La administración municipal de Torreón ha dado una gran muestra de "sensibilidad social" con los apoyos a organizaciones ciudadanas y culturales, que tienen más de tres meses sin ver ni un centavo de recursos municipales. La molestia en el gremio de las ONGs crece, sobre todo contra el alcalde Eduardo Olmos, el secretario del Ayuntamiento, Miguel Mery y el tesorero municipal Pablo Chávez Rossique, que aplican la estrategia del "vuelva mañana" a los miembros de patronatos de asociaciones de beneficencia o cultura que han sufrido el recorte de apoyos municipales desde el año pasado. Don Lalo dice que todo está bien, pero no se mueve nada mientras el Instituto de Buen Gobierno (que tampoco ha sido apoyado) no evalúe cada caso. Don Miguel nomás se reúne con los solicitantes, pero tampoco resuelve nada. Así que podemos concluir que ésa es la “sensibilidad” que se requiere de nuestras autoridades, sobre todo en tiempos de crisis cuando las iniciativas ciudadanas son esenciales. Según el Alcalde, esta semana debió haberse liberado el pago de apoyos retroactivos, pero tal parece que la instrucción se la dio a la pared, porque los subagentes en las arcas municipales comentan que el tesorero Pablo Chávez Rossique sigue guardando los billetes.
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Por más “imprecisa” que las autoridades locales digan que es la alerta del gobierno de Estados Unidos sobre la violencia en La Laguna, la mala fama que nos atribuyen los gabachos parece bien sustentada. Como se recordará, los gobernadores de Coahuila, Humberto Moreira, y de Durango, Ismael Hernández Deras, tronaron contra la alerta, a pesar de que se recibían reportes de que empresas extranjeras estaban cancelando viajes a la localidad para evaluar inversiones. Es claro que la inseguridad sigue y la respuesta gringa fue renovar la alerta hace unas semanas. Ahora, nuestros subagentes reportan un incidente que puede manchar más la ya de por sí deteriorada imagen de la localidad. Resulta que hace unos días un ejecutivo de una empresa estadounidense instalada en Torreón fue víctima de un asalto a mano armada. Los “malandros” le robaron su carro y le dijeron que se fuera. El pobre “güero” empezó a caminar, pero los ladrones lo alcanzaron y lo volvieron a encañonar para exigirle su cartera y su celular. La víctima se los dio y se alejó caminando,pero metros más adelante, nomás por no dejar, los asaltantes le pegaron un balazo. Este es un caso más de los cientos de asaltos que afectan a los laguneros cada mes, con la particularidad de que tiene el potencial para hacer escándalo. Pero como los reportes de que La Laguna es violenta son imprecisos y de “mala leche”, según nuestras autoridades, no hay problema.
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Luego de semanas de buscar deshacerse políticamente, la candidata a la alcaldía de Gómez Palacio Rocío Rebollo y la suspirante a diputada local, Leticia Herrera, andan cogidas de la mano y destilando miel en ctos de proselitismo. Nuestros subagentes que estuvieron en el arranque de sus campañas, reportan que las representantes de clanes antagónicos parecían las mejores amigas. Doña Lety parece no acordarse de que hace apenas una semanas intentaba descarrilar las aspiraciones de doña Rocío, pues al referirse a sus candidaturas señaló que “somos la mejor opción”. Por su parte, la suspirante a la alcaldía se refirió a doña Lety como “una trabajadora incansable”. Sin embargo, los grillos reportan que el “pique” está en los detalles, como el hecho de que doña Lety acaparó los micrófonos en un evento reciente y casi no dejó hablar a doña Rocío. Pero no cabe duda que la esperanza de un hueso cura todos los rencores.
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De manera sorpresiva se suspendió la presentación de una encuesta sobre las preferencias electorales en Gómez Palacio realizada por un grupo de estudiantes de comunicación de una universidad privada de orientación católica de aquel municipio. La presentación sería ayer a las 10 de la mañana, y desde hace una semana se había convocado al evento a los medios de comunicación de la región. Al parecer la suspensión se debió a que los resultados daban una amplia ventaja a Rocío Rebollo sobre Augusto Ávalos y el pequeño detalle fue que la encuesta laencargó a los alumnos un profesor que actualmente colabora en la campaña del candidato panista, de ahí que ya no le agradará tanto el hacerla pública. El argumento para suspender el evento fue que hubo errores en la metodología, pero ¿acaso el profesor no revisó los cuestionarios antes de aplicarlos? Dicen nuestros subagentes disfrazados de pizarrón y gis, que en promedio 8 de cada diez personas encuestadas decían que iban a votar por la candidata del PRI.
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Los “ipecos” que representan al gremio empresarial en el Consejo Directivo del Simas dan muestras de ser candiles de la calle y oscuridad en la casa, pues mientras que afuera hacen todo tipo de declaraciones sobre las irregularidades o el deplorable estado de la empresa de agua, en las sesiones del consejo, donde de veras pueden exigir cuentas, prefieren guardar silencio. Nuestros subagentes reportan, por ejemplo, que en la pasada reunión ninguno dijo nada cuando el alcalde Eduardo Olmos puso a consideración eliminar la costumbre de regalar el agua a los empleados del Simas, por el mal mensaje que se manda. Ninguno de los miembros del consejo dijo nada y de hecho el único que brincó fue el contralor Mario Cepeda, pero para defender el “regalo” y pedir que se mantenga para que no se alebreste el sindicato. “Vamos a investigar” fue lo único en lo que coincidieron “ipecos” como Félix Pérez de la Cámara de Comercio; Omar Gutiérrez, del CLIP; Sergio García López, de la Cámara de la Construcción; Ramón Gutiérrez, de Coparmex, y el cuñado favorito, Ángel Morales, ex Canacintro que ahora cobra de secretario técnico de Consejo. Eso de patear el bote para adelante se repitió en otros asuntos con la publicación de la lista de los principales deudores del Simas o el problema de la caída en la recaudación que no ha logrado repuntar y hace estragos en las finanzas de la empresa. Se supone que los representantes empresariales están en el consejo del Simas para hablar fuerte y exigir cuentas, pero resulta que salieron bastante dóciles. Una preocupación menos para don Lalo.
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Nuestros subagentes que andaban en la inauguración de la capilla de la Hacienda de Hornos y no tuvieron
tiempo de reportarse para la columna pasada porque se quedaron a la pachanga reportan una orrección: el curuleco Miguel Ángel Riquelme no se quedó a la comida de manteles largos en Viesca, sino que se retiró antes de que iniciara, mientras que el jefazo del PRI, Rubén Moreira, sólo se quedó un rato a departir con personalidades como el obispo José Guadalupe Galván y se retiró antes de la comida. La aclaración es para que luego no digan que se les tacha de burgueses. Lo que no pudimos averiguar fue si pidieron que les pusieran “comida para llevar”.
