La violencia en La Laguna ha alcanzado niveles hasta hace no mucho tiempo impensables. Mientras las autoridades se han mostrado incapaces de frenar la creciente ola de inseguridad, la mayoría de la ciudadanía se debate entre la impotencia, el temor y la indignación. La desarticulación de gobierno y sociedad es la marca de los tiempos hoy en La Laguna.
En los últimos meses, los pobladores de la región han atestiguado dos masacres en bares, y otra, la más reciente, en una quinta en donde se celebraