El conflicto que se avecina en Durango por la disputa post-electoral entre el PRI y la alianza opositora del PAN y el PRD augura un mal cierre para el sexenio del gober Ismael Hernández Deras, quien anda batallando para poder asegurar en la silla a su delfín, Jorge Herrera Caldera. Como si Durango no tuviera ya suficientes problemas, el resultado tan cerrado del domingo prácticamente garantiza que la elección se decidirá en el Tribunal Electoral, que deberá tomar en cuenta si el montón de travesuras del PRI, el gobierno Estatal y del Instituto Electoral serán causa para anular la elección. Nuestros subagentes comentan que resulta sospechoso que las casillas que más tiempo tardaron en reportar resultados fueron en zonas donde ganó la coalición opositora y las malas lenguas ya dicen que fue una táctica dilatoria para rellenar un resultado favorable al tricolor.
Lo curioso es que la cantidad de votos que faltan por el contrario, algo así como unos 18 mil, es mayor a la diferencia que separa al PRI de la alianza opositora. La elección se decidirá en el conteo final de hoy en cada municipio, y se espera que el PAN adopte el refrán de “voto por voto, casilla por casilla” que tanto odiaron hace tres años cuando el PRD lo traía de moda. Otros detalles sospechosos son el robo de urnas en casillas de zonas favorables a la alianza opositora en la ciudad de Durango, así como actos de intimidación de grupos armados en centros de votación. Resulta difícil pensar que el crimen organizado sería el responsable de esos actos, pues ya se sabe que ellos influyen en las elecciones de otra forma (asesinando o amenazando candidatos), de modo que es altamente probable que algunos vivillos se hayan acogido al manto de impunidad que está extendido por todo el Estado para realizar sus “mapachadas”, como en los viejos tiempos, lo cual parece ser confirmado por el hecho de que algunas de las urnas robadas aparecieron en una patrulla de la Procuraduría de Justicia del Estado (¿así o más claro?). El desaseo de la elección es un legado negativo del gober Hernández Deras quien, por obra u omisión, habría borrado avances de años para lograr elecciones limpias y ahora dejará el gobierno con una profunda polarización política, cuando hace seis años fue electo por un holgado margen. Si don Ismael pensaba irse tranquilo asegurando su relevo (y su “cola”) y la permanencia de su grupo político en el poder, ahora no puede estar tan seguro.
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Una de las paradojas de la elección de gobernador en Durango es que, si se alza con el triunfo, el priista Jorge Herrera Caldera le deberá la victoria a La Laguna, donde el tricolor ganó con amplios márgenes y no a Durango capital, pues don Jorge no pudo ganar la ciudad de la que fue alcalde y a la que representó en la Cámara de Diputados. La supuesta popularidad del gober Ismael Hernández Deras tampoco sirvió para nada en la capital ni en el centro y sur del Estado. El “aliancero” José Rosas Aispuro logró aprovechar la base de tres décadas en el tricolor, incluyendo su gestión como alcalde de Durango, para ganar en cinco de los seis distritos de la capital, en particular su núcleo urbano. En cambio, apuntan nuestros subagentes, a don Jorge lo salvó el voto en Gómez Palacio y Lerdo gracias a la operación de los candidatos a las alcaldías, Rocío Rebollo y Roberto Carmona, respectivamente, y de la virtual diputada Leticia Herrera. A ver si don Jorge se acuerda de que La Laguna le salvó el pellejo cuando llegue a sentarse en la silla de gobernador… si es que llega.
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Del lado de Coahuila hubo varios ganadores con la jornada electoral del domingo. Entre ellos están el gober Humberto Moreira y el hermano cómodo y jefazo del PRI, Rubén Moreira, que andan muy contentos con el triunfo del tricolor en Lamadrid y Juárez, dos ayuntamientos donde se anularon las elecciones municipales del año pasado. Ahora el PRI gobierna 33 de los 38 municipios, con 94 por ciento de la población del Estado. Don Humberto no tuvo mucho tiempo para festejar, pues las lluvias de “Alex” dejaron bajo el agua a una buena parte del centro y el norte del Estado. La victoria que mejor les cayó fue la de Lamadrid, porque la anulación del triunfo del PAN el año pasado se había convertido en la principal espina del PAN, en especial de su dirigente Reyes Flores Hurtado que hasta armó una huelga de hambre por la anulación. Ahora el PAN es la tercera fuerza electoral del Estado en términos de población gobernada, pues nomás tienen Allende y San Buenaventura lo cual no les da buenas esperanzas para la renovación de la gubernatura el año que entra. Y es que desde la paliza del año pasado, al estrategia del PAN fue defender el triunfo en Lamadrid, uno de los municipios más pequeños de Coahuila, en lugar de ponerse a ver por qué habían perdido Torreón y Ramos Arizpe, sus bastiones importantes. Por su parte, el senador y primer compadre Guillermo Anaya todavía tiene el pronóstico reservado sobre cómo le fue en la jornada electoral, pues el éxito de la alianza que operó en Durango aún está por verse. Como quiera don Memo logró darle la batalla al PRI con el resultado tan cerrado y eso podría subirle los bonos en el partido con miras al año que entra. Pero llama la atención que mientras las dirigencias nacionales del PAN y del PRD empezaron a hablar de alianzas para las elecciones de gobernador del año que entra en varios estados, no incluyen a Coahuila en sus planes para una candidatura conjunta. ¿Por qué será?
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Otro ganador es el curuleco lagunero Miguel Ángel Riquelme, delegado del PRI en Zacatecas, donde operó con éxito la recuperación de ese estado. Pero la participación de priistas coahuilenses por aquellas tierras no estuvo exenta de los inevitables escándalos, como la detención de Juan José Yáñez Arreola, funcionario con licencia de la Fiscalía General del Estado, quien fue sorprendido con una maleta llena de dinero, según esto para comprar votos (a lo mejor era para cigarros y lo calumnian). Lo interesante del incidente es que reveló las prioridades de la Fiscalía, pues al parecer resultó más importante darle licencia a uno de los fiscales para que se fuera a operar a favor del PRI, que tener al equipo completo para enfrentar la ola delictiva que azota al Estado. Allá en Zacatecas también operaron el subsecretario de Gobierno para la región lagunera, Demetrio Zúñiga, y el primer regidor de Torreón, Rodrigo Fuentes, quienes también mostraron sus prioridades, al considerar más importante estar en elecciones de otras ciudades que en el gobierno de ésta, aunque ésta se haya inundado.
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Quien también anda contento es el ex alcalde Heriberto Ramos, enviado por la jefaza del PRI, Beatriz Paredes, a operar la elección de alcaldes y diputados en Baja California. Don Heriberto reportó al tricolor un “carro completo”, con victorias en los cinco municipios del Estado y en 13 de las 16 diputaciones. De esta manera, el PRI “atoró” al gobernador panista José Guadalupe Osuna para los próximos tres años, pues tendrá que lidiar con alcaldes priistas en todos los municipios y con un Congreso con mayoría tricolor. A ver si con el resultado don Heriberto termina de salir de la “congeladora “ y se le abre el paraíso perdido.