La simbiosis entre el "Gobierno de la Gente" y el PRI en Coahuila alcanza rincones insospechados, gracias sobre todo a la tecnología aprovechada por más de un funcionario para avanzar las causas tricolores. Tal es el caso del secretario de Educación y Cultura del Estado, Víctor Zamora, quien le da un uso muy práctico al buzón de voz de su teléfono celular. Todo aquel que llama y es enviado al buzón no recibe la indicación estándar, del tipo: "está llamando al teléfono de Víctor Zamora, por favor deje mensaje". En lugar de eso se topa con una perorata partidista que a la letra dice: "Vamos a trabajar en cada momento, todos los días en cada espacio para que el partido sea más fuerte". Por si quedan dudas sobre a qué partido se refiere, éstas se despejan inmediatamente: "Vamos a ganar porque somos más nadie nos va a parar, vamos a ganar, el PRI va a ganar". El discurso parece provenir del jefazo del mencionado partido, Rubén Moreira
El detalle es que dicho mensaje se lo tiene que recetar toda persona a la que no le conteste don Víctor, incluyendo gente de asociaciones ciudadanas que buscan vincularse con la Secretaría de Educación, pero no han podido porque el titular no contesta el teléfono. Definitivamente es una forma ingeniosa de ganar puntos en la esfera política del clan Moreira, aún cuando no parezca muy sensato que el encargado de la educación en el Estado tenga en su teléfono una descarada propaganda partidista. Peor aún si el celular es pagado por el Gobierno, en cuyo caso don Víctor estaría cometiendo un delito electoral. Si éste es el ejemplo que da el jefazo de los maestros coahuilenses, difícilmente se podrá esperar mucho de la educación pública que se supone comanda.
Durante varios meses, el Gobierno de Coahuila ha ocupado los servicios de la polémica periodista Isabel Arvide para asesorías diversas en temas que van desde imagen hasta seguridad, pero es en esta última área, donde está más activa últimamente y según nuestros subagentes, su presencia es cada vez mayor en el diseño de las políticas del gober Humberto Moreira. Sin embargo, en la peronera capital se comenta que doña Isabel ya está provocando fricciones, especialmente con el Fiscal Jesús Torres Charles. Doña Isabel, que tiene vara alta en la Secretaría de la Defensa Nacional, ahora trae de moda el llamado “Modelo Coahuila”, que no es más que la llegada de militares retirados de alto rango a los mandos policiacos municipales y estatales, que ahora suman 16. El problema es que los militares en cuestión habrían sido seleccionados por doña Isabel y “palomeados” por cuates suyos en las altas esferas de la Defensa, desplazando de las decisiones operativas al Fiscal Torres Charles. Pero no hay que confundir el “Modelo Coahuila” con una política pública en materia de seguridad, sino que los subagentes más bien lo describen como un “blindaje” para el gober Moreira contra cualquier intervención federal tipo la orquestada en Michoacán el año pasado, pues con militares en los mandos policiacos es más fácil escurrir el bulto. El problema es que doña Isabel está metiendo las manos hasta la cocina en asuntos de seguridad al margen de los mecanismos formales, tanto que con su “Red de Seguridad Coahuila” ya parece la jefa de las policías en el Estado. A ver si no le truena el cohete en las manos.
Como se había adelantado, la jefatura de Ingeniería de Tránsito en la nueva Administración municipal de Torreón recayó de nueva cuenta en Ricardo Salgado, quien ya había ocupado ese puesto en tiempos del primer compadre Guillermo Anaya, pero no pudo terminar a causa de señalamientos en la renovación de semáforos cuando se modernizó la Diagonal Reforma. De ahí don Ricardo se fue a pasar el tiempo a Obras Públicas de Gómez Palacio, de donde también salió por sospechas sobre la instalación de semáforos en los bulevares Miguel Alemán y Rebollo Acosta. Al parecer el funcionario tiene cierta predilección por algunas compañías de ingeniería vial (por algo será, tal vez por cariño, dicen los bien pensados). El caso es que don Ricardo está de regreso y el momento no podría ser más propicio pues, según sus mismas declaraciones, hay más de cien cruceros “tronados” en la ciudad, que requerirán nuevos sistemas de semaforización, con las oportunidades que éstas representan. Pero hasta ahora, dar declaraciones parece ser lo único que ha hecho el jefazo de Ingeniería de Tránsito, pues mientras el pavimento luce nuevecito en importante vialidades, los semáforos están mal sincronizados y los señalamientos no existen, o están ilegibles por “grafitis” o despintados por el paso del tiempo y el sol lagunero.
Nuestros subagentes infiltrados en el PRI de Gómez Palacio reportan que los tricolores en ese municipio están ansiosos ante la selección de su candidato a presidente municipal. Pero el problema de que no se haya escogido alguno, no es que haya competencia entre aspirinos, sino que no hay “gallos”. Allende el Nazas se comenta que la ex alcaldesa Leticia Herrera ya está descartada y más bien ve su futuro en una curul en el Congreso local, posiblemente el liderazgo del mismo, para luego brincar a una senaduría. Descartada doña Lety, otra carta fuerte parecía ser la de Rocío Rebollo, pero su postulación se ve difícil dado que los bonos de su grupo político ahora andan a la baja. Otro que quiere es el director del Sistema de Agua Potable, José Miguel Campillo, aunque esta posibilidad es vista con pavor por los propios priistas gomezpalatinos, que consideran que si don José es el candidato, perderían la elección. Es el mismo caso del secretario del Ayuntamiento, Jorge Torres Bernal, por lo que ahora las miradas están puestas en el líder del PRI municipal, Rigoberto Flores, quien tiene las credenciales requeridas de militancia, excepto que nadie lo conoce. El problema es que el candidato a gobernador, Jorge Herrera Caldera no ha dado color con respecto a cuál sería su preferencia y sería bueno que ya diera, antes de que los tricolores de Gómez se acaben las uñas y sufran un colapso nervioso.
Al parecer los bonos del director del Sideapa, José Miguel Campillo, respecto a sus aspiraciones como próximo alcalde de Gómez Palacio comenzaron a bajar desde el año pasado cuando la relación con su principal impulsor, Ricardo Rebollo, sufrió una fractura. Cuentan nuestros subagentes que don Ricardo se enojó cuando Campillo tuvo la idea en diciembre de regalar un paquete de carnes frías para hacer discada a todos aquellos que fueran a pagar el agua. Obviamente el objetivo de este programa de “incentivos” no tenía como objetivo recuperar la cartera vencida del Sistema de Agua sino promover la imagen de su director rumbo a la alcaldía, lo cual no fue bien visto por don Ricardo ya que Campillo olvidó el pequeño detalle de avisarle. A don Ricardo que le gusta tener el control de todo no le agradó que su amigo se fuera por la libre, lo que provocó un distanciamiento entre los dos alegres compadres. De esta forma don Miguel cada vez está más solo en sus aspiraciones y todo parece indicar que su aventura en la grilla terminará con la llegada de la nueva Administración municipal y él se regresará a manejar sus negocios particulares.