Esta semana Durango obtuvo la dudosa distinción de ser el único estado del país con movilizaciones y protestas post-electorales, por el resultado tan cerrado de la elección para gobernador entre el priista Jorge Herrera Caldera y el “aliancero” José Rosas Aispuro. El conteo final de votos será hasta el miércoles, por lo que todavía queda una amplia ventana de tiempo en la que la coalición “Durango nos Une” puede prolongar las protestas y echar más dudas sobre la elección antes de que los partidos que la integran, PAN, PRD y Convergencia, se vayan al Tribunal Electoral si la victoria del tricolor en el conteo preliminar es ratificada. El problema, apuntan nuestros subagentes disfrazados de urnas robadas, es que la apuesta del Tribunal sería riesgosa.
En algunos corrillos se comenta que, en respuesta a una impugnación, el PRI podría lanzarse contra uno de los triunfos de las alianzas opositoras en Oaxaca, Puebla o Sinaloa, aunque ahí las coaliciones ganaron por amplios márgenes. En este sentido, las dirigencias del PAN, PRD y Convergencia podrían recular (darle para atrás, no piensen mal) para defender los triunfos ya logrados y “concertacesionar” Durango. Eso sí, sobran los elementos para pensar en una elección desaseada por las intervenciones del gobierno de Ismael Hernández Deras que se prolongaron hasta el conflicto post-electoral. Es el caso del hallazgo de una urna robada en una patrulla de la Procuraduría estatal, justificada por el Procurador Daniel García Leal porque según esto el agente que la custodiaba se había ido a comer, pero sin explicar por qué se permitió tal descuido con evidencias de delito electoral. O la faramalla que armó la misma Procuraduría para acusar a 21 operadores de la alianza de robo de urnas mientras permitía que reporteros y policías contaminaran con su manoseo las supuestas “pruebas” que se les encontraron, incluyendo armas de dudosa procedencia. Lo cierto es que esto va para largo y se acumulan los indicios de que la elección duranguense huele feo.
En Gómez Palacio el Comité Municipal Electoral decidió darle carpetazo rápido a la elección de alcalde entregando la constancia de mayoría a la priista Rocío Rebollo, a pesar de señalamientos de irregularidades por parte de la coalición opositora. Durante el conteo de votos del miércoles pasado, autoridades del Comité habían advertido que la definición del resultado se daría hasta el día siguiente, previendo las protestas de los “alianceros” que encabezó Augusto Ávalos. Pero de manera inesperada, el mismo miércoles por la noche apresuraron el paso para entregarle a doña Rocío el papelito que la acredita como alcaldesa electa, por lo que ya respira tranquila. Por cierto, el día de la elección, doña Rocío se deshizo en elogios hacia la virtual diputada Leticia Herrera, a pesar de que sus grupos políticos se pasaron la campaña dándose patadas. Pero ya con el triunfo, la futura alcaldesa salió con que no pudo haber logrado la victoria sin la ayuda de doña Leticia, quien por cierto se perfila como pastor del rebaño de los diputados locales del PRI en el Congreso. Total: circo, maroma y teatro.
Una semana de pesadilla vivió Coahuila con las inundaciones en el centro y norte, calificadas ya como el peor desastre natural en la historia del Estado. El número de damnificados crecía con la corriente de los ríos y pasaba de 20 mil a 40 mil a 80 mil y, en el último cálculo, a más de 100 mil. Mientras tanto, la ayuda del Fondo de Desastres Naturales del Gobierno Federal para la zona del noreste del país llegará con la habitual lentitud, pues hasta ahora sólo han desembolsado 115 millones para Monterrey, lo que apenas alcanza para un puente, cuando el costo de los daños es cien veces más que eso. Para Monclova, Sabinas, Nueva Rosita, Piedras Negras y municipios aledaños la ayuda tardará más en llegar por los trámites burocráticos. Los grillos reportan como sospechoso el hecho de que el Presidente Felipe Calderón haya cancelado la visita a áreas afectadas de Coahuila, luego de estar en Nuevo León y Tamaulipas, pues no se dio explicación, solamente un aviso del Estado Mayor de que ya no se daría la gira. Hasta ahora el gobierno estatal ha puesto la mayoría de los recursos para combatir la emergencia, sobre todo en el restablecimiento de agua potable y vías de comunicación, pero se ha notado buena coordinación con instancias federales como las secretarías de Desarrollo Social y de Comunicaciones y Transportes, así como la Comisión Nacional del Agua. Lo más alentador ha sido la generosidad de los coahuilenses se ha desbordado sobre la población afectada. Pero el remate vino con la tragedia que se unió a la desgracia, con el avionazo que cobró la vida de ocho personas, entre ellas el secretario de Obras Públicas, Horacio del Bosque, y el alcalde de Piedras Negras, José Manuel Maldonado. Resulta paradójico que las inundaciones dejarán un saldo blanco y que las víctimas hayan sido personas que hacían su trabajo.
En donde no traen buena coordinación es en la Fiscalía General del Estado y la Dirección de Seguridad Pública de Torreón. De antaño son conocidas las diferencias entre el Fiscal Jesús Torres Charles y el jefazo de la Policía Municipal, General Carlos Bibiano Villa, pero esto ya llega a extremos absurdos. Resulta que hace unos días, reportan nuestros subagentes, comandantes de la Policía Estatal se apersonaron en Seguridad Pública para diseñar un operativo contra robos en la zona norte de Torreón, que es la más golpeada por los asaltos. Don Bibiano, a lo mejor porque tenía cosas más importantes qué hacer (no se sabe cuáles) mandó a los estatales por un tubo y los envió con sus subordinados, quienes finalmente armaron el operativo, lo que sugiere que don Bibiano parece habitar una burbuja donde no hace caso de nadie. A todo esto, el alcalde Eduardo Olmos sigue sin meter orden y la ciudadanía sigue azotada por los asaltantes que tienen vía libre. A lo mejor sería bueno informarle al otro alcalde de Torreón, Humberto Moreira.
Otros que tampoco parecen muy interesados en la ciudad son los llamados “representantes populares” de La Laguna en ambos lados del Nazas. Todos, con excepción del curuleco Ricardo Rebollo, ignoraron olímpicamente una invitación del Consejo Lagunero de la Iniciativa Privada, que buscaba conocer de los legisladores qué están haciendo para gestionar apoyo contra el crimen en la Comarca. Seguramente tenían cosas mejores qué hacer, como operar las elecciones (léase las futuras nóminas), pues el curuleco Miguel Ángel Riquelme anduvo muy activo en Zacatecas pero nada en la región que representa al Congreso. El senador y primer compadre, Guillermo Anaya, anda enrolado en la elección de Durango como para ocuparse de estas cosas de la seguridad. El senador panista de Coahuila, Ernesto Saro tampoco fue, como tampoco asistieron el senador duranguense del PAN Andrés Galván o el diputado lagunero del PRI, Héctor Fernández Aguirre. Así es el nivel de interés de los legisladores hacia el principal problema que afecta a La Laguna. El único que asistió fue el diputado priista Ricardo Rebollo, pero como él andaba operando electoralmente aquí mismo, pues no le habrá costado mucho trabajo hacerse el tiempecito. Los demás se llevan una fea tacha en el renglón “no sirven para nada”.
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Pregunta: ¿Traerán alguna bronca el alcalde Eduardo Olmos y la Comisión Federal de Electricidad? ¿O por qué se va la luz tan seguido en la colonia del alcalde?