Con las obras que se anticipan en la nueva administración municipal (según esto para "rescatar Torreón), algunos elementos ya han puesto manos a la obra, pero en lo que se refiere a sacarle provecho al presupuesto. Nuestros subagentes apuntan a los contralores "estrella", Lauro Villarreal en el Municipio y Mario Cepeda en Simas. Ambos funcionarios traen una encarnizada disputa sobre quién va a controlar los contratos de obra para exprimirlos. Se dice que cada uno de los contralores anda invadiendo los terrenos del otro, lo que refleja fricciones en el círculo del alcalde Eduardo Olmos. Pero aún cuando la lucha es feroz, al menos se ponen de acuerdo en una cosa, según los subagentes. En los pasillos de la Presidencia y el Simas se comenta que ya se elevó de 10 a 20 por ciento la “comisión” para dispensar la generosidad presupuestal a los contratistas del Municipio. Esto ha sucedido sobre todo en el Simas, donde está la mayor parte de la obra “hormiga”, pues hasta ahora el Municipio se ha rendido al “Gobierno de la Gente” para el resto de la obra pública, y ahí se cobran otros “diezmos”. Hasta ahora don Mario lleva la mano en el Simas, donde toma cada vez más control mientras espera que el gerente Jesús Campos se harte y le deje el camino libre a la dirección de la empresa. Pero don Lauro también mueve sus piezas, para lo cual ya consiguió rentar un edificio cerca de la Alameda para moverse a gusto. Ambos contralores son de los cuadros de más confianza del alcalde, quien tendrá que amarrarles las manos si de veras quiere un gobierno efectivo.
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Y hablando de contratos de obra, en la Secretaría de Finanzas de Coahuila siguen tocando el son de “vuelva mañana” para el pago de proveedores y contratistas. Tal parece que al jefazo Javier Villarreal todavía no le cuadran las cuentas y ya trae pagos con casi un año de retraso. Ahora para patear el bote más adelante y comprar más tiempo, la secretaría salió con que van a hacer una revisión del padrón de proveedores y que mientras dure no se entregarán los pagos. Se estima que esta maniobra les daría al menos medio año más para hacerse patos, lapso en el cual el “Gobierno de la Gente” espera que los contratistas pongan de su bolsa para financiar obras mientras sueltan los cheques.
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La aplanadora (perdón, bancada) priista en el Congreso de Coahuila ya prepara la nueva reforma electoral que había sido acordada con el PAN a raíz de la huelga de hambre del dirigente blanquiazul Reyes Flores Hurtado por la anulación de la elección en Lamadrid. Pero de ninguna manera hay que pensar que el hecho de que el secretario de Gobierno, Armando Luna, haya ofrecido a don Reyes la reforma significa que el PAN se va a llevar lo que quiere. En concreto, los panistas buscan extender los tiempos de precampañas y campañas para dar más oportunidades a sus candidatos para posicionarse en la opinión pública, así como una ampliación de los topes de gasto de campaña. Esto significa darle marcha atrás a la reforma de 2004 que acortó los tiempos de proselitismo y que por ahora beneficia al PRI pues su operación política no se limita a las campañas, sino que se “cuelga” de las administraciones estatal y municipales. Pero ahora con el prospecto de reforma electoral, los tricolores también quieren llevarse su parte, para centralizar el control sobre los procesos. Entre los planteamientos que busca el PRI están el tipificar como causa de anulación de una elección el que un partido rebase los topes de campaña. También se busca un mayor control del Instituto Electoral del Estado sobre estos gastos. Por ejemplo, quieren que sea el Instituto el que pague las facturas de los proveedores de propaganda de los partidos, desde las camisetas y las calcomanías hasta los anuncios en espectaculares, lo que amarraría las manos a los partidos. Claro que el PRI no tiene problema con esto pues su operación electoral va más amarrada a la gestión de los gobiernos, pero deja en desventaja a los partidos que, como el PAN, ya no gobiernan casi nada en el Estado. La disputa promete ponerse buena, sobre todo si los panistas se lanzan otra vez a la protesta y terminan siendo “mayoriteados”.
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Nuestros subagentes en Durango reportan que el PRI estatal se metió a amarrar navajas adentro de la alianza opositora que cuajaron el PAN, PRD, Convergencia y PT, logrando desgajar a este último partido de la coalición. Como se recordará, el “prietito en el arroz” de la alianza fue un conflicto entre el PAN y el PT por la designación del candidato a alcalde de la capital, donde el PAN quería lanzar al senador Rodolfo Dorador y el PT al senador Alejandro González Yáñez. Al final se acordó que la postulación se basara en encuestas que indicaran al aspirino mejor posicionado y aquí fue donde metió su cuchara el PRI (o el gober Ismael Hernández Deras, que para el caso es lo mismo). Resulta que el PT “se agarró” de algunas encuestas que circularon en Durango y que ponían a su candidato arriba en las preferencias, para argumentar que ellos debían obtener la candidatura en la capital. Pero el detalle, comentan los subagentes, es que esas encuestas estaban mandadas hacer por el PRI para provocar conflictos adentro de la alianza, que se inclinaba por lanzar a don Rodolfo. Tal parece que la jugada le salió al tricolor, pues el PT ya tiene un pie afuera de la coalición. Los subagentes informan de una reunión en la que representantes de los partidos “alianceros” trataron de suavizar las cosas, pero no llegaron a ningún lado y al parecer el PT se irá por la libre, con lo que se pierde una pieza fuerte sobre todo en la zona de Durango capital.
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Desde San Pedro llegan noticias de un desastre financiero en la administración municipal que ahora encabeza Jorge Abdala Serna. Nuestros subagentes cuentan que el anterior alcalde, Arturo Babún, no sólo dejó las arcas sampetrinas en ceros sino con deudas que podrían llegar a los 90 millones de pesillos. Mientras todo San Pedro se pregunta a dónde se fue el dinero. Don Arturo no parece estar muy preocupado, pero se dice que, nada más por si las dudas, ya contempla negociar su entrada al PRI como una forma de protegerse cuando el Congreso del Estado se meta a revisar las cuentas de 2009, el último año de su administración. Ahora el problema lo tiene don Jorge, pues el Municipio no tiene dinero para pagar obras y servicios y tiene que depender de la generosidad del “Gobierno de la Gente”. De toda la bronca, lo más urgente son los 20 millones que Simas debe a la Comisión Federal de Electricidad que en cualquier momento puede bajar el switch y dejar a la ciudad sin agua, como ya lo hizo el año pasado. Se dice que don Jorge y su tesorero, Rodolfo López, ya no hayan cómo hacerle para meter dinero al Municipio, aunque se sospecha que en realidad lamentan que ya hayan pasado los tiempos de la abundancia y que ahora los pusieron donde no hay.
