La crisis de inseguridad en la Comarca Lagunera, que se agudizó en las últimas dos semanas, destapó varias cloacas en las instituciones de seguridad (es un decir) mientras que en el campo de la política acumuló evidencias de que a las autoridades de todos los niveles la situación local les tiene sin cuidado. Nuestros subagentes reportan que en el círculo cercano al Presidente Felipe Calderón están convencidos de que los gobernadores de Coahuila, Humberto Moreira, y de Durango, Ismael Hernández Deras, así como los cuerpos policiacos locales no son parte de la solución sino del problema y al parecer no andan muy errados. Dicen allá que ellos estarían encantados de ayudar si tan sólo los gobernadores pusieran de su parte.
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Aquí son los gobernadores los que insisten que la Federación no hace su trabajo y en la capirucha del esmog reviran con el discurso de que la situación actual de violencia es porque no se han depurado las policías estatales y municipales, aunque tampoco hacen nada por meterlos al orden. Puede que cada uno tenga su parte de razón, pero con la situación explosiva que se vive aquí, los laguneros no se pueden dar el lujo de ver a sus autoridades jugar ping-pong con la papa caliente. En los últimos días, don Humberto y don Ismael no se han parado en La Laguna y este último ha ignorado completamente la forma irresponsable en que su secretario de Gobierno puso en riesgo a reporteros. Por su parte, en el Gobierno Federal parece que andan en otro canal. Por ejemplo: los subagentes dicen que la Secretaría de Seguridad Pública Federal y la Procuraduría General de la República ignoraban por completo la situación adentro del Cereso de Gómez Palacio, a pesar de que ellos habían mandado ahí a una tercera parte de los reos. Ni siquiera los golpes directos a medios de comunicación nacionales han sido un acicate para que los gobiernos asuman sus responsabilidades. Hasta ahora, las autoridades no pasan de condenar verbalmente los hechos trágicos, afirmando que no los van a tolerar, cuando es claro que sus dichos le hacen a los delincuentes lo que el viento a Juárez porque no hay respuesta en los hechos. ¿En qué manos está nuestro país?
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La muerte de Ignacio Coronel, uno de los líderes del Cártel de Sinaloa fue tomada como buena noticia, pero para La Laguna no lo es tanto. Y es que por primera vez los reflectores de medios nacionales e internacionales estaban puestos en la situación de la Comarca Lagunera, sin otro hecho más impactante que la opacara, como había sucedido en ocasiones anteriores cuando hechos trágicos no recibían tanta atención porque los medios andaban en otro lado. Así estaban las cosas cuando el ejército cazó a Coronel en Guadalajara y ahora los reflectores ya van para la Perla Tapatía y La Laguna se quedó como el “Chapulín Colorado”, pues ahora, ¿quién podrá defenderla?
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Un duro discurso se aventó el curuleco y hermano cómodo Rubén Moreira en la tribuna de la Comisión Permanente del Congreso. Don Rubén dijo que el Gobierno Federal tiene que estar “presto con las autoridades de procuración de justicia” para evitar abusos contra la población. Sólo que la población a la que se refería era la de migrantes en Arizona, pues el diputado tronó contra la ley que persigue a indocumentados en esa entidad de Estados Unidos. ¿No hubiera sido mejor que don Rubén propusiera estar “prestos” ante la situación de inseguridad en el Estado que representa, para evitar abusos de los grupos criminales? Pero la Ley Arizona se ha convertido en una bandera en la cual la clase política se puede envolver sin controversia y resulta puerto seguro para las declaraciones. En este sentido, don Rubén se parece mucho a su némesis, el senador y primer compadre Guillermo Anaya, quien hace unos meses también agarró la bandera y hasta viajó a Arizona (a cuenta del presupuesto, por supuesto) para denunciar la “crispación” en aquel estado, como si en su propio estado no hubiera “crispación”.
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Por cierto, hablando de la carrera a la gubernatura de Coahuila, nuestros subagentes en los cafés políticos de la peronera capital reportan un aumento en las conversaciones sobre un “Plan B”, es decir, el “gallo” que el PRI lanzaría el año que entra si es que los jefazos del tricolor a nivel nacional le ponen el freno a la candidatura fraterna e imperial de Rubén Moreira. Entre los relevos están considerados: el alcalde de Saltillo, Jericó Abramo y los curulecos federales Hugo Martínez y Héctor Franco, que llenan los requisitos de un cargo de elección y son de la entera confianza del gober Humberto Moreira. Lo que todavía no descifran los pitonisos de la política estatal es si el “plan B” de la candidatura priista, sería lanzado como alfil de sacrificio mientras don Rubén se va por la libre, vía un partido “patito”, con todo el apoyo del gobierno estatal rumbo a la silla que ocupa su hermano. ¿Será?
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Como ya se quedaron sin edificio de la Presidencia Municipal, los regidores de Torreón se pusieron a pensar dónde organizar el “Grito” del Bicentenario y concluyeron que el lugar ideal sería el Museo Arocena, en el viejo Casino de La Laguna (que por cierto ese día cumple 100 años). Hasta la regidora Blanca Alicia Maltos salió a decir que ya estaba arreglado y que tal edificio sería declarado recinto oficial. El pequeño problema era que nadie en el Museo Arocena sabía de eso, pues no habían dado la autorización porque apenas lo estaban evaluando. Lo que revela este episodio es que en el Municipio salieron muy buenos para pedir, pero bastante malitos a la hora de dar, pues es fecha que la administración del alcalde Eduardo Olmos no ha entregado los apoyos económicos prometidos a instituciones culturales desde hace medio año. Nuestros subagentes reportan que el tesorero Pablo Chávez Rossique ya firmó los cheques (con todo el dolor de su corazón, pues es sabido que no suelta ni un quinto), pero que no se han entregado porque don Lalo quiere hacerlo en un evento donde le tomen muchas fotos. Pero la situación ya es crítica en algunos centros culturales, como el Teatro Isauro Martínez donde, según los subagentes, ya no tienen ni para la nómina. ¿Y si nada más les depositan?
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A lo mejor el problema es que las instituciones culturales no son dirigidas por líderes de colonias del PRI, pues hasta ahora ésos son los únicos beneficiados por el Municipio a la hora de entregar apoyos. Se dice que el primer regidor Rodrigo Fuentes (quien por cierto sigue escurriendo dinero por la condonación de multas) y el director de Desarrollo Social, Fernando López, son los únicos que han podido torcerle los brazos al tesorero Pablo Chávez Rossique para que suelte dinero. Todos los demás, que mejor se sienten a esperar, a lo mejor sería bueno que los museos y teatros se afilien a la PRI.
