De plácemes deben estar en la peronera capital por el anuncio del grupo regiomontano DeAcero, que se llevará a Ramos Arizpe una inversión de 700 millones de dólares para una nueva planta, pero el anuncio de la empresa deja ver la desigualdad que priva entre la zona de Saltillo y La Laguna para atraer inversiones y a quién consienten más el gober Humberto Moreira y el secretario de Fomento Económico, Jorge Alanís. Para dar una idea, tan sólo esos 700 millones de dólares que llegarán de golpe a la región sureste representan más del doble del total de inversión privada que llegó a La Laguna entre 2006 y 2009, periodo en el que Torreón recibió 282 millones de dólares (16 veces menos que lo recibido por Saltillo en ese mismo lapso, por cierto). Según la propia empresa, el "Gobierno de la Gente" les ofreció las perlas de la Virgen y se aplicó tanto con los incentivos que le ganó la partida a estados como el propio Nuevo León, sede de la empresa, San Luis Potosí y Querétaro, que tienen estrategias sólidas de promoción de inversiones.
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Para ganar la planta, la secretaría de Fomento hizo ver a los regios que en la zona de la capital había lo necesario para que se instalaran: amplio abasto de agua, energía eléctrica y gas natural. Esto es precisamente de lo que todavía carece La Laguna, pues en cuatro años el Estado no ha logrado detonar la zona industrial de Mieleras y encima de todo se da el lujo de traspasar terrenos a particulares sin un proyecto de inversión específico. Ahora, con la nueva planta acerera, la goliza que Saltillo le mete a Torreón se ampliará aún más.
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El sábado pasado en esta columna se apuntó que quizá la única forma para que el Gobierno Federal volteara a ver la situación de inseguridad en La Laguna era que estuviéramos como en Ciudad Juárez. Al menos esa fue la impresión que dejó la visita del secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont, quien señaló a la situación en Juárez como la razón por la que en La Laguna se han retirado las fuerzas federales y no se le ve con tanta urgencia. Desafortunadamente, el mismo sábado llegó otro recordatorio de la espiral de violencia que atrapa a la región, con la macabra matanza de ocho jóvenes en un bar. La pregunta es, entonces: ¿hasta dónde tiene que llegar la violencia en la región para que haya respuesta contundente? Porque hasta ahora permanece la misma indolencia de las autoridades en todos los niveles. Probablemente don Fernando dejó Torreón con la impresión de que las cosas no estaban tan mal y ya ni tiempo le dio de enterarse de los terribles hechos del sábado, pues a esas alturas ya estaba movilizando a todo el Gobierno Federal para buscar a Diego Fernández de Cevallos, cuyo secuestro se convirtió en la prioridad nacional. De lo sucedido aquí, ni quién se acordara, pues La Laguna tiene la mala suerte de que los hechos violentos son opacados por otras cosas que atraen de momento la atención del público.
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Y hablando de inseguridad, en la Presidencia Municipal tienen tanta confianza en la Policía que cuando el alcalde Eduardo Olmos y sus huestes vieron que la audiencia pública del programa “Martes en tu Colonia” iba a ser ayer en la colonia San Joaquín, una de las más violentas de Torreón, mejor decidieron cancelarla. Nuestros subagentes reportan que el jefazo de la Policía, el general Bibiano Villa, dijo que la seguridad del alcalde y los directores participantes estaba garantizada, pero uno a uno los funcionarios asignados a participar en el evento le fueron sacando, lo que demuestra que ya de plano nadie le cree a don Bibiano y que el miedo no anda en burro. El alcalde, como es su costumbre, optó por no dar una explicación de por qué se canceló el evento y seguramente ahorita estará preguntándose quién fue el despistado al que se le ocurrió agendar la audiencia en una colonia donde las balaceras son cosa cotidiana. (Por ahí se dice que fue el director de Atención Ciudadana, Armando Cobián). Pero en todo caso haber escogido el poniente de Torreón para la audiencia tiene mucho sentido, pues a fin de cuentas es uno de los lugares que más requiere la presencia del gobierno. Lo grave fue haberla cancelado, pues el mensaje que manda el alcalde es que la autoridad va a estar ausente en los lugares donde más se necesita y que la zona del poniente seguirá hundiéndose en la violencia sin que nadie haga algo.
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El sainete que traen desde la semana pasada el gober Humberto Moreira y la Secretaría de Hacienda sobre el envío de recursos federales a Coahuila es notable porque es la primera vez que Hacienda se metió a contestar la larga letanía de reclamos de don Humberto y otros funcionarios del “Gobierno de la Gente” que llevan meses declarando que la Federación aprieta los billetes. De esta forma, la situación de las transferencias de recursos a Coahuila ya se va aclarando. Como se recordará, el borlote empezó cuando el Gober se quejó de que Hacienda no mandaba dinero y luego en estas páginas se publicó un reporte de la dependencia que señalaba el aumento de dinero enviado a los estados a raíz de los “gasolinazos” de este año. Don Humberto acusó a Hacienda de mentirosa, pero ésta respondió detallando los envíos de participaciones a Coahuila. Nuestros subagentes comentan que la respuesta del Gobierno Federal fue instigada por el senador y primer compadre, Guillermo Anaya, a quien le urgen dardos que tirarle al Gobierno Estatal. Con los reportes de Hacienda queda claro que cada quien tiene su parte de razón. Según Hacienda, los recursos para Coahuila aumentaron 1.4 por ciento de 2009 a este año, pero si bien los montos son mayores, el alza es por debajo de la inflación del año pasado, por lo que también se puede argumentar que llegó menos dinero. Por otra parte, el Estado afirma que para mayo se recortaron 175 millones de pesillos, pero admite que los envíos de enero a abril (que según Hacienda fueron al son de unos 900 millones cada mes) llegaron tal como estaba programado en el presupuesto. El Estado también reconoce que los recursos del gasto social (Ramo 33) han fluido sin problema, pero en la Secretaría de Finanzas que comanda Javier Villarreal hay temor de que en los próximos meses se vayan a dar más recortes, y sobre este tema Hacienda aún permanece muda. Así las cosas, es evidente que la bronca es más para el consumo mediático y que cada quien acomoda los hechos para ajustarse a sus propias conclusiones, pero al final los que sufren son los coahuilenses, que han demostrado que “aguantan pianos”.
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De la coalición opositora en Durango llegan noticias de un distanciamiento entre el candidato a gobernador, José Rosas Aispuro, y el candidato a la alcaldía de Gómez Palacio, Augusto Ávalos. Nuestros subagentes reportan que hay poca coordinación entre las dos campañas, sobre todo en los eventos y en la entrega de apoyos en las colonias, que van asociados sólo a uno de los aspirinos, pero no a los dos al mismo tiempo. También se dice que cuando no hay coordinación hay imposición de parte de los estrategas de don José hacia la campaña a la alcaldía, sobre todo en lo que tiene que ver con imagen. Se dice que don Augusto se le ha visto algo desanimado ante esta situación, impresión reforzada por el hecho de que la alianza no ha podido despegar como una alternativa al dominio que aún ejerce el PRI en Durango, pues el gober Ismael Hernández Deras le ha puesto a la campaña de su delfín, Jorge Herrera Caldera todo el ímpetu que no le puso a mejorar la situación en el Estado. (Comprensible porque hay que cuidar la cola.) Ya ni guerra de encuestas hay, pues la publicación de sondeos ha corrido por cuenta casi exclusiva del tricolor. En consecuencia, el panorama para el 4 de julio pinta para que los priistas permanezcan en el poder en Durango. A ver si hacen algo con él.