Con eso de que la inseguridad está tan mal en Torreón, la Fiscalía General de Coahuila ya agarró la plaza para castigar a sus ministerios públicos. Como si fuera las Islas Marías del sistema de justicia (es un decir) estatal, La Laguna resulta el limbo para los muchachos de Jesús Torres Charles. Así sucedió con un agente del MP de Monclova, a quien mandaron castigado para acá y lo asignaron a la mesa de homicidios, un delito muy popular en la localidad. Pero, dicen nuestros subagentes, el MP de marras no tiene idea de la ciudad y no sabe dar de alta una averiguación previa. Esto lo llevó a regarla en la investigación de un trágico accidente, que tardó más de un día en arrancar, y por lo cual ya le jalaron las orejas.
Lo inaceptable es que, con la ola delictiva en aumento en la ciudad y la escasez de personal para atender los delitos, la Fiscalía mande para acá a agentes sin conocimiento de la plaza. Como que la situación actual amerita tener al personal más capacitado, dado que Torreón es la ciudad con mayor incidencia criminal en el Estado. Claro que son las otras ciudades las que salen beneficiadas pues ahora hay un buen incentivo para que los MPs de Saltillo, Piedras Negras o Monclova hagan bien su trabajo, pues la consigna sería: “pónganse a jalar o los mandamos a Torreón”.
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Los regidores Rodrigo Fuentes y Juan Antonio Martínez y a la síndico Lucrecia Martínez parecen ignorar que el proyecto de la Gran Plaza y la nueva Presidencia Municipal es la obra consentida del gober Humberto Moreira, quien la quiere ver terminada lo más pronto posible. Si lo supieran, no estarían cancelando las reuniones de la Comisión de Urbanismo del Ayuntamiento donde deben aprobarse cambios al Plan de Desarrollo Urbano. Nuestros subagentes reportan que los ediles han faltado a dos sesiones, que no se realizan por falta de quórum, por lo que la construcción del edificio no se ha aprobado, aún cuando ya se lanzaron las licitaciones. Se dice que el vicegobernador de Obras Públicas, Gerardo Berlanga, ya metió la solicitud desde hace rato, pero no le hacen caso. El problema, según lo que escuchan los subagentes, es que las reglas deben cambiarse para que el edificio pueda construirse de nueve pisos, pues el máximo permitido para esa zona son cinco niveles. Sin ese aval, el edificio no podría arrancar a menos, claro, que el Municipio se pase el Plan Director por el “Arco del Triunfo”, como han acostumbrado a hacer con otros reglamentos en otras ocasiones. Pero nada les cuesta hacer las cosas bien, por lo que nadie se explica cómo es que los regidores no se han puesto las pilas para sacar adelante el proyecto consentido del Gober. Si a éste no le hacen caso, ¿qué puede esperar el resto de los mortales?
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Bastante mal quedó el consejero del Instituto Electoral de Coahuila, Manuel Gil, cuando le balconearon los mensajes de tono muy amistoso que se enviaba con el representante del PRI ante el Instituto, Ramón Verduzco, cuando los consejeros discutían la redistritación del Estado. Como se sabe, la última reforma electoral redujo de 20 a 16 los distritos del Congreso local, por lo que se debe hacer un nuevo mapa que, claro está, beneficiará al PRI. Nuestros subagentes reportan que los consejeros del IEPCC trazaron líneas que diluyen distritos de alto voto panista, como es el caso del distrito 9 de Torreón, que parte colonias muy pintadas de azul y las coloca en distritos distintos. Esta maniobra también se aplicó en Saltillo y como don Ramón, en su papel de representante tricolor quería asegurarse que el proyecto fuera aprobado, se mandó mensajes por celular con don Manuel, a quien le había preguntado cómo iba la cosa. “Va a favor y por un cariñito”, respondió el consejero electoral que preside la comisión encargada de dibujar el mapa distrital. Quién sabe qué quiso decir don Manuel con eso del “cariñito”, pero los panistas se agarraron de ahí para lanzar acusaciones de soborno contra los consejeros, y la evidencia en los mensajes es otro golpe a la credibilidad del Instituto Electoral, ya golpeada por los cuestionamientos recientes del consejero Carlos Arredondo, que acusó a sus colegas de abusar del presupuesto. Obviamente el nuevo mapa distrital de Coahuila terminó favoreciendo al PRI, que prácticamente garantiza otro carro completo en la próxima Legislatura. Todo, claro, a base de “cariñitos”.
