En poco más de dos meses, la nueva administración municipal ha demostrado que le gusta hacer las cosas "en lo oscurito" cuando se trata de manejar nómina, rentas y contrataciones, (vivillos desde chiquillos) pero ahora resulta que algunos en el equipo del alcalde Eduardo Olmos ya de plano quieren quitarse cualquier tipo de supervisión. Nuestros subagentes reportan que el tesorero Pablo Chávez Rossique y el contralor y vicealcalde Lauro Villarreal preparan los funerales del Instituto Municipal de Buen Gobierno, herencia del ayuntamiento anterior, que se encarga de garantizar la transparencia en la administración. Se comenta que la Tesorería no ha pagado los gastos operativos del instituto en los últimos meses con el pretexto de las medidas de austeridad, aunque ese argumento no se sostiene pues por otro lado la Tesorería ha cumplido los caprichos de otras dependencias, notablemente la Contraloría, para rentarles oficinas fuera de los edificios municipales.
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Nuestros subagentes reportan que don Pablo tiene al menos tres oficios en los que el presidente del Instituto, Édgar Salinas, solicita la liberación de recursos para pagar gastos de oficina, a los cuales no les ha dado respuesta. Al parecer la estrategia es que la Tesorería se “haga pata” hasta ahogar el Instituto, tras lo cual la administración quedará en libertad de armarse una unidad de transparencia a modo que no sea tan latosa. Sin capacidad para operar, el Instituto no ha podido afianzarse como entidad supervisora de los gastos municipales y así es como las huestes de don Lalo han podido publicar la nómina sólo de manera parcial o hacer contrataciones sin atender los reglamentos. Operando “en lo oscurito”, se les olvida que la luz es elmejor desinfectante para la ola de corrupción que nos amaga por todas partes. Además, los nuevos funcionarios evitarían que les carguen aquello de que rezan: “Señor, no me des; ponme donde haya”.
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El alcalde Eduardo Olmos atraviesa su primera prueba de fuego con la Policíamunicipal, que ya tiene cuatro días parada en protesta contra el General Carlos Bibiano Villa a quien acusan de malos tratos y de preferir a sus “guaruras” sobre el resto de la corporación. Nuestros subagentes estiman que la bronca terminará con la renuncia, o despido, de hasta 400 policías en los próximos días, lo cual dejaría la fuerza operativa de la Dirección de Seguridad Pública con poco más de 300 agentes, menos de la mitad de la que tenía el año pasado. Si bien al principio don Lalo y su principal negociador, el secretario de Ayuntamiento, Miguel Mery, salieron con que el número de policías inconformes era pequeño y que el resto de la corporación estaba trabajando, la realidad es muy necia y tuvieron que admitir que prácticamente no había policías municipales en las calles. Tampoco hay muchos de los otros, pues si bien las autoridades insisten que las policías federal y estatal, así como el ejército, se han hecho cargo de la vigilancia, se ha notado una presencia casi nula de elementos de seguridad. Los subagentes comentan que el descontento con don Bibiano ya llevaba varias semanas incubándose, pero en este caso don Lalo tuvo que “amarrarse” a su jefe de Policía, pues si cedía a la solicitada salida del General Villa, los policías le iban a tomar la medida y le harían la vida de cuadritos en el futuro. Lo que los agentes inconformes quizá ignoraban es que la presencia de don Bibiano al frente de Seguridad Pública no es, en este caso, sólo por voluntad del Alcalde, sino que procede de una oferta del ejército que don Lalo no puede rechazar. Para los de verde olivo, la inminente “limpia” será una oportunidad para que, cuando se tranquilicen las aguas, incorporen a más ex militares a la Policía. Mientras tanto, don Lalo va a tener que convencer a don Bibiano que se porte bien.
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La falta de definición en el PRI para nombrar a su candidato a la alcaldía de Gómez Palacio está haciendo estragos en la unidad del partido, que es lo único que les queda para tener esperanzas de mantener la Presidencia municipal, pues no tienen mucha obra de gobierno para argumentar que deben tener otra oportunidad. Tras los golpeteos entre el ex alcalde Octaviano Rendón y la suspirante Rocío Rebollo, el partido está en una tensa calma de patadas por debajo de la mesa, principalmente entre doña Rocío y los aspirinos Rigoberto Flores y AlmaMarina Vitela. Nuestros subagentes reportan que las encuestas en poder del PRI estatal y del candidato a gobernador, Jorge Herrera Caldera, ponen a doña Rocío arriba en las preferencias entre los tricolores y como la única que puede dar la batalla contra el “aliancero” Augusto Ávalos, quien enfrenta sus propios problemas ante la pelea de lugares en la planilla entre el PAN y el PRD. En Lerdo la situación es al revés, pues el PRI parece inclinarse por el diputado Roberto Carmona y es el PAN el que tiene problemas para definir el “gallo” que van a lanzar en alianza con el PRD. La contienda sigue entre Salomé Elyd de Katsicas y CarlosMorales, quien rechaza que la decisión se tome con base en encuestas. Ante la indefinición, los “destapes” del PRI en Gómez y del PAN en Lerdo podrían aplazarse hasta abril, pero mientras más tiempo pasa, hay más tiempo para que los grupos se hagan garras y el circo sea más movido.
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Como en la canción infantil, el Parque Jurásico del PRI en Durango anduvo diciendo que el partido “iba a valer queso”, y en respuesta les dieron un “hueso”. Y es que para apaciguar a los ex gobernadores que andaban murmurando cosas feas del gober Ismael Hernández Deras y su delfín Jorge Herrera Caldera, éstos respondieron repartiendo candidaturas al Congreso. De esta forma, los hijos de José Ramírez Gamero, Maximiliano Silerio y Ángel Guerrero Mier, amarraron la posibilidad de pasar a la nómina legislativa durante los próximos tres años. Y es que los tres ex gobernadores tuvieron dificultades para esconder sus simpatías con el “aliancero” José Rosas Aispuro, quien a final de cuentas era miembro distinguido del Jurásico priista hasta hace unas semanas. Pero ahora que sus bebesaurios ya están acomodados, resulta curioso que los ex gobernadores se hayan adherido a la política de que calladitos se ven más bonitos. Poderoso caballero es don dinero.
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El alcalde de San Pedro, Jorge Abdala, ya suena a disco rayado con el discurso de que no va a ser “tapadera” de la administración anterior, encabezada por el perredista Arturo Babún, quien dejó un hueco financiero de 90 millones de pesillos cuando se fue a su casa en diciembre. Nuestros subagentes reportan que don Jorge sólo asoma la cabeza para lanzarse contra su antecesor, aunque para lo demás ha resultado medio escurridizo, pues apenas se aparece en eventos públicos y prefiere la grilla que la atención ciudadana. Y es que las travesuras del Gobierno anterior le resultan un buen distractor para que nadie se dé cuenta que en más de dos meses la nueva administración no ha hecho gran cosa, y San Pedro sigue azotado por problemas de agua, crisis e inseguridad. Gran parte del problema es que el Municipio no tiene dinero y el “Gobierno de la Gente” no ha entrado a su rescate, por lo que don Jorge tiene sólo el discurso. A ver cuándo se anima a pasar a la acción.
