El suspenso reina todavía en Durango ante la indefinición del ganador de la gubernatura. A 10 días de las elecciones, el Instituto Electoral y de Participación Ciudadana no ha terminado el cómputo final de votos entre el priista Jorge Herrera Caldera y el “aliancero” José Rosas Aispuro, aunque algunos detalles ocurridos en los conteos de las elecciones de ayuntamientos permiten pensar que el margen de poco más de 10 mil sufragios de ventaja para don Jorge podría cerrarse en la cuenta final. Nuestros subagentes reportan que la coalición PAN-PRD-Convergencia ha logrado recuperar votos que no habían entrado en el conteo preliminar y pudo haber sacado más de no ser por la oposición de los comités electorales a abrir más paquetes.
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Todo esto da municiones a la coalición para llevar el caso ante el Tribunal Electoral de la Federación, pues es casi seguro que la primera instancia, el Tribunal Estatal, validará el triunfo de don Jorge atendiendo la línea marcada por el gober Ismael Hernández Deras. La coalición también podrá argumentar la negativa de algunos comités de impedir a representantes de la alianza verificar la seguridad en el custodio de los paquetes, lo que lleva a sospechar que hubo oportunidades para que alguien les metiera mano sin miradas inoportunas. Mientras tanto, de lado de la coalición, don José y su equipo recopilan pruebas de intervenciones indebidas del Gobierno Estatal y de grupos afines al PRI, antes y durante la elección, aunque varios operadores de la alianza admiten que se les ha complicado la documentación de estos actos. La coalición también contempla más movilizaciones, como la organizada la semana pasada, aunque los subagentes reportan que desde las altas esferas del Gobierno del Estado ha salido la orden a transportistas para que no renten camiones a los “alianceros” para mover a sus acarreados. Por su parte, don Jorge insiste en su triunfo buscando una estrategia mediática que deje la impresión de que es inevitable su llegada a la gubernatura. Como la cosa va a estar difícil de decidir aquí, nuestros subagentes sugieren que mejor le vayan a preguntar al “pulpo Paul” quién ganó y se quiten de broncas.
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Como se comentó hace unos días, si Jorge Herrera Caldera se alza con la gubernatura, el triunfo se lo deberá al PRI en La Laguna, que le aportó los votos necesarios, pues en la ciudad de Durango el candidato tricolor fue arrollado por la alianza. Pero, reportan nuestros subagentes, la victoria no se la deberá sólo al PRI de Gómez Palacio y Lerdo, sino también al de ¡Torreón! Según los subagentes, en la víspera de la elección, los tricolores de allende el Nazas andaban medio nerviosos sobre su capacidad de movilización (léase acarreo) de votantes, que solicitaron ayuda a sus hermanos laguneros de Coahuila. Para pronto, el comité municipal del PRI en Torreón que comanda Salvador Hernández Vélez, organizó el apoyo necesario para tranquilizar a las huestes de Rocío Rebollo y Roberto Carmona, enviando refuerzos. A ver si don Jorge también se acuerda de eso.
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La visita del presidente Felipe Calderón a las zonas de Coahuila afectadas por las inundaciones de la tormenta “Alex” transcurrió en un ambiente de civilidad y cordialidad con el gober Humberto Moreira que dejó sorprendido a más de uno, dado el historial de tensión entre los gobiernos federal y estatal. Don Felipe y don Humberto se mostraron sintonizados en el mismo canal y si en algo hubo rivalidad fue sólo en la intensidad de las porras que se llevó cada uno. (Por cierto, en la gira andaba el secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont, pero en esta ocasión se cuidó de decir que el apoyo iba a tardar porque hay regiones con más urgencia, a lo mejor porque está a punto de quedar desempleado). La “vibra” entre los mandatarios fue muy diferente a lo vivido en otras tragedias ocurridas en Coahuila, como el accidente de Pasta de Conchos o la explosión en Nadadores, cuando el gober Moreira y secretarios de Estado terminaron agarrados de la greña. Pero mientras don Felipe vino cargado de promesas de apoyo, en el “Gobierno de la Gente” hay escepticismo sobre la rapidez con que van a fluir esos recursos. Nuestros subagentes comentan que los apoyos federales han sido tardíos debido a las trabas burocráticas para la liberación de esos recursos en la capirucha del esmog. En cuanto a lo más urgente, la Federación ha complementado programas estatales para repartir despensas y apoyos para reposición de muebles y enseres domésticos, pero una vez superada la emergencia, el problema fuerte vendrá con la reconstrucción. Según se dice, el Fondo de Desastres Naturales del Gobierno Federal no va a alcanzar para atender los daños en Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas y que en todo caso la prioridad estará en Nuevo León, donde ya se advierten tensiones sociales. A ver si la llegada de los apoyos federales no deriva en otro pleito con el Estado, de ésos que no le ayudan a nadie.
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La administración municipal, se ha tomado muy a pecho la frase que dice que vivir fuera del presupuesto es vivir en el error, pues la generosidad del erario para los suertudos de estar en la nómina crece mes a mes. La justificación que daba el contralor Lauro Villarreal, de que la nómina creció por la liquidación de personal pero que se iba a estabilizar en mayo simplemente ya no es creíble, pues el gasto sigue a la alza. Incluso después de haber despedido a más de 300 policías, el Municipio desembolsó en junio 26 por ciento más en sueldos que en enero. Al parecer todavía hay liquidaciones pendientes que han impedido regularizar la nómina, pero este descontrol promete descalabrar seriamente las finanzas municipales y acerca la posibilidad de que a final de año se tendrá que pedir un crédito. Esta situación ya provocó una fisura en la fracción priista del Cabildo, con el voto de la síndica Lucrecia Santibáñez contra la cuenta pública de junio. Antes de que empezaran a hablar las malas lenguas, dicen nuestros subagentes que el alcalde Eduardo Olmos le prometió a doña Quecha que iban (apenas) a poner orden, lo cual tranquilizó a la síndica. Una de las paradojas del aumento en la nómina es que éste no se traduce en una mejoría del Gobierno municipal, pues los funcionarios sólo cobran mientras los servicios públicos siguen en deterioro. Otra paradoja es que cuando esto sucedía en la administración de José Ángel Pérez, en el Gobierno del Estado brincaban las protestas y las amenazas de investigaciones y auditorías, pero ahora que todos están en el mismo bando, nadie ha dicho ni pío.
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El PAN de Coahuila se prepara para elegir, este sábado, a su nueva dirigencia estatal. En la contienda están los curulecos locales por Saltillo, Carlos Orta y Esther Quintana. Una vez más, compiten los grupos del senador y primer compadre, Guillermo Anaya, quien apadrina a don Carlos, y del ex senador (y una larga lista de “exes”) Juan Antonio García Villa, quien impulsa a doña Esther para que repita en la dirigencia que ocupó hace tres años. Según el cálculo de delegados de nuestros subagentes, don Carlos se perfila como ganador, pero seguramente don Memo tendrá que ceder varias posiciones. El próximo jefazo blanquiazul tendrá la nada envidiable tarea de reconstruir el partido rumbo a la elección de gobernador del año que entra y recibirá un partido disminuido, que gobierna apenas al dos por ciento de la población del Estado y que en las últimas elecciones ha perdido sus plazas fuertes, como Torreón y Ramos Arizpe, así como sectores de la peronera capital y Monclova. Ésta es la mesa que tiene puesta el PAN para enfrentar en 2011 al PRI del hermano cómodo Rubén Moreira.
