En el peor momento le cayó al senador y primer compadre Guillermo Anaya el reportaje de la revista Proceso con las declaraciones que el capo Sergio Villarreal Barragán, “El Grande”, habría dado a la PGR sobre su presencia en el bautizo de la hija de don Memo. El chisme llevaba más de tres años circulando a pesar de las negativas del senador, pero ahora “El Grande” le habría puesto más sabor al caldo afirmando que en el evento don Memo le presentó al entonces presidente electo, Felipe Calderón, y que ambos se pusieron a sus mutuas órdenes. Las declaraciones resultaron explosivas, sobre todo a la luz del arranque de la campaña de don Memo a la gubernatura de Coahuila, disfrazada de informe de actividades legislativas. Sobra decir que el reportaje causó algarabía en el círculo cercano al gober Humberto Moreira y al hermano cómodo Rubén Moreira.
La raja electoral para el PRI de Coahuila es evidente, pues aporta apetitosos elementos para la campaña sin que don Humberto o don Rubén tengan que entrar a la polémica, cosa que hasta ahora han evitado. De hecho, la plana mayor del PRI coahuilense se ha abstenido de opinar, aunque algunos priistas notables no dejaron pasar la oportunidad de promover la nota en sus cuentas de Twitter. Nuestros subagentes reportan que en el PAN no lo vieron como una casualidad, sino que sospechan que los tentáculos del clan Moreira llegaron hasta la revista para que la publicación coincidiera con la ofensiva mediática de don Memo (¿serían capaces de cosa tan fea?). El senador, por su parte, ya no haya cómo negar las acusaciones y se comenta que ya pidió al Procurador Arturo Chávez un desmentido público de los señalamientos del capo lagunero. Ahora el problema para el Procu es que si niega que “El Grande” no dijo lo que dicen que dijo se pondría en la posición de admitir que los testigos protegidos que usan para sustentar los procesos contra narcotraficantes son unos mentirosos. Por otra parte, nuestros subagentes anticipan que la reacción de la PGR dirá mucho sobre el nivel de influencia que tendría don Memo en el Gobierno Federal, pues una respuesta rápida sería señal de que el compadre todavía mueve los hilos, pero si se tardan, estarían sugiriendo que su suerte les tiene muy sin cuidado, de su compadre para abajo.
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Mientras se da este golpeteo, el PAN en Coahuila afina los últimos detalles de la alianza que postularía a Guillermo Anaya a la gubernatura de Coahuila el próximo año. El PAN iría en coalición con el PRD, Convergencia y la Unión Democrática Coahuilense para buscar repetir el éxito de las alianzas en Sinaloa, Puebla y Oaxaca. El PT se quedaría fuera debido a la aversión del verdadero jefe de ese partido, el “Peje” Andrés Manuel López Obrador, contra todo lo que esté pintado de blanco y azul, pero también porque el dirigente formal del PT, Alberto Anaya, es cuate del gober Humberto Moreira. El dato significativo de la coalición está en la entrada de la UDC, lo que confirma el rompimiento de ese membrete con el “Gobierno de la Gente”. Como se recordará, la UDC tuvo un rompimiento a raíz de la salida del profe Jesús Contreras Pacheco, que formó su Partido Primero Coahuila y lo puso al servicio de Rubén Moreira, de modo que el mando udecista recayó plenamente en el acuñense Evaristo Lenin Pérez. El PAN espera que la UDC sirva como su cabeza de playa en la zona norte del estado, pues el partido está fuerte en Acuña y Múzquiz. El PRD serviría para arrastrar votos en las regiones Centro y Carbonífera, aunque en varios municipios los cuadros perredistas ya fueron cooptados por el PRI. Y los de Convergencia nomás irían por hacer bola, pues su presencia en Coahuila es inexistente, pero como quiera van a ver qué rasguñan.