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Y hablando de elecciones cuestionadas, el gober electo de Durango, Jorge Herrera Caldera, ya no tiembla cuando le mencionan al “Tribunal Electoral”, pues sabe que ya se cocina el fallo a su favor. Muy en su papel de próximo gobernador, don Jorge se ha movido a sus anchas en el escenario político nacional, en reuniones con funcionarios federales, y su asistencia a los informes del presidente Felipe Calderón y del gobernador del Edomex, Enrique “El Gavioto” Peña Nieto. Claro que don Jorge no se iba a perder este último evento que congregó a la “nomenklatura” tricolor. Pero acá en Durango don Jorge sigue con la boca cerrada sobre su Gabinete, mientras se acumulan los problemas en el cierre del vapuleado todavía gobernador, Ismael Hernández Deras. La última bronca, derivada de la inseguridad, es el paro de las obras en el proyecto estelar de don Ismael: el “Puente Baluarte” de la autopista Durango-Mazatlán. Ahí, los trabajadores de plano dejaron de jalar ante los asaltos que han sufrido, sin que ninguna autoridad se preocupe por cuidar la seguridad en torno a la obra que es presumida tanto por Ismael como por el Gobierno Federal, que se cuelgan la medalla por construir el puente más alto del continente. Será el más alto, pero quién sabe cuándo lo vayan a acabar porque a lo mejor se los roban antes con todo y los cables que lo sostienen. Nuestros subagentes comentan que saben que el Gabinete de Seguridad ocupa el primer lugar en la lista que palomea el gober electo. Hasta ahora sólo parece amarrado el general Valentín Romano para continuar al frente de la Secretaría de Seguridad Pública, pero el que parece que no continuará es el procurador Daniel García Leal porque, se comenta en los mentideros, no da el ancho (ni el angosto). Según los subagentes, el equipo de seguridad debe anunciarse primero porque asume sus funciones antes del cambio de gobierno. La razón, dicen, es que se evitarían vacíos en los mandos policiacos, aunque como están las cosas eso es irrelevante. El vacío en la seguridad en Durango existe desde hace muchísimo tiempo.
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El alcalde Eduardo Olmos ha causado decepción en diversos ámbitos al ignorar eventos en los que es invitado o requerido. Nuestros subagentes en el gremio campesino, reportan que don Lalo dejó plantados a habitantes del ejido Santa Fe en un evento hace unos días, para el cual mandó en representación a una persona que nadie conocía. Los pobladores, que estaban bastante enojados, sólo lo describieron como un “gordito pelón de bigote”, y los subagentes concluyeron que se trataba del primer regidor Rodrigo Fuentes, pero ni eso alivió el enojo de los ofendidos. En otro caso, don Lalo dejó plantadas a autoridades ambientales federales y estatales que anunciaron un proyecto para mejorar la calidad del aire en la región y su ausencia fue más notoria ante la asistencia de los alcaldes de Gómez Palacio y Lerdo. Luego, enojó a los “cultureros” de la ciudad porque no fue al concierto del tenor Fernando de la Mora, que es de las pocas cosas que se han hecho para festejar el Bicentenario. Ni siquiera se le ocurrió colgarse la medalla, aunque las malas lenguas dicen que no fue por temor a los abucheos. El caso es que se acumulan los comentarios sobre una desconexión del alcalde con diversos sectores de la ciudad, que se preguntan dónde se mete cuando lo invitan a alguna ceremonia a la que no quiere asistir.
