Hace más de un mes, dos personas clave en elaparato de seguridadfederalque (almenos en teoría) debe protegera la Comarca Lagunera del crimen organizado, rechazaron comparar la violencia en la región con la de CiudadJuárez. Primero el secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont (mejorconocido como elhermano del que armó pleito callejero en el mundial), argumentó que las fuerzas federales en La Laguna no eran tan urgentes como en la ciudad fronteriza. Días después le hizo segunda el jefazo de la XIRegiónMilitar, Marco Antonio González Barreda.Es posible que ambos tengan razón en almenos un aspecto: Juárez y La Laguna no son iguales nomás porque en Juárez haymiles de soldados y policías federales y aquíno.
***
En todo lo demás, ambas regiones se están pareciendo mucho en los niveles de violencia. La tasa de homicidios en la Comarca Lagunera en lo que va del año es menor a la de Juárez, pero se le acera peligrosamente. Los ataques a grupos de personas inocentes también se dan en ambos lados. Las balaceras en plena calle también van en aumento en La Laguna y apenas el fin de semana Gómez Palacio vivió un fenómeno que parecía exclusivo de Juárez: una macabra ejecución masiva en un centro de rehabilitación de drogadictos. Este hecho envía una señal fuerte sobre la escalada de violencia en la región y parece ser resultado de la estrategia de dejar que los grupos criminales se maten entre sí. Pero el aumento en episodios violentos como éste o como los ataques a medios de comunicación no han levantado alarmas en los lugares donde se decide la movilización de la Policía Federal o el Ejército, pues hasta ahora La Laguna no parece lugar de atención urgente y el envío de fuerzas federales sigue en calidad de promesa, lejos de ser realidad.
***
Lo peor es que, como ha sucedido antes, los hechos violentos en La Laguna terminan eclipsados en la atención nacional por otros sucesos. Ahora fue el asesinato del candidato del PRI a gobernador de Tamaulipas, Rodolfo Torre, que conmocionó el panorama electoral a menos de una semana de los comicios del cuatro de julio. Ahora las baterías del Gobierno Federal se enfocarán en Tamaulipas, donde el gober Eugenio Hernández ya pidió refuerzos de la Policía Federal sin tener que hacer “cola” para recibirlos. Es posible que la muerte de Torre altere la estrategia de combate al crimen organizado, pues la ejecución de un candidato a gobernador lleva la ola de violencia a niveles insospechados, al tratarse del asesinato político más sonado desde Luis Donaldo Colosio y José Francisco Ruiz Massieu, hace dieciséis años. Por lo pronto, y como el miedo no anda en burro sino en Suburban blindada, tanto gobernadores como candidatos a ídem ya reforzaron su seguridad. A ver si con esto tienen una mejor idea de la situación que sufre la gente que gobiernan o aspiran a gobernar.
***
La muerte de Rodolfo Torre también alteró las agendas de los gobernadores priistas, que rápido se dejaron ir a Ciudad Victoria para el funeral del candidato, pero también, según nuestros subagentes, para echar “bola” en la definición del próximo aspirante a gobernador. Humberto Moreira e Ismael Hernández Deras no fueron la excepción y dejaron el changarro para acudir al cónclave de dirigentes tricolores. Don Humberto se fue desde el lunes, pues se comenta que el gober de Tamaulipas es uno de los colegas con quien tiene más cercanía. Don Ismael también estuvo desde ayer tempranito, pues nadie quiere quedarse fuera de la bronca que enfrenta el PRI para llegar a la elección con un nuevo candidato.
***
Nuestros subagentes en las nuevas oficinas municipales comentan que los miembros de organizaciones ciudadanas, culturales o empresariales que se han juntado con el alcalde Eduardo Olmos, para presentarle proyectos o hacerle peticiones, salen encantados de las reuniones porque don Lalo les dice que sí a todo y ahí mismo gira instrucciones. El problema es que luego sus subordinados se encargan de archivar esas órdenes y literalmente mandan por un tubo a su jefe, pues nunca pasa nada. En un caso (uno de tantos) los subagentes informan de una reunión que tuvo el Alcalde con desarrolladores de vivienda que le llevaron inquietudes sobre problemas de urbanización, abasto de agua y lentitud en trámites del Catastro (que es un desastre). Ahí mismo, don Lalo instruyó al tesorero Pablo Chávez Rossique, al gerente de Simas, Jesús Campos, y al director de Urbanismo, Miguel Algara, para que revisaran los problemas y dijo que en unos días quedarían arreglados. Eso fue hace dos semanas y las cosas siguen igual. La misma historia sucedió con organizaciones no gubernamentales que pidieron la restitución de apoyos y el Alcalde dio órdenes que fueron ignoradas durante meses. Igual pasa con grupos que llevan propuestas y salen de reuniones emocionados porque creen que les hicieron caso y luego resulta que les dan largas. Si don Lalo no se ha dado cuenta de que sus colaboradores le dan el “avión”, pues aquí queda notificado. Y si está al tanto, ¿qué espera para poner orden y hacer sentir quién es el alcalde?
***
Si alguien dudaba que el gobierno de Durango está metido hasta el fondo en las elecciones, basta un caso para mostrar que a las huestes del gober Ismael Hernández Deras no se les escapa ningún detalle. Sucedió hace unos días con la noticia de que el candidato del PT a gobernador, Gabino Martínez, declinaba a favor del aspirante de la alianza opositora, José Rosas Aispuro. Inmediatamente empezaron a circular versiones de que don Gabino había sido presionado por dirigentes de su partido para que declinara, pero lo curioso es que esas versiones fueron difundidas desde la oficina de prensa de don Ismael, que comanda Amaury Alvarado. Nuestros subagentes no entendieron qué hacía la dirección de Comunicación Social metida en asuntos internos del PT y la alianza opositora, pero tuvieron muy claro que en el Palacio de Gobierno está en todo lo que pasa en la elección, aunque tengan otros problemas del Estado, más urgentes y apremiantes, en el total descuido.
***
Las campañas en Durango llegan hoy a su fin y los candidatos a gobernador ya tuvieron sus cierres en La Laguna. El priista Jorge Herrera Caldera se aventó un mitin en la Jabonera La Esperanza, con las bases tricolores debidamente acarreadas. En el estrado estaban las candidatas a la alcaldía, Rocío Rebollo, y al Congreso, Leticia Herrera, que dieron una de esas muestras de “unidad” que en la política significa subirse muy amigables al escenario y después bajarse para seguir el pleito casado que trajeron toda la campaña. Los “alianceros” José Rosas Aispuro y Augusto Ávalos esperaban tener la presencia del jefazo del PAN, César Nava de Patylú, pero éste canceló por lo ocurrido en Tamaulipas y mandó al secretario general, José González Morfín. Ahí reapareció el senador y primer compadre, Guillermo Anaya, recién desempacado de Sudáfrica (dice que le fue muy bien) y con las pilas recargadas para la recta final de la elección. Para don Memo estos comicios representan la última operación electoral antes de jugar la candidatura a gobernador de Coahuila, pero primero festejará su cumpleaños con una fiesta en el Coliseo Centenario que puede servir de plataforma para lo que viene.