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Al que ya le pesa el cargo es al gober Humberto Moreira, quien adelantó su fecha de licencia para la primera quincena de diciembre. Nuestros subagentes habían reportado originalmente que don Humberto se separaría de la chamba hasta fin de año, pero ahora salió con que se va antes el día 15, eso sí, dejando su firma estampada en la nómina por la última quincena y el aguinaldo. El problema para don Humberto es que su campaña por la dirigencia nacional del PRI le absorbe demasiado tiempo y habría preferido adelantar la fecha. El gober se paseó estos días por el bello puerto de Veracruz en la reunión de la Conferencia Nacional de Gobernadores, donde ya repartió abrazos de despedida y salió muy contento porque el “Gavioto” Enrique Peña Nieto dijo que lo apoya para dirigir el PRI. Mañana el gober vendrá a Torreón para una gira sobre desarrollo económico pues en los últimos días de su gobierno busca un anuncio positivo para la región que ha sufrido una paliza a manos de la peronera capital en eso de atraer inversiones. Sobre el sucesor del gober Moreira todavía no ha trascendido nada definitivo, pero el nombre del secretario de Desarrollo Social, Jorge Torres, ya empezó a figurar en columnas de la prensa del DeEfe, lo que sugiere a nuestros subagentes que la cargada va por ahí. Estaremos pendientes.
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El alcalde Eduardo Olmos ya prepara los cambios en su equipo de trabajo, pero nuestros subagentes en la Presidencia Municipal aseguran que los movimientos no serán de magnitud sísmica para darle una urgente sacudida a la administración, sino que más bien será un “parto de los montes”. Hasta ahora se anticipa la salida del tesorero Pablo Chávez Rossique y del director de Medio Ambiente, Esteban Favela, aunque sólo este último se va porque no funcionó. Don Pablo dejará el cargo por voluntad propia, al parecer porque es el miembro más odiado de la administración con eso de que no suelta los billetes. El problema ahora para don Lalo es conseguir a un personaje con la experiencia y, sobre todo, la credibilidad necesarias para asumir el control de las finanzas sin que parezca que está entregando la chequera a su camarilla para que se despachen a gusto. Lo que sí es definitivo es que ninguno de los cuates-cuates del alcalde saldrá de la nómina, como los directores de Obras Públicas, Arturo Lozano, de Servicios Públicos, David Fernández, o de Desarrollo Social, Fernando López. (Por cierto, nuestros subagentes dicen que don Fernando ya trae una camioneta de lujo último modelo, por lo que salir ahorita del presupuesto le vendría muy mal). Otro que tampoco se va es el jefazo de Vialidad, Víctor Dabdoub a pesar de que, como reportan nuestros subagentes, se ocupa más de su negocio que del tránsito municipal. También se salvó el director de Atención Ciudadana, Armando Cobián, pues aunque saldrá de ese departamento, don Lalo le encontrará cobijo en otro lado, quizá en Radio Torreón, según los subagentes. A ver si, al igual que hizo en Atención, ahora la estación de radio no empieza a figurar entre las dependencias con más quejas del público por su ineficiencia.
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El que anda medio desaparecido en La Laguna es el gober de Durango, Jorge Herrera Caldera, y con él todo su gabinete. Don Jorge ya lleva más de dos meses sentado en la silla y hasta ahora no se ha visto ningún anuncio o proyecto importante para la Comarca. No sólo eso, sino que a su equipo de trabajo tampoco parece interesarle mucho lo que sucede aquí y en varias ocasiones han dejado plantados a “ipecos” locales en reuniones para discutir las necesidades de la región. Con eso de que don Jorge sólo puso a un lagunero en su gabinete, se entiende que al resto La Laguna le importe un comino. Lo que no se entiende es cómo el gober ha seguido la política del abandono aplicada por su antecesor, Ismael Hernández Deras, cuando fue esta región la que le dio los votos para llegar a cobrar en la sagrada nómina. Ni las gracias da, y por eso bien dicen que quien no ha hecho ingratos en el mundo, nunca practicó la caridad.
