Con la seguridad de Torreón a cargo principalmente de fuerzas federales, nuestros subagentes reportan que si bien la vigilancia puede estar garantizada, la ciudad está sujeta a los planes de rotación del Ejército y la Policía Federal, que resultan bastante impredecibles, pues a veces les da por sacar a soldados o agentes sin avisar y, peor aún, sin reponerlos. Aquí es donde los subagentes han notado la ausencia de los "representantes" de Torreón en el Congreso, pues ni uno de los senadores o diputados laguneros se ha puesto las pilas para gestionar ante las secretarías de la Defensa o Seguridad Pública que comprometan aquí a sus elementos.
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El senador Guillermo Anaya, quien se supone tiene las palancas por ser compadre del presidente, anda más ocupado en las grillas duranguenses; el diputado priista Miguel Ángel Riquelme está entretenido organizando marchas contra la Sedesol, mientras que el diputado del PRI, Héctor Fernández, quién sabe dónde andará. Tampoco se ha visto acción de parte de los otros dos senadores, el panista Ernesto Saro y el panista Jesús María Ramón, quienes parece que sólo disfrutan la nómina legislativa y como ni son de Torreón, no se dan cuenta de lo que pasa aquí, aunque se supone, representan a todo el Estado. Hasta ahora los legisladores han desperdiciado esta oportunidad para hacer algo por la comunidad a la que se deben, o al menos para lucirse, pues han de pensar que su chamba nada más es levantar el dedo. Se dice que el jefazo de la Región Militar, el general Marco Antonio González Barreda, amarró aquí a 200 de sus muchachos en lo que se normaliza la situación en la Policía Municipal, proceso que podría tomar más de seis meses, pero esos elementos pueden ser necesitados en otra parte en cualquier momento. A ver cuándo se les ocurre a los legisladores hacer un frente común, pues ya se sabe que, apenas son electos, no se acuerdan más que de traer un bolígrafo en la bolsa para firmar la nómina. Pero no ahorita, por supuesto, Dios los libre de que les vayan a interrumpir su puente de Semana Santa.
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Y en esto de la seguridad, por más que autoridades hayan minimizado la alerta de Estados Unidos sobre la violencia en La Laguna (el gober de Coahuila Humberto Moreira dijo que es “imprecisa” y al de Durango, Ismael Hernández Deras le comieron la lengua los ratones y no ha dicho nada), la realidad a veces es muy terca y en este caso también ha resultado muy precisa. Nuestros subagentes en el medio empresarial reportan que una delegación de 60 ejecutivos de una armadora automotriz japonesa canceló un viaje a la región para visitar una de sus plantas maquiladoras, a raíz de la advertencia hecha por el Departamento de Estado gringo sobre la inseguridad en La Laguna. La misma planta contempla una expansión que por ahora está detenida y probablemente así seguirá si los jefazos de la empresa no pueden venir a ver cómo andan las cosas sin “arriesgar el pellejo”. También se sabe de un equipo que planeaba viajar de Miami para hacer una certificación ISO a otra planta y que tampoco se animaron a venir porque vieron las cosas muy feas. Estos son dos ejemplos muy precisos sobre el impacto negativo que tiene la imagen de la Comarca Lagunera a nivel internacional, por más que las autoridades digan que no hay bronca y que crean que gobiernan a puros niños chiquitos.
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Tremenda sorpresa se llevó la cúpula panista que apostaba a que Salomé Elyd de Katsicas iba a sacar mejores números que Carlos Morales en la encuesta que decidiría la candidatura de la coalición PAN-PRD-Convergencia a la alcaldía de Lerdo. Se dice que los operadores del PAN, encabezados por el senador Guillermo Anaya, ya estaban hartos de las grillas de la ex alcaldesa Rosario Castro para apoyar la candidatura de don Carlos, quien se opuso a la realización de la encuesta. Pero he aquí que el sondeo le dio la ventaja al “gallo” del clan Castro, a pesar de que hace tres años había perdido la alcaldía, y la cúpula panista no tuvo más remedio que apechugar y entregarle de nuevo la candidatura. Nuestros subagentes indagaron si la encuesta podía estar “cuchareada”, pero resulta que ésta fue elaborada por una firma de la capirucha del esmog que es muy cercana a Los Pinos, donde doña Salomé es más consentida. De modo que don Carlos se alzó con la candidatura y a pesar de que antes se oponía a la encuesta, ahora está muy contento con el resultado. Por su parte, doña Salomé, que tenía todas sus esperanzas puestas en el sondeo, se quedó sin armas e intentó una protesta en el comité municipal del PAN que no llegó a nada. Así, la mesa ya está puesta para el priista Roberto Carmona y el panista Carlos Morales.
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En cuanto al PRI, ya con las candidaturas definidas a las alcaldías y al Congreso de Durango, se dice que el candidato a la gubernatura Jorge Herrera Caldera, ni metió las manos para “palomear” las listas, sino que éstas fueron elaboradas directamente en la oficina del gober Ismael Hernández Deras, quien puso a la mayoría de los candidatos, salvo algunas excepciones para que los sectores y el “Parque Jurásico” no hicieran mucho borlote. Así las cosas, nuestros subagentes señalan que esta situación podría preparar el terreno para una confrontación entre don Ismael y don Jorge si éste gana la gubernatura. A primera vista parece que si el candidato es del grupo del Gober y por ende de su delfín, no habría razón para pensar en un rompimiento. Pero el detalle está en la intención de don Ismael de fincar un poder transexenal, cual nuevo Calles (Si don Plutarco era el “Máximo”, toda proporción guardada, don Isma sería el “Mínimo”). Y si don Jorge se sienta en la silla a partir del 15 de septiembre se encontrará con que los alcaldes y diputados salidos del PRI podrían tener sus lealtades en otra parte y necesitará meterlos en cintura. En todo el país abundan casos de gobernadores entrantes que han tenido que romper con sus antecesores a quienes les deben la chamba, porque les ven la tentación de ejercer el poder más allá del sexenio. Además, encuentran las cosas en tan mal estado que necesitan alguien a quien echarle la culpa. ¿Sucederá lo mismo en Durango? Hay que estar pendientes.
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Varias dependencias municipales de Torreón están en vías de convertirse en aeropuertos, por la presencia de “aviadores” de altos vuelos que ahí despachan. Es el caso de las direcciones de Obras Públicas y de Desarrollo Social, que no han ejercido nada de presupuesto porque todo el tren de obra y la maquinaria de apoyos sociales la sigue controlando el Estado vía la vicegubernatura de Desarrollo Regional. Por ejemplo, el jefazo de Obras Públicas, Arturo Lozano, ha tenido que resignarse a sólo aparecer en la foto donde las obras las anuncia el subvicegobernador Gerardo Berlanga, quien se encarga de la ejecución. En el caso de Desarrollo Social, el director Fernando López todavía no sabe bien qué hace pues los principales programas sociales del Estado, como la “Tarjeta del Hogar” los maneja el vicegober Antonio Juan Marcos. Otro caso es el de la Contraloría, donde Lauro Villarreal colocó a varios “aviadores” que se dedican más a grillar que a trabajar. Para los funcionarios, esto resulta lo mejor de dos mundos: poca chamba y buen sueldo. ¿Qué más podrían pedir?
