Recomenzar. Marisela decidió volver con su esposo, pero condicionada a una vida sin golpes. EL SIGLO DE TORREÓN / PRIMITIVO GONZÁLEZ
Marisela tenía 14 años, estudiaba la secundaria cuando conoció a un muchacho de 23 años -"Manuel"-, quien comenzó a enamorarla y ella aceptó salir con él. Pensaba que era el gran amor de su vida y además, él no tomaba ni se drogaba, es albañil y muy trabajador.
Manuel le decía quererla mucho y la convenció de vivir en unión libre... y adiós escuela, pero además, resultó un hombre muy violento y golpeador.
Marisela acude a las instalaciones del PAIDEA (Programa de Atención Integral del Embarazo en Adolescentes), dependiente del DIF Municipal de Lerdo, donde se le ofrece orientación psicológica y apoyo para reforzar su autoestima.
VIOLENCIA
Pronto se dio cuenta Marisela que Manuel no era el mismo en la casa que cuando andaban de novios, pues traía los traumas de sus padres y los sacó a flote con su pareja, que comenzó a sufrir las consecuencias; la golpeaba por por todo y por nada.
La pareja de Marisela ganaba 600 pesos como albañil, le daba 500 para la comida y se quedaba con 100 para sus gastos, pero él se enojaba porque a ella se le acababa pronto el dinero. "Si te quedaron 50 pesos de la feria del mandado, ¿en qué te los gastaste?", le gritaba furioso su pareja y comenzaba a golpearla.
Ellos vivían en casa de los padres de Manuel y del maltrato que sufría Marisela se daba cuenta la mamá del joven, pero no hacía nada por intervenir, pues su suegra creía que era normal que le pegara, ya que su esposo también le pegaba a ella.
DE VUELTA A CASA
Marisela se hartó de los golpes que se repetían cuando menos una vez por semana. En dos ocasiones le dejó los ojos morados. Luego de tres meses se regresó a casa de un hermano y su cuñada, pero al poco tiempo su pareja comenzó a buscarla otra vez, le dijo que la quería mucho y que si no regresaba con él, se quitaría la vida, pues ya no tenía sentido sin ella.
A tanta insistencia... ella volvió con él, pero como novios un tiempo para comprobar si era cierto que había cambiado.
"A veces se enoja y le pega a la pared, porque ya le dije que si me vuelve a pegar, ese día me voy y para siempre. Está contento con nuestra niña que va a nacer los últimos de este mes y ojalá que todo sea para bien".
Marisela ha recuperado su autoestima y pese a su edad, se siente más segura de sus decisiones. Ella está de vuelta con Manuel, pero muy consciente que no permitirá un golpe más y decidió darse una segunda oportunidad con su esposo.
Si hay jovencitas embarazadas y que sientan que necesitan ayuda de cualquier tipo u orientación, ya sea psicológica o legal, pueden acudir a las instalaciones del PAIDEA, ubicadas sobre la avenida Aquiles Serdán, frente al Club de Leones, de Ciudad Lerdo.