De 2007 a la fecha, 350 agentes del Instituto Nacional de Migración (INM) han sido cesados por sospechas de estar ligados al crimen organizado, 26 están bajo proceso penal y 4 cumplen una sentencia.
Entre los delitos de los que han sido acusados están los de tráfico de indocumentados, delincuencia organizada, extorsión y corrupción.
En el mismo periodo, al menos tres agentes, dos de ellos basados en Cancún y uno en Tijuana, han sido asesinados al estilo de los cárteles del narcotráfico.
Actualmente el INM cuenta con 2 mil 200 agentes.
Jorge Santibáñez, especialista en migración y ex director del Colegio de la Frontera Norte, afirmó que ante el poder que tiene el crimen organizado en la zonas donde los agentes operan éstos sólo tienen cuatro opciones: colaborar con los delincuentes, hacerse de la "vista gorda", dejar la localidad o arriesgar la vida.
"Lo que vive un delegado o un agente de migración en las comunidades son prácticamente infiernos y por eso acaban prestándose", relató.
De acuerdo con Santibáñez, los agentes no tienen la capacidad ni la fortaleza institucional para hacer frente a las organizaciones criminales.
La ex comisionada Cecilia Romero aseguró que en su gestión se realizó un esfuerzo por combatir la corrupción en el Instituto, el cual derivó en la destitución de cientos de agentes y la presentación de denuncias penales.
Agregó que en junio se puso en marcha un Centro de Control de Confianza que evaluará a todo el personal.
Romero dejó el instituto el pasado 14 de septiembre, tres semanas después del asesinato de 72 indocumentados de diversos países en San Fernando, Tamaulipas, a manos del crimen organizado.
