Muy contento debió quedar el gober Humberto Moreira con sendos espaldarazos que se llevó en su aspiración para presidir el PRI nacional. Uno llegó de parte del jefazo de los senadores del tricolor, Manlio Fabio Beltrones, mientras que el otro fue del nuevo gober de Durango, Jorge Herrera Caldera. Obviamente, el que lleva más peso es del de don Manlio, quien como experimentado dinosaurio mueve varios panderos en el PRI, pues don Jorge es apenas un recién llegado que busca congraciarse con medio mundo, y en todo caso su apoyo sería condicionado a que su padrino y antecesor, Ismael Hernández Deras, no quiera lanzarse por su cuenta o apoyar a otro “gallo”. Don Manlio estuvo en la peronera capital para pláticas con estudiantes y empresarios, algo que ha hecho en varias partes del país, lo cual resulta medio sospechoso. Nuestros subagentes ven en estas giras del senador un intento por darle una barnizada a su imagen con miras a su futuro político, concretamente en 2012 (de hecho en Saltillo admitió que su corazoncito sí late por Los Pinos). De ahí que las declaraciones de don Manlio a favor de la candidatura del gober de Coahuila le hayan caído a don Humberto como maná del cielo, pues ahora puede presumir del apoyo de los dos principales jugadores del PRI nacional: don Manlio y el “Gavioto” Enrique Peña Nieto. Sin embargo, los subagentes tomaron el respaldo del sonorense con una pizca de sal, a raíz de comentarios aparecidos en la prensa chilanga sobre un movimiento que se gesta en el otrora partidazo para ponerle freno a las aspiraciones del clan Moreira, ante la preocupación de que se podría abrir una puerta para que la maestra Elba Esther Gordillo vuelva por sus fueros a controlar sectores del tricolor, aunque de todas maneras ya lo hace por debajo de la mesa. El caso es que hay la sospecha de que tal frente buscaría que el gober Moreira sólo obtenga uno de los dos objetivos que trae en mente: asumir la dirigencia priista o hacer una sucesión fraterna con su hermano, el curuleco Rubén Moreira. Lo interesante es que se dice que don Manlio forma parte de este grupo que busca dejar a los Moreira sólo con una torta. ¿Será?
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En esto de la futureada, llamó la atención de nuestros subagentes que deambulan por la Plaza de Armas la reciente visita que hizo el curuleco Miguel Ángel Riquelme para “supervisar” las obras de remodelación, acompañado del alcalde Eduardo Olmos. Los subagentes reportan que don Miguel era el que parecía ser el alcalde, pues la gente que se acercaba iba directo con el diputado para pedirle cosas o a darle las gracias por algo. A estas alturas, (no las de don Lalo), resulta evidente que don Miguel lleva las riendas en varias áreas municipales, donde los encargados dicen abiertamente que le deben la chamba al curuleco y no al alcalde. De esta forma, el legislador va tejiendo sus redes tendientes a sentarse en la alcaldía, ya sea en un interinato o en la próxima elección. Para lograr esto, como dice un regidor panista, a don Miguel lo traen “como china poblana en el desfile”.
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En su visita a Santa Fe para la reunión de gobernadores fronterizos, el gober Humberto Moreira no se aguantó la puntada de decir que Estados Unidos es un país más inseguro y peligroso que México y hasta tuvo la ocurrencia de guardarse la cartera en el zapato cuando salió a caminar por la capital de Nuevo México. Según el gober, eso lo hacía como precaución para que no se la robaran, porque dijo que de aquel lado había más crimen. Pero, como siempre, la realidad es muy necia y los números simplemente no soportan tal aseveración. Nuestros subagentes en el FBI enviaron estadísticas criminales de algunas ciudades estadounidenses cercanas a México y señalan que, por ejemplo, el año pasado hubo 8 homicidios por cada 100 mil habitantes en Houston y 6 en San Antonio. Mientras tanto, en Torreón hubo 34 asesinatos por 100 mil habitantes en 2009 y este año ya llevamos 55. Y con eso de que al Gober le preocupaba que le robaran la cartera en Santa Fe, los subagentes recuperaron las estadísticas de robo de esa ciudad y encontraron que su tasa fue de 105 por cada 100 mil habitantes en 2009, mientras que en Torreón fue de 1,316 por la misma unidad de población y eso es sólo de las denuncias presentadas, pues no cuenta la cifra negra según la cual sólo uno de cada tres robos se denuncia (en ese caso, la tasa brinca a 3,900 robos por cada 100 mil habitantes). Ahí dejamos las estadísticas para que la próxima vez se moderen las declaraciones, porque eso de ver la paja en el ojo ajeno no checa y mejor hay que ocuparse de la gravedad del problema de este lado, que para eso les pagan.
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Y hablando de la inseguridad, el ex alcalde de Medellín, Sergio Fajardo estuvo ayer en Torreón para recetar su modelo de combate a la delincuencia. Según el proyecto aplicado por don Sergio en esa ciudad colombiana, la clave está en invertir en educación, cultura e infraestructura urbana para inmunizar a la población de los barrios pobres a unirse a la delincuencia. El modelo de Medellín ha tenido resultados mezclados, pues si bien la tasa delictiva bajó durante la gestión de don Sergio, ahora los crímenes se han disparado por razones ajenas al modelo de gobierno municipal y que tienen que ver más con la dinámica interna de los grupos criminales. La administración del alcalde Eduardo Olmos pretende que la conferencia sea punto de partida para emprender un modelo similar, aunque en los últimos meses no se le ha visto nada de iniciativa, pues el modelo Medellín lleva buen tiempo discutiéndose en Torreón, inclusive en estas páginas, y necesita compromisos que van más allá de las declaraciones. Por ejemplo, la administración de Fajardo invirtió 60 por ciento de su presupuesto en educación y cultura, cuando aquí esa es la proporción que se invierte en gasto corriente, incluyendo la nómina. Por otra parte, en Medellín se requirió que el gobierno entrara a las zonas tomadas por la delincuencia para ganarse la confianza de los ciudadanos, mientras que aquí son los ciudadanos los que toman la iniciativa y el gobierno prefiere hacerse a un lado sin poner orden. Estas discrepancias han sido evidentes durante un tiempo, por lo que ahora don Lalo no puede pretender que acaba de descubrir el agua tibia y que con una conferencia ya la hizo.
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La clase política de Coahuila extiende sus fronteras y recientemente se dio cita en Pachuca para el informe de actividades legislativas de la diputada Carolina Viggiano. Los alcaldes de Torreón, Eduardo Olmos, y de Saltillo, Jericó Abramo, estuvieron presentes, así como algunos “grillos” de la peronera capital, como el secretario de Gobierno, Armando Luna, quien llevó la representación del gober Humberto Moreira. Por su parte, el diputado Rubén Moreira acarreó a los otros ocho diputados federales priistas de Coahuila. Ahora doña Carolina corresponderá el gesto de solidaridad encabezando en Torreón una reunión de la Comisión de Desarrollo Metropolitano que congregará a decenas de curulecos para discutir el tema de las zonas metropolitanas y, de pasada, aprovecharán para disfrutar días de intensa grilla.