El tema de la compra de terrenos para la Gran Plaza se sigue calentando con la revelación de cómo una propiedad cuadruplicó su valor cuatro veces y, al menos en el papel, se volvió más lujosa. El cambio en el valor de ese predio fue utilizado por los regidores panistas, encabezados por Marcelo Torres, para lanzarse contra el alcalde Eduardo Olmos y el tesorero Pablo Chávez Rossique, y exhibir el intento por “embellecer” las propiedades para justificar los altos costos. Ahora nuestros subagentes reportan que el Municipio reviró, acusando a los panistas de manipular fichas catastrales, poniéndole más sabor al caldo. Dicen las huestes de don Lalo que los ediles blanquiazules documentaron la supuesta alteración de los valores catastrales con fichas “truqueadas”, pues afirman que éstas tienen el mismo número de folio, lo cual no sería posible dentro del sistema del Catastro. Los panistas aseguran que eso no es cierto y presumen la asesoría de la persona que diseñó ese sistema para obtener los documentos, pero mientras se desarrollan los dimes y diretes, la manipulación de las fichas es la nueva línea de defensa de la administración, que ya fue encargada al vocero Luis Rayas. Y es que don Luis tuvo que entrar al quite luego de que el tesorero se hizo bolas tratando de explicar que la actualización del valor de la propiedad en cuestión se hizo “desde la banqueta”, por lo que sólo le faltó sugerir que el inspector de Catastro tenía visión (y ambición, algo le tocaría) de Rayos X para determinar cómo los pisos cambiaron de mosaico a mármol y las paredes de mortero a tapiz. El caso es que mientras don Luis acusó la manipulación de las fichas catastrales, no negó que a la propiedad se le subió el valor de 655 mil a 2.3 millones de pesillos en la inspección que se hizo poco antes de que fuera demolida. La propiedad en cuestión, que estaba ubicada en Matamoros y Galeana, se volvió emblemática pues fue el predio más caro que compró el Municipio, por el que pagó 7.9 millones de pesos, unos 42 mil pesos por metro cuadrado. Ni siquiera el departamento que compraron César Nava y Patylú en la zona más exclusiva de Polanco estaba tan caro. Cuidado con la cola cuando caminen, señores funcionarios.
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El gober Humberto Moreira tuvo su primera probadita de un “narcobloqueo” el jueves pasado en Monterrey, luego de asistir al informe de su colega Rodrigo Medina. El gober se topó con una calle que había sido bloqueada por un grupo armado tras una balacera, cuando salió de la “burbuja” que protegió el informe hacia el caos en que se convirtió Monterrey esa noche. Nuestros subagentes reportan que el gober no se topó con un enfrentamiento, sino que llegó al bloqueo cuando había pasado la balacera, pero los vehículos seguían atravesados sobre la avenida pues la respuesta de las autoridades regias para quitar esos bloqueos se caracteriza por una pasmosa lentitud. Al menos don Humberto ya se dio cuenta de lo que pudiera desatarse en cualquier ciudad de Coahuila si a los malandros se les ocurre seguir esta táctica regiomontana y el daño que le podrían hacer a sus polacos sueños.
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Por cierto, el narcobloqueo se le cruzó al gober Moreira cuando se dirigía a una encerrona con el pastor de los diputados del PRI, Francisco Rojas, y otros gobernadores que habían asistido al informe de Rodrigo Medina. El tema fue la negociación del presupuesto federal para el año que entra, pues ya comenzó el desfile de los mandatarios estatales con una mano por delante para pedir lana. Nuestros subagentes reportan que don Humberto puso en la agenda el proyecto para ampliar la carretera San Pedro-Cuatrociénegas y darle a La Laguna una mejor conexión a la frontera con Texas, para lo cual se requiere una fuerte inyección de recursos federales. Pero el tema fuerte de la reunión fue el de los subejercicios y la creación de un mecanismo para evitar que Hacienda detenga el flujo de participaciones hacia los estados. Los gobernadores y la “burbuja” priista en San Lázaro continuarán la discusión el próximo domingo para ver si pueden ponerle candados al Gobierno Federal en el próximo presupuesto de egresos. Don Humberto llegó a la reunión de Monterrey echando chispas luego de un intercambio con reporteros en Torreón que le cuestionaron el endeudamiento de Coahuila y se dejó ir contra el Presidente Felipe Calderón (para no variar) por incumplir un acuerdo para dejar los golpeteos, luego de que el senador y primer compadre, Guillermo Anaya, agarró el tema de la deuda como bandera de campaña rumbo a la gubernatura de Coahuila. O sea que el gober ya se puso de nuevo los guantes.
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Luego del agarrón que tuvo el jefazo de la Policía municipal, Carlos Bibiano Villa, con agentes de la Policía estatal, que provocó nuevas tensiones entre los cuerpos policiacos que tienen a los malandros muertos de risa, nuestros subagentes desenterraron evidencias de un enfrentamiento anterior de don Bibiano con un funcionario estatal que probablemente lo dejó medio “caliente” contra la Fiscalía General del Estado. El episodio ocurrió en una reunión del Consejo Regional de Seguridad Pública realizada el 8 de octubre, unos días antes del choque de policías municipales con estatales. En el encuentro participaron, entre otras personas, don Bibiano y Víctor Ortiz, director del Instituto de Estudios de Seguridad Pública del Estado, que es el órgano encargado de entrenar a los nuevos policías municipales que urgen en Torreón. Dicen los subagentes que en la reunión don Víctor acusó al General Villa de reclutar y contratar policías de manera irregular y lo amenazó que hasta lo pueden meter a la cárcel por ello. También comentan que el director de la academia de policía acusó a don Bibiano de ser “el angelito de Heidi”, aunque nadie sabe qué significa eso. Tal parece que la raíz del diferendo fue el apoyo de don Bibiano a una candidata para presidir el mencionado Consejo que no le gustó nada al director de la academia policiaca. Tras la discusión (que debió estar buena), el jefe de la Policía municipal le envió un oficio al alcalde Eduardo Olmos, dándole pelos y señales del asunto. Seguramente ese oficio ya llegó al escritorio del Fiscal Jesús Torres Charles, por lo que se anticipa que la bronca entre policías estatales y municipales continuará, para deleite de los delincuentes.
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Mal sabor de boca dejó entre algunos “ipecos” la forma en que se diseñó la agenda del gober Humberto Moreira para una visita a Torreón el jueves. Dos eventos importantes para la economía regional tuvieron lugar ese día: por un lado la exposición Laguna Exporta, organizada por Canacintra, y por el otro la firma del convenio “Ports to Plains”, que tiene el objetivo de conectar a Coahuila con Estados Unidos y Canadá y es impulsado por el bien peinado Carlos Román Cepeda (quien, por cierto, estuvo muy bien peinado en la boda del hijo de Carlos Slim). El problema fue que ambos eventos fueron agendados a la misma hora, por lo que el gober sólo tuvo chance de asistir al evento de “Ports to Plains” y tuvo que mandar un representante con los canacintros, que son muy sentidos. Nuestros subagentes comentan que el empalme se orquestó a propósito en la peronera capital nomás por fastidiar y por ahí apuntan a que el subsecretario de Pymes del Gobierno del Estado, Luis Cuerda, se quería cobrar algunas cuentas pendientes con la IP lagunera. ¿Será?
