El ex alcalde José Ángel Pérez parece muy tranquilo ante las observaciones de la Auditoría Superior de la Federación sobre desvíos de recursos en su administración. Pero nuestros subagentes en la Presidencia Municipal comentan que las huestes del alcalde Eduardo Olmos lo traen en la mira para hacerle la vida de cuadritos. Como se sabe, la Auditoría exigió al Municipio la devolución de 1.4 millones de pesillos que la pasada administración ejerció en cosas distintas a las asignadas, pero el Municipio, como es lógico, se quiere lavar las manos. Se dice que el contralor Lauro Villarreal se ha movido para que don José Ángel sea el responsable de restituir el dinero a la Federación y que la respuesta del Municipio será enviara la Auditoría a cobrarle al ex alcalde y a ex funcionarios señalados en el reporte de desvíos, ya sea directamente o mediante créditos fiscales.
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Por su parte, don José Ángel dice que el tema no le preocupa y que está dispuesto a aclarar el desvío, a pesar de que las explicaciones que había dado su administración el año pasado no dejaron satisfechos a los auditores federales. Lo curioso es que el ex alcalde construye su defensa como si la acusación fuera que se había robado el dinero, cuando lo único que dijo la Auditoría es que los recursos fueron usados en gastos distintos a los que estaban etiquetados. “No tomamos ni un centavo partido por la mitad”, fue la respuesta de don José Ángel cuando nadie lo había acusado de eso. ¿Explicación no pedida?
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No cabe duda que Parras es un oasis para escapar de los problemas cotidianos y el mundanal ruido. Varios personajes pudieron comprobarlo este fin de semana y, por ejemplo, la jefaza del sindicato de maestros, Elba Esther Gordillo, visitó Coahuila sin tener que darse cuenta de que la prueba ENLACE se iba a aplicar a cientos de estudiantes del Estado al aire libre porque no hay aulas, lo que seguramente la hubiera preocupado muchísimo. Los gobernadores de Nuevo León, Tamaulipas y Durango ni tuvieron que preocuparse por la violencia desatada en sus estados. Por el contrario, RodrigoMedina, Eugenio Hernández e Ismael Hernández Deras estaban muy divertidos como para ocuparse del asunto; allá en sus feudos que se salve el que pueda. El líder del sindicato petrolero, Carlos Romero Deschamps, también llegó, olvidado de los problemas en Pemex y de cómo su gremio se ha convertido en lastre para la empresa. El Cardenal Norberto Rivera, por su parte, se tomó un respiro del escándalo de pederastia que envuelve a la Iglesia Católica. Y ni qué decir de los alcaldes del Estado y los secretarios del gabinete estatal, todos departiendo en amena convivencia. Todos estos personajes pudieron saborear esos momentos de tranquilidad gracias al gober Humberto Moreira, que eligió Parras para el bautizo de su hija, y así aprovecharon el buen ánimo de la fiesta para olvidarse de todas sus broncas, debidamente resguardados por el ejército y la Policía Estatal, para protegerse de la realidad que se vive en el resto del país.
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Los genes priistas traicionaron hace unos días a José Rosas Aispuro, candidato a la gubernatura de Durango por la alianza opositora. Con ganas de presumir un mitin en Gómez Palacio el sábado pasado, los estrategas de imagen de don José no tuvieron empacho en reportar la asistencia de 12 mil personas que habrían vitoreado al aspirino “aliancero”. Sin embargo, nuestros subagentes comentan que la concurrencia fue de dos mil personas al inicio del evento, pero al final se redujeron a mil debido a la lluvia, pero también al hecho de que don José llegó con una hora de retraso al evento. De ahí que los subagentes hayan reportado que el candidato tuvo que recurrir a la vieja práctica de inflar las cifras, como si fuera un acarreo virtual. Parece que a don José se les están pegando las “mañas” del gobernador Ismael, que para eso de llegar tarde a los eventos oficiales es una autoridad.
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El mundo de la cultura no logra escapar a las grillas que convierten la promoción artística en circo y botín para los intereses de diversos grupos. La última bronca es protagonizada por la delegada del Instituto Coahuilense de Cultura, Laura Eraña y la síndico municipal, Lucrecia Santibáñez. Ambas se acusan mutuamente de querer acaparar la gestión cultural e imponer su voluntad en instituciones y programas. La pugna es completamente estéril y al menos doña Laura ya ha dado señales de que quiere salirse, pues nuestros subagentes comentan que pidió licencia temporal a su cargo ya que, se dice, ni su jefe el director del Icocult, Armando Guerra, la apoya. Mientras esto sucede, doña Lucrecia mueve sus piezas y en la Presidencia Municipal se comenta que la comisión de Educación y Cultura del Cabildo, que preside la regidora BlancaMaltos, se va a partir en dos para crear una nueva comisión de Arte y Cultura que pasará a manos de la síndico. Pero nada de esto le ha redituado algo positivo al mundo cultural de la ciudad, pues sólo sirve para afianzar cotos de poder. En medio de todo está la directora municipal de Cultura, Norma González Córdova, quien no se quiere meter en broncas y ha decidido que lo mejor es no moverse, cuando todo este lío representa una oportunidad para darle claridad en la gestión cultural, pero tal parece que eso es lo de menos. Lo de más es agarrar poder.
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Quien debe pensar que está muy galán es el secretario del Ayuntamiento de Torreón, Miguel Mery Ayup, que quien el sábado anduvo muy animado en el concierto de la rockera Alejandra Guzmán. Cuando ésta dijo que en Torreón “hay tanto guapo que no sé qué pueda pasar”, el funcionario sin dudarlo comenzó a gritarle a la Guzmán: “Anímate, anímate”. Nuestros subagentes disfrazados de guitarra eléctrica, cuentan que la canción que más prendió a don Miguel fue “Soy sólo un secreto”, la cual cantó a todo pulmón, a lo mejor porque el título dice mucho de la forma en que se hacen las cosas en la Presidencia Municipal. El funcionario se la pasó muy bien, alejado de las broncas causadas por las metidas de pata, pero queda claro que si trabajara con el mismo entusiasmo con el que canta, Torreón sería mejor ciudad.