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VERDADES Y RUMORES

El Agente 007

Uno de los peores lastres que carga la administración del alcalde Eduardo Olmos es el de los “diezmos” convertidos en “veintiezmos” que funcionarios municipales cobran para dar contratos o agilizar trámites. Con eso de que la “cuota” requerida ya alcanza el veinte por ciento, cada vez más contratistas y proveedores del Municipio empiezan a manifestar su malestar y se dice que los mismos funcionarios ya están embarcando al mismo don Lalo para justificarse. Según nuestros subagentes, su pretexto para haber aumentado el “moche” es que dicen que el diez por ciento va para la alcancía del alcalde y entonces tienen que subir la cuota para que les quede para su “chivo” (y para la cuesta de enero que se avecina) El descaro con el que algunos funcionarios han hecho esta “confesión” es inusitado pero ellos lo ven como protección pues así pasan la bolita más arriba.

Si don Lalo no está enterado de esta situación, pues aquí se le avisa, y si ya está enterado entonces no hay manera de explicar por qué sigue sucediendo esto. Como se sabe, el Simas era uno de los lugares donde más travesuras de este tipo se hacen y se dice que el alcalde tomó cartas en el asunto para despedir a los subordinados del contralor Mario Cepeda que se estaban pasando de vivos. Sin embargo, los subagentes comentan que al menos uno de estos funcionarios, en lugar de ser castigado, fue premiado con la contraloría de la delegación de la Comisión Estatal de Aguas y Saneamiento, donde también truenan los chicharrones de don Mario. El Ceas no es un botín tan jugoso como el Simas, pero tiene de dónde agarrar pues maneja la red de agua de numerosos fraccionamientos nuevos en el norte y oriente de Torreón. De esta forma, la camarilla va a tener una buena Navidad.

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Otro lugar donde crecen las sospechas es en la dirección de Urbanismo, donde nuestros subagentes reportan que los muchachos de Miguel Algara siguen haciendo de las suyas. Ya se había reportado el caso de una “mordida” a una constructora para arreglar una relotificación y a raíz de eso circularon comentarios sobre otros casos, como el de una cadena de supermercados a la que se le exigió dinero para arreglar el uso de suelo de una tienda que tenían proyectada. Siete meses se tardaron en arreglar el asunto ante la negativa de la empresa a prestarse a la corruptela. Lo más preocupante es que por andarse pasando de listos, los funcionarios se dan el lujo de atorar inversiones. A ver si el alcalde le echa un ojo a esta situación porque a un año de su gobierno, parece que la prioridad no es el rescate de la ciudad, sino el de los burócratas.

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El viernes pasado se fugaron 151 reos del penal estatal de Nuevo Laredo. El sábado siguiente, ¿dónde cree que andaba el gober de Tamaulipas, Eugenio Hernández? ¿En reuniones con su gabinete de seguridad para darle seguimiento a la fuga? ¿Armando un plan para reforzar la seguridad ante el regreso de tanto malandro a la calle? ¿Evaluando la situación de las cárceles tamaulipecas? Por supuesto que no, pues eso hubiera requerido mucho trabajo. Por el contrario, don Eugenio se dejó venir a Torreón junto con su esposa, de origen lagunero, para acompañar a sus colegas Humberto Moreira y Enrique Peña Nieto, así como un puñado de grillos priistas en un agradable convivio social. La fiesta privada incluyó al jefazo de los diputados del PRI, Francisco Rojas, y hasta el líder de la CNOP, Emilio Gamboa, quien le peleó la dirigencia del partido a don Humberto, por lo que la convivencia el fin de semana fue una especie de “operación cicatriz”. Don Enrique se trajo a su flamante esposa, Angélica “La Gaviota” Rivero, y también cargó con el curuleco mexiquense Luis Videgaray, quien se menciona como uno de los posibles “delfines” del “gavioto”. La conversación fue amena y las viandas abundantes. En un ambiente tan relajado, claro que uno de los más contentos era don Eugenio, a quien no debió parecerle tan grave la fuga de reos si consideró conveniente desafanarse un rato del Estado. Don Eugenio entregará la gubernatura a fin de mes, pero como desde hace años en realidad entregó el poder estatal al crimen organizado, tenía tiempo se sobra para pasearse en La Laguna.

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El ninguneo que las huestes del alcalde Eduardo Olmos le hacen a los regidores del PAN ya alcanza un nivel en el que se llevan entre las patas asuntos importantes para la ciudadanía. Por un lado, los regidores del PRI desairaron por segunda vez la sesión de la Comisión de Gobernación que discutiría la iniciativa de Rodolfo Walss para meter en cintura a los regidores en sus finanzas y sus horarios de trabajo. Por algo será que los ediles no quieren entrar en cintura, pero ése es otro tema. En otro caso, la administración optó por darle la vuelta al engorroso regidor Marcelo Torres, que preside la Comisión de Servicios Públicos, para abrir el nuevo contrato con PASA por el servicio de limpieza. Y es que don Marcelo amenazaba con iniciar una discusión del contrato, enrolando a expertos para que expresaran opiniones, cosa que no fue del agrado del secretario del Ayuntamiento, Miguel Mery. Fue así como don Miguel turnó el asunto a las comisiones de Hacienda y Gobernación, presididas por los priistas Rodrigo Fuentes y José Ganem, quienes serían más razonables y comedidos a la idea de darle “fast-track” al contrato, de preferencia antes de que termine la semana. De esta forma, es posible que cuando la ciudadanía conozca los detalles del nuevo contrato, el documento ya estará cocinado. Está bien que los panistas les caigan gordos, pero hay asuntos que no pueden dejarse a los caprichos partidistas.

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Y hablando de panistas, el Embajador en España, Jorge Zermeño, se encuentra de vacaciones en Torreón, donde no ha perdido oportunidad de soltar opiniones en temas que van de la relación con la Madre Patria o la situación del país, hasta el panorama electoral que enfrenta el PAN en 2011. Don Jorge parece muy a gusto en su oficina de la Carrera de San Jerónimo allá en Madrid, pero su ciclo como diplomático probablemente terminará el próximo año. Por lo pronto, el ex alcalde y ex candidato a gobernador mantiene un buen cartel en la ciudad, que seguramente buscará explotar a su debido tiempo. Nuestros subagentes han observado que hasta lideresas del PRI quieren tomarse la foto con don Jorge cuando se lo han topado en algún café. Por lo pronto, el que quiere hacer sus pininos en la política electoral es su hijo, Alfonso, quien suena para una diputación el año próximo.

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Después de mucho batallar, con eso las nuevas tecnologías, nuestros subagentes ya consiguieron fusibles y bulbos para acondicionar a la “Pony”, quien la semana que entra empezará a emitir sus tradicionales calificaciones. Por lo pronto, la supercomputadora se encuentra escondida y resguardada, por aquello de la ola de robos.

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