La nueva administración municipal ya empezó a soltar algunos indicios de irregularidades encontradas en varias áreas del anterior gobierno, aunque hasta ahora el alcalde Eduardo Olmos se ha guardado los detalles de las travesuras que hicieron las huestes de su antecesor, José Ángel Pérez. De la Presidencia Municipal sólo han salido reportes de que algo huele mal en Catastro, el Consejo para el Desarrollo de Reservas Territoriales (Coproder), el programa de microcréditos de la Dirección de Fomento Económico y el Simas, pero no quieren dar detalles. Sin embargo, nuestros subagentes hallaron varios puntos específicos.
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El problema más grave parece estar en el programa de microcréditos que llevaba José Francisco Mendoza Balderas, hermano del ex diputado local del PAN, Luis Alberto Mendoza. En este caso resulta que a los beneficiarios del programa se les hacía contratar un seguro por el cual pagaban cuotas regulares, con el detalle de que la aseguradora era “fantasma” y el mentado seguro no existía, por lo que ya averiguan a dónde fue a parar el dinero. En Catastro, que comandaba Ricardo Zurita, se dice que hay irregularidades en algunos terrenos que habrían sido comprados por el Municipio, pero que en realidad aparecen a nombre de funcionarios de la anterior administración. De Coproder no han salido detalles claros, aunque se dice que la dependencia que llevaba el ex primer amigo de la ciudad, Ricardo Muñiz, habría servido como “caja chica” de los intereses del grupo político de don José Ángel. En cuanto al Simas, la situación es tan grave que ya se ordenó una auditoría, donde uno de los puntos clave será la “inflada” de los pagos a proveedores que se sospecha fue una maniobra de la anterior administración para darse “bonos de marcha”. Total, vivillos desde chiquillos. Cuando don Lalo se decida a sacar los detalles, la cosa promete ponerse buena.
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En el ansia por acomodar a cuadros priistas en la nueva administración, los flamantes directores municipales han recibido cientos de solicitudes de empleo de personas a las que operadores de la campaña de Eduardo Olmos, o el mismo don Lalo, habían ofrecido chamba durante la campaña. Ahora ya no hallan dónde colocarlos, lo que explicaría casos como los despidos en Desarrollo Integral de la Familia. La otra opción es “inflar” la nómina y al parecer eso ya se considera en los corrillos de la Presidencia Municipal. El que no batalla es el nuevo director de Atención Ciudadana, Armando Cobián, pues nuestros subagentes reportan que ya metió a cuatro familiares a cobrar al Municipio. Ésa es eficiencia y saber jalar para su casa.
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En el acomodo de nuevos funcionarios está rondando un fantasma de administraciones antepasadas. Nuestros subagentes reportan la posible llegada de Ricardo Salgado a la jefatura de Ingeniería de Tránsito, quien ya había cobrado en ese puesto durante la gestión de Guillermo Anaya. Si bien en la superficie el nombramiento representaría un acto de bipartidismo y la búsqueda de personal con experiencia, la realidad es que don Ricardo llega con un historial que no augura nada bueno, pues los subagentes recuerdan que el funcionario fue echado de Ingeniería de Tránsito en la misma gestión de don Memo por supuestas irregularidades en las licitaciones de semáforos durante la remodelación del Diagonal Reforma. De hecho, fue la entonces contralora municipal, Natalia Virgil Corona, quien “le dio gas” tras descubrir que algo olía mal en ese proceso. Doña Natalia, como se sabe, es ahora síndica de minoría en el nuevo Ayuntamiento, por lo que podría volver a verse las caras con don Ricardo y seguramente tendrá algo que decir al respecto.
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La sucesión en la gubernatura de Durango parece complicarse para el PRI y el gober Ismael Hernández Deras, quienes no han encontrado el modo de lanzar la convocatoria para disfrazar el “dedazo” y blindarse ante la inminente salida del ex diputado José Rosas Aispuro, quien sería postulado por la alianza PAN-PRD. Se comenta que en el Comité Nacional del PRI existe preocupación porque Durango es el único estado en donde tienen la amenaza de una deserción, ya que en otras entidades como Veracruz, Oaxaca y Tamaulipas los gobernadores pudieron imponer candidatos y evitar la salida de aspirinos resentidos. El cálculo del tricolor es que una alianza PAN-PRD podría costarle al PRI la alcaldía de Lerdo y, más importante, porque sería sin precedentes, la presidencia de Gómez Palacio. Durango también estaría en riesgo ya sea con la candidatura del senador panista Rodolfo Dorador, que hace seis años perdió por poco la alcaldía, o del petista Gonzalo Yáñez, quien ya gobernó la capital duranguense. Si bien don Ismael logró evitar el ridículo de que la Suprema Corte invalidara las designaciones de alcaldes en Gómez y Durango, ahora tendrá que calibrar bien hacia dónde inclina sus preferencias, porque su peso político quedaría devaluado si el PRI pierde municipios importantes. La pobre situación del Estado, tanto en lo económico como en seguridad, augura que esa es una posibilidad latente. Pobre don Isma, se le puso malo el cuerpo.
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El secretario de Educación de Coahuila, Víctor Zamora, ya no haya a quién echarle la culpa por la falta de maestros en los salones de clase de Torreón, donde ya van varias manifestaciones que han bloqueado vialidades exigiendo la asignación de profesores para cientos de alumnos. El problema le pega al gober Humberto Moreira en dos áreas que seguro le duelen: por un lado, varias manifestaciones se han dado en lugares donde el “Gobierno de la Gente” presume el “rescate” de Torreón, y por otra parte, tiene que ver con el gremio magisterial, que es un departamento donde se supone que tiene el control. Dicen por ahí que el asunto puede tener una solución bastante simple: que el Gobierno Estatal “descomisione” a las decenas de maestros comisionados a cobrar en la burocracia sin hacer nada, y la bronca se arregla.
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Nuestros subagentes disfrazados de socorristas en la Cruz Roja comentan un reciente episodio que dice mucho sobre el ansia en la peronera capital de subordinar al resto de Coahuila a sus dictados. Resulta que cuando la Cruz Roja organizó la colecta de ayuda para los damnificados de Haití, llegó la instrucción de la delegación estatal, que comanda Manuel Elizondo, de que el acopio se haría en Saltillo, por lo que las subdelegaciones estatales, incluyendo en La Laguna, no pondrían centros. Se dice que en Torreón los encargados se estaban rascando la cabeza para entender semejante despropósito, pero la orden fue que no se metieran, que allá se encargaban. En la delegación local, viendo que en Gómez Palacio la Cruz Roja se había puesto las pilas, ya pensaban ignorar el dictado, cuando llegó la contraorden para ahora sí juntar ayuda, porque en Saltillo empezaron a ver el tamaño de la bronca y hasta batallaron para llenar un tráiler. Al final, la Cruz Roja de Torreón juntó más ayuda para Haití que el resto del Estado y la puso en Veracruz gracias al apoyo local. A ver si en Saltillo aprenden la lección.
