en sus diversas modalidades (buffet o a la carta), botanas, snacks y todas las bebidas alcohólicas y otros líquidos a lo largo del día, así como el acceso a diversos programas de entretenimiento, actividades organizadas por animadores expertos y deportes acuáticos, e incluso, los impuestos y las propinas.

La promotora también añadió que las ventajas de un hotel respecto a los “tiempos compartidos”, es que el primero se puede reservar para cualquier temporada, mientras que el segundo se trata de un programa que se limita a un número específico de días, por un lapso de aproximadamente una semana, en una época restringida de cada año.