La jefaza nacional del PRI, Beatriz Paredes, trae finto al gober Humberto Moreira con el suspenso para sacar la convocatoria de renovación de la dirigencia del ex partidazo. Que ya pronto, que siempre no, que mejor hasta enero, es la danza que doña Beatriz ha bailado desde hace un mes y el gober, aunque bailarín habilidoso, no tiene más remedio que seguir apresurado el son que tocan en el cuartel de Insurgentes Norte allá en la capital, aunque no sea la música de su preferencia. De esta manera explican nuestros subagentes las diferentes fechas que don Humberto ha dado para su salida del Palacio Rosa. Primero, que sería a finales de diciembre, pero luego salió con que se iba el día 15 nomás cobrando la quincena y el aguinaldo, a raíz de indicios de que doña Beatriz ya iba a sacar la dichosa convocatoria.
Pero resultó que no y ahora la licencia del gober se volvió a posponer, otra vez para fines de diciembre, principios de enero o quizá más allá. Dicen los subagentes que la dirigente tricolor todavía no está muy convencida de que don Humberto sea la mejor carta para el PRI y le sigue haciendo la lucha para enfrentarlo con el líder de la CNOP, Emilio Gamboa, o con el secretario general del partido, Jesús Murillo. Mientras tanto, al gober Moreira ya le urge salir, sobre todo porque no le conviene que su salida se atraviese con la licencia del curuleco, “delfín” y hermano cómodo Rubén Moreira, que sería antes del cinco de enero, por aquello de que ese día empieza el registro de precandidatos a la gubernatura. Pero como doña Beatriz la sigue haciendo de emoción, tiene que aguantar vara, porque por lo pronto ella es la que marca los tiempos.
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La entrevista que el gober Humberto Moreira dio a esta casa editora tuvo resonancia en los corrillos políticos, especialmente en lo que dijo sobre su relación con el Gobierno Federal y el Presidente Felipe Calderón. De visita en la peronera capital, el aspirino a dirigir el PAN, Francisco Ramírez Acuña le reclamó al gober que le endose la responsabilidad de la lucha contra el crimen a la Federación y afirmó que don Humberto no debe quejarse porque su gobierno ha recibido recursos millonarios en materia de seguridad. Incluso, don Francisco, que fue el primer secretario de Gobernación del sexenio, dijo que fueron los gobernadores los que pidieron a don Felipe que le entrara a la guerra contra el narcotráfico, por lo que prácticamente le estaba diciendo al gober que no se hiciera “pato”. Por otra parte, las malas lenguas empezaron a preguntarse a quién se refería don Humberto cuando hablaba de gente “perversa” y “sin escrúpulos” que están en el círculo cercano al “preciso” y que le contaminan su relación. Obviamente las miradas apuntaron al senador y primer compadre, Guillermo Anaya, aunque el gober no lo especificó. Otros especulan que podría tratarse del jefe de la Oficina de la Presidencia, Gerardo Ruiz Mateos, o del secretario de Educación, Alonso Lujambio, a quien don Humberto le dio una dura repasada. Las apuestas siguen abiertas y las patadas al día.
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Por cierto, hablando del senador Guillermo Anaya, su campaña rumbo a la gubernatura podría sufrir un tropezón ahora que la bancada del PRI en el Congreso de Coahuila piensa revivir el tema de las auditorías practicadas al Simas durante los años en que don Memo fue alcalde. Recientemente, el curuleco y líder del PRI en Torreón, Salvador Hernández Vélez, declaró que la auditoría que había encargado el Congreso desde 2006 todavía no es asunto cerrado y señaló que todavía queda por aclarar el destino de ochenta millones de pesillos, por lo que la Auditoría Superior del Estado retomará el asunto. La revisión de las cuentas del Simas fue encargada a un despacho externo que la terminó hace al menos dos años, pero desde entonces los resultados fueron guardados (como pistola en el cajón) quizá en espera de mejores tiempos para sacarla a la luz.
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Por cierto, el supuesto “Plan B” del PAN para la candidatura a gobernador del Estado ha andado muy activo estos días. Se trata del curuleco federal de Piedras Negras, Jesús Ramírez Rangel, quien también quiere hacerse notar. Don Chuy empezó a sacar publicidad en medios estatales para promover su informe de gestión legislativa, de la misma forma en que lo ha hecho el senador Guillermo Anaya. Para rematar, el legislador exigió la destitución de los consejeros electorales Manuel Gil Navarro y Jacinto Faya Viesca. A don Manuel lo acusa por la supuesta complicidad con el PRI en el nuevo trazo de los distritos electorales del Congreso local. Como se recordará, hace poco se reveló un intercambio entre don Manuel y el representante del tricolor ante el Instituto Electoral del Estado, Ramón Verduzco, que mostraba un “acuerdo” para armar la redistritación que fue favorable al PRI. Mientras tanto, don Jacinto es señalado por irregularidades durante su gestión como presidente del Instituto. Por supuesto que la exigencia de don Chuy es como hablarle a la pared y él lo sabe. La pregunta es, ¿por qué anda tan movido?
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Nuestros subagentes en el Simas reportan que siguen las “travesuras” de parte de algunos funcionarios con contratistas de la empresa a los que cobran jugosas “comisiones” por obras realizadas. Las sospechas siguen apuntando a la Contraloría que comanda Mario Cepeda. Según las huestes del alcalde Eduardo Olmos, don Mario es inocente y no tiene nada que ver y señalan que son algunos subordinados que andan de oficiosos y se están mandando con los constructores, a los que cobran cuotas no sólo por contratos con esta administración, sino también por los pagos que quedaron pendientes de la pasada. En los pasillos del Simas se dice que los funcionarios hasta piden “moches” de veinte mil pesillos para sacar el “chivo” de la semana. Aún si esto es cierto, nuestros subagentes se preguntan que si don Mario es una blanca paloma, como insisten en la Presidencia, ¿por qué mantiene a los subordinados que según esto son los responsables? ¿O será que en Simas también se aplica el “tequiliú” por escalafón?
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En la ronda de cambios que planea el alcalde Eduardo Olmos en su equipo de trabajo ya se anotó otro nombre. Se trata del secretario del Ayuntamiento, Miguel Mery. Dicen nuestros subagentes que el curuleco y aspirino a la gubernatura Rubén Moreira pidió (antes se decía ordenó) al Alcalde la salida de don Miguel porque es un cuadro que no le conviene políticamente para el próximo proceso electoral. Se comenta que el secretario del Ayuntamiento ha estado muy expuesto con algunos escándalos dentro de la administración, como fue la compra de terrenos para la Gran Plaza. Sin embargo, la exposición de don Miguel se debe a que también ha tenido que sacar a directores municipales y al propio alcalde de incendios que ellos mismos provocan. Los subagentes comentan que el ex secretario de Gobierno y futuro jefazo del PRI estatal, Armando Luna, ya emprendió la defensa de don Miguel, quien es uno de sus principales operadores en Torreón.
