Los ecos de la visita del ex alcalde de Medellín, Sergio Fajardo, dejaron a más de uno preguntándose si la administración municipal tomará en serio el modelo de gobierno que promueve o solamente buscó colgarse la medalla sin hacerle mucho caso a lo que dijo. En primera fila estaban el alcalde Eduardo Olmos, el curuleco y hermano cómodo Rubén Moreira, otros diputados como Miguel Ángel Riquelme y Héctor Franco, y una variedad de funcionarios como el secretario del Ayuntamiento, Miguel Mery o el contralor Lauro Villarreal, que serían los responsables de aplicar algunas de las políticas sugeridas por el colombiano. También andaba por ahí el veterano líder priista, Mario Cepeda padre, cuyo estilo de hacer política, autoritario, caciquil y buscando el interés particular, es totalmente contrario a lo que postula don Sergio.
Nuestros subagentes sospechan que, al planear la conferencia, en el Municipio y el PRI se fueron con la finta de que el colombiano, conocido por haber impulsado proyectos educativos y de infraestructura, iba a venir con el viejo consejo de “haga obras, compadre”. Pero resulta que don Sergio habló de otras cosas, en concreto de un modelo de gestión que va más allá de la obra y enfatiza un gobierno abierto. Habló de transparencia y participación ciudadana, cuando aquí la norma es la opacidad y la imposición, y habló de estrategias agresivas de desarrollo económico y humano cuando aquí cuenta más el clientelismo político. Nuestros subagentes comentan que don Lalo y sus acompañantes de plano se guardaron los aplausos cuando don Sergio tocaba algunos de estos puntos, que aquí ni en sueños se aplican. También llamó la atención que mientras el colombiano enfatizó la cercanía con la población y la constante comunicación, el encargado de presentarlo en los eventos que tuvo fue el director de Atención Ciudadana, Armando Cobián, para quien resultó más importante andar en los reflectores que en su chamba de, precisamente, estar en contacto con la población atendiendo sus demandas. Claro que a don Armando eso le tiene muy sin cuidado, pues prefirió darle rienda suelta a sus dotes de orador y presentó a don Sergio con tal hipérbole, que parecía que lo estaba postulando para candidato del PRI. Por cierto, en la conferencia del Teatro Martínez, don Armando se llevó una rechifla al tratar de cortar la sesión de preguntas porque don Lalo y su comitiva tenían que irse a inaugurar una exposición. Ante el reclamo del público, el evento continuó aunque “las autoridades” se salieron del recinto, lo cual provocó comentarios en el sentido de que no les estaba gustando lo que escuchaban. Ahora nada más falta ver qué tanto el alcalde y sus secuaces le aprendieron al colega colombiano o si el borlote nada más quedó en el gasto de los viáticos.
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Dos coahuilenses estuvieron en papel protagónico durante la toma de protesta del diputado prófugo de la justicia, Julio César Godoy, uno de los perseguidos por el “michoacanazo”. El legislador, que enfrenta órdenes de aprehensión por crimen organizado y aún así fue electo en julio del año pasado, tuvo que escabullirse en la Cámara para poder agarrar fuero constitucional y dejar de andar a salto de mata escondiéndose de la PGR y la Policía Federal. Para llegar a San Lázaro, don Julio contó con la ayuda de varios perredistas, entre ellos la diputada saltillense Mary Thelma Guajardo, quien participó en el “operativo” para esconderlo dos días en la oficina de la coordinación perredista. Pero la participación de la diputada en el sainete no fue nada comparado con la que tuvo el diputado y hermano cómodo Rubén Moreira, quien se paró al lado de don Julio cuando éste salió de su escondite a tomar posesión. Como presidente de la Comisión de Derechos Humanos, don Rubén ha sido uno de los críticos más duros del fallido “michoacanazo”, de modo que resultó lógico que él llevara el espaldarazo de la bancada priista. Nuestros subagentes reportan que la razón de los tricolores para tal apoyo era exhibir el fracaso del operativo federal en Michoacán. Pero al colocarse junto al diputado del momento, la cara de don Rubén terminó en las primeras planas de todo el país, dándole una exposición que nunca había tenido, lo que provocó suspicaces comentarios en varias columnas políticas sobre el propósito que buscaba el curuleco saltillense. La conclusión es que don Rubén busca elevar su perfil con miras a su futuro político y para eso debe aprovechar cualquier oportunidad, hasta la de “detenerle la pata a la vaca”.
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En Gómez Palacio se avizoran problemas entre la nueva administración de la alcaldesa Rocío Rebollo y la Secretaría de Comunicaciones y Transportes por el puente complementario que se quiere hacer al D1 en el bulevar Miguel Alemán. Nuestros subagentes reportan que doña Rocío no quiere ese puente por considerarlo innecesario y pide que los recursos se reasignen a la ampliación del paso 11-40 que es más urgente. El problema es que en medio se atraviesa la Secretaría de Obras Públicas de Durango, que comanda César Salazar, uno de los funcionarios que no dejó el hueso en la transición de Ismael Hernández Deras a Jorge Herrera Caldera y sigue muy feliz firmando en la sagrada nómina . Lo que no queda claro es cuál de las dos instancias, la estatal o la federal, es la responsable de arrancar el proyecto. Por un lado se dice que fue la SCT la que tomó la decisión nomás para gastarse el dinero. Pero hay otros que dicen que la obra se proyectó a instancias del Estado, nada más por lucirse y sin importarle qué opinaban de este lado. Lo único que queda claro es que don César volvió a demostrar su ignorancia sobre las necesidades de infraestructura de La Laguna de Durango, pues sólo parece interesado en arrancar obras sin tomar en cuenta a las autoridades locales o sin detenerse a pensar si realmente valen la pena. O a lo mejor hay otros fines que no conocemos.
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Y hablando del gobierno de Durango, la ausencia de laguneros en el gabinete del flamante gober Jorge Herrera Caldera ha levantado sospechas sobre el futuro de varios integrantes. Nuestros subagentes han escuchado comentarios en el sentido de que don Jorge buscó cubrir cuotas con duranguenses para no alejar al grupo de su antecesor, Ismael Hernández Deras, mientras se acomoda en la silla, pero que eventualmente empezaría a cortar cabezas. En esta lógica, don Jorge mantendría a este gabinete hasta la primera mitad del próximo año, cuando esté en mejor posición para meter a su gente y “desafanarse” a los “Ismaelistas”. Esto es pura especulación, pues falta ver qué tantos tiene el nuevo gober para quitarse la sombra de su antecesor y empezar a gobernar por sí solo. También falta ver si, en un próximo reacomodo, don Jorge considera la inclusión de más laguneros pues hasta ahora ha demostrado que le tiene sin cuidado la región que le dio los votos para sentarse en la gubernatura, pero a lo mejor así se lo ordenaron.
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En el Palacio Rosa de la peronera capital ya se prepara el quinto informe del gober Humberto Moreira, y según nuestros subagentes ya se dispuso que Torreón sea la sede del evento en noviembre. Las huestes del gober ya están buscando el foro adecuado para meter el máximo de acarreados, pero lo interesante es que éste podría ser el último informe del gober Moreira, pues al arranque de 2011 ya estaría preparando maletas con miras a la presidencia nacional del PRI y armando la sucesión para las elecciones de julio próximo. A menos que don Humberto le haga como Ismael Hernández Deras, que se organizó informes parciales. De cualquier manera, el acto tendrá un sabor a despedida para traslado a otro hueso que, dada la proximidad de las elecciones para “la grande”, puede resultar un huesote.
