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VIGILAN AÑO NUEVO

Policías municipales recibieron el año en la subdelegación sur

Sin emergencias. Hasta las 12:30 de la noche no se presentó ninguna emergencia grave en el sector sur de la ciudad, sólo llamados de situaciones menores.

Sin emergencias. Hasta las 12:30 de la noche no se presentó ninguna emergencia grave en el sector sur de la ciudad, sólo llamados de situaciones menores.

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Mientras que muchos ciudadanos de Torreón preparaban las 12 uvas, la sidra, los tamales y todos aquellos rituales necesarios para darle la bienvenida al año nuevo y despedir al que dejó crisis, deudas y satisfacciones, los agentes de la Policía Municipal del segundo turno abrochaban sus chamarras y equipaban sus patrullas para vigilar que la celebración de otros estuviera en paz.

Sin mucho festejo

Lejos de ser los héroes de los programas de televisión y con el estigma de una mala imagen frente a la ciudadanía, los miembros de la Policía Municipal que pertenecen a la subdelegación del sur, y que trabajaron el pasado 31 de diciembre en el turno de la noche, también son padres de familia, esposos, hijos, hermanos y vecinos, para quienes festejar el año nuevo era algo tradicional antes de ser policías. Sobre la calle de los Sarapes de la colonia Rincón de la Merced, donde está ubicada la subdelegación de la Policía inaugurada el año pasado, los equipos de sonido adquirieron mayor vitalidad después de las 10:00 de la noche. Algunos ritmos norteños, de reguetón y cumbia, que provenían de las casas del vecindario, se mezclaban al interior del cuartel con el sonido de los radios de las patrullas que reportaban total tranquilidad, a excepción de percances menores, producto del alcohol y la pólvora.

El turno

Más de 50 elementos de la corporación que dieron parte a las 8:00 de la noche para recibir su turno, partieron a patrullar la zona sur de Torreón. Equipados con las herramientas de trabajo (chalecos, armas, radios y patrullas) buscaron desde el inicio vencer uno de los principales problemas, el frío; la temperatura descendía conforme avanzaba la noche y agonizaba el año.

Policía por vocación

Para el agente encargado de la garita de la subdelegación, quien este 2010 cumplirá 30 años ininterrumpidos como miembro de la Policía Municipal, iniciar el año trabajando siempre es mejor; por lo que esta fecha, lejos de producir la nostalgia de no estar en la cena familiar de su casa o compartiendo con los amigos y vecinos, le confirma su vocación de policía.

"Con los años en la corporación uno aprende muchas cosas; por ejemplo, casi siempre se celebra la Navidad o el año nuevo en la noche y yo lo que he aprendido es a pasar la mayor parte del día con mi familia, estar con ellos y compartir, para cuando salga de la casa que ellos se queden tranquilos y festejen en paz", comentó el agente quien dentro de la institución ha pasado por varios lugares de trabajo en casi tres décadas.

Como humanos

Más allá del significado de la fecha, el paso acelerado de los automóviles que pasaban frente a la edificación a prisa y el molesto ruido de los cohetes, las palomitas y los juegos artificiales que sonaban en toda la colonia produciendo desconcierto, los agentes dejaban ver su lado humano y así reconocían que el temor es algo que no se puede guardar en el último rincón de un mueble viejo.

"Siempre existe el temor y sobre el temor que siente uno y sienten los patrulleros que están afuera o los compañeros que se encuentran detrás de un teléfono (066), uno tiene que estar más alerta, con más atención a las cosas, sobre todo porque en noches como esta, la celebración se hace con mucho ruido".

A pocos minutos de la llegada del nuevo año, el agente de la garita reacomoda el fusil de largo alcance que lleva sobre su hombro y se prepara para realizar su celebración de año nuevo, que será el abrazo con su compañero más cercano y la llamada de su familia, que como hace casi 30 años siempre se acuerdan que uno de sus miembros escogió como profesión ser policía.

El orgullo del uniforme

Aun cuando el agente encargado de administrar el banco de armas recibió el 2010 en un cuarto al interior de la subdelegación, donde además de una puerta de acero hay una reja con varias chapas y candados, porta su uniforme completo, impecable y con todos los accesorios que puede necesitar un elemento de la policía en servicio.

"Para mí, el uniforme es una gran responsabilidad, me siento muy orgulloso de ser policía y la manera en la que lo demuestro es tratando de hacer bien mi trabajo, creo que la imagen es algo fundamental dentro de la corporación", comentó el agente que lleva seis años trabajando en la institución municipal y tiene como meta terminar este 2010 la preparatoria porque, según dice, aspira a ser una carrera como policía.

Muchas bendiciones de su esposa y de sus tres hijos, fueron entregadas simbólicamente al agente que como sus otros 50 compañeros de turno recibirán el año trabajando, ya que como le dijo su esposa a manera de broma, se iban a ver hasta el siguiente año.

Brindan tranquilidad

Una de las estrategias que este agente ha practicado para que sus hijos entiendan porqué su papa no pasa con ellos estas significativas fechas, es hablarles de la importancia que tiene la Policía en la comunidad y la importancia del trabajo del que se siente sumamente orgulloso.

"A medida que van pasando los minutos y se acercan las 12:00 si se siente un poquito de nostalgia, porque uno quisiera estar con su familia, pero también estar acá se siente 'padre', porque uno sabe que su trabajo ayuda a que las demás familias, incluso la de uno, puedan festejar el año nuevo o la Navidad con tranquilidad", dice.

La medianoche

Entre la música de los aparatos de sonido de los vecinos, la tensión de las explosiones de los juegos artificiales y los reportes de las patrullas que se escuchaban en la radio, el 2009 fue agonizando hasta decir adiós.

Ni siquiera los muros del edificio, carentes de algún tipo de adorno navideño y con la dureza que caracteriza el oficio de la Policía, impidieron ese extraño vacío que causa entre las personas el campaneo que anuncia la llegada del año se hiciera presente en la subdelegación.

Algunos abrazos entre los uniformados y la tecnología que a través de un celular les acercaba los buenos deseos de amigos y familiares cambió por instantes la imagen de los uniformados, que además de la imagen positiva o negativa que puedan tener, dejaron ver que además de policías, son seres humanos, ciudadanos y laguneros.

Según la experiencia de los agentes, pasadas las 12:00 de la noche les esperaba un lapso de tranquilidad, porque entre las 2:00 y las 6:00 de la mañana, según las experiencias de otros años, es cuando se incrementan el número de accidentes, las llamadas por violencia, riñas y otro tipo de emergencias, que por lo general son menores.

Hasta las 12:30 de la noche no se escuchó ningún tipo reporte o de emergencia grave en la subdelagación sur de la Policía Municipal de Torreón. Lo único que se incrementó sobre la calle del Sarape fue el sonido de las cumbias y las canciones norteñas, ya que algunos vecinos sacaron a la ventana las bocinas de sus aparatos, lo que dejó ver el inicio de un 2010 para unos de alegría y fiesta, mientras que para los elementos policiales, de frío y vigilia.

Mientras los laguneros festejaban la llegada de 2010, los agentes se mantuvieron atentos

50

 AGENTES

Municipales son los encargados del turno de la noche en la subdelegación sur.

 NÚMEROS

25

 PATRULLAS

Recorren la zona para prestar vigilancia y atender las emergencias del 066.

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