Un nuevo capítulo se avecina en la larga historia del conflicto entre el gober Humberto Moreira y la Federación. La bronca, según nuestros subagentes, trae dos ángulos. Por un lado, el del dinero del presupuesto federal para 2011, que viene corto de fondos para Coahuila. Don Humberto tuvo una reunión con el secretario de Hacienda, Ernesto Cordero, donde supuestamente arreglaron una buena lana para el año que entra. Pero el “Gobierno de le Gente” y Hacienda traen todavía atravesado el pleito de los subejercicios, culpándose mutuamente por la tardanza en la llegada de recursos.Hacienda afirma que el Estado no envió a tiempo los proyectos, por lo que el dinero no bajó, mientras que el Estado asegura que Hacienda retiene la “lana”. Según el “Gobierno de la Gente”, Hacienda retiene el dinero por motivos políticos o ineficiencia burocrática, o las dos cosas. Don Humberto y sus huestes ya afinan la estrategia legislativa para desatar a diputados como el hermano cómodo Rubén Moreira o Miguel Ángel Riquelme a que empiecen el cabildeo dentro de la Cámara de Diputados, apostándole a que van a dar tanta lata que los de Hacienda terminarán pidiendo esquina. El otro ángulo del conflicto ya se dejó ver con la avenida del Río Nazas y la revelación de que el Estado pidió a la Comisión Nacional del Agua desfogar las presas desde hace casi un mes, para evitar daños en comunidades rurales como sucedió en 2008. El conflicto es entre los criterios técnicos y políticos que no han podido ser conciliados, aunque a veces someter la técnica a la política puede acarrear problemas. Ahí está el caso de Tamaulipas en junio, cuando el gober Eugenio Hernández pidió a la Conagua no soltar agua de las presas para asegurar el riego y luego llegó el huracán “Álex” que obligó a liberarla en grandes cantidades que pudieron dosificarse si lo hubieran hecho desde antes, evitando los consiguientes daños. El caso es que en esta avenida del Nazas, el Gobierno Estatal ya se deslindó de cualquier bronca que se presente y si el nivel del agua llega a causar daños en Matamoros, Madero o San Pedro, ya veremos otro “round” entre el gober Moreira y los de la Conagua, que estará muy divertido, pero no hará bien a nadie. Lo único que podría evitar un “agarrón” es el hecho de que el “Gobierno de la Gente” depende de la Conagua para los permisos e infraestructura del metroparque sobre el lecho seco, así que las huestes del gober Moreira a lo mejor la piensan dos veces antes de ponerse flamencos, no vaya a ser que echen a perder la obra y con ello les arruinen una paradota de cuello ante la ciudadanía.
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La concesión del estacionamiento de la Gran Plaza a una empresa lagunera donde participa un hermano de la síndica municipal Lucrecia Martínez, ha provocado revuelo en algunos círculos, especialmente los opuestos al PRI o los mismos del PRI opuestos a doña Lucrecia. Nuestros subagentes comentan que desde algunos círculos cercanos al alcalde Eduardo Olmos se ha “pedaleado” la participación del hermano de la síndico para meterle un calambre con el aparente conflicto de interés, aunque si hicieron esto, se habrían metido un gol, pues para pronto los del PAN se colgaron de ahí para criticar a los priistas. Doña Lucrecia ya negó que tal conflicto exista, pues ella no participó en el proceso de licitación, pero ya ve cómo se enfilan las baterías hacia ella, pues es sabido que varios personajes cercanos al alcalde le traen ganas desde hace rato y el asunto se presta para con mala leche “darle un llegue”. Por cierto que mucho ha llamado la atención de los “mal pensados”, que nunca faltan, el porqué la concesión del estacionamiento es de 42 años, para nuestros subgagentes es mucho tiempo porque si con la concesión de PASA que fue de 15 años ya ve el relajo que se ha armado, imagine con una de 42 años lo que nos espera.
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Todo mundo va a estar pendiente del resultado de la “investigación” que se comprometió a realizar la Contraloría Municipal por el asunto de las Grúas GSM que tras tres meses de dedicarse al arrastre de carros infraccionados sin orden ni concesión ni permiso. Así nomás, por sus pistolas, se pusieron a trabajarle al Municipio. Hasta ahora ni el alcalde, Eduardo Olmos, ni funcionarios de primer nivel han dicho dónde estuvo el arreglo para que “nadie se diera cuenta” de esta empresa sin importarles que sangraron a decenas de automovilistas a quienes les recogieron sus unidades. Mucho tiene que explicar al respecto el contralor, Lauro Villarreal Navarro.
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Por cierto que a los directores del Municipio de Torreón los pusieron a dieta de comer pollo, pero no por problemas de obesidad o para prevenir el colesterol, sino porque los “invitaron” forzosamente a ir a comprar pollos a un local de la Feria de Torreón. El dinero que se recaude será para las obras de beneficencia que realiza el DIF, lo cual está bien. Sin embargo cuentan nuestros subagentes disfrazados de botecitos de salsa, que los directores están muy enojados porque los obligaron a comprar 10 boletos cuyo valor es de 125 pesos. Los directores argumentan que 125 pesos por un pollo es muy caro, sobre todo cuando en la televisión ven anuncios de lugares donde se vende paquetes de pollo por menos de 100 pesos y que además incluyen papas fritas y refresco.
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Resulta que el flamante jefe de Recursos Humanos del Sideapa en Gómez Palacio es nada menos que el célebre “Chente Pitazos”, cuyo verdadero nombre es Carlos Padilla. El buen Chente dejó la comedia televisiva hace tres años para entrarle a la grilla, la cual no es menos cómica, desempeñándose como Director del Deporte en la pasada administración que inició Ricardo Rebollo y terminó Mario Calderón. En ese puesto don Carlos se dedicó a dar bolita y sólo se puso las pilas cuando en agosto andaba buscando de manera desesperada folios de las audiencias públicas para tratar de comprobar gastos porque las cuentas no le salían. Como vivir fuera de la nómina es un error, don Carlos agarró nuevo hueso en Sideapa. La pregunta que se hacen nuestros subagentes es: ¿qué tiene en común ser cómico de televisión, manejar el deporte y ahora ser director de recursos humanos?; la respuesta tal vez sea que nuestros funcionarios son buenos para el sainete y la comedia, pero muy poco eficientes para el trabajo.
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Muy malos comentarios ha provocado entre funcionarios municipales de Torreón. Que al jefazo de Servicios Públicos, don David Fernández, le hayan comprado una flamante camioneta doble cabina pick-up, 4 por 4, de color blanco, la cual desde hace pocos días muy alegre maneja para ir a revisar el supuesto funcionamiento del alumbrado público, el cual ya sabemos cada vez está peor ya que la oscuridad está presente en todas las calles de Torreón. La famosa camioneta de lujo provocó tremendo berrinche al jefe de Obras Públicas, Arturo Lozano, porque también quería una camioneta pick-up y no se la compraron. Cuentan nuestros subagentes que este regalito al jefe de Servicios Públicos le costó al erario 600 mil pesillos.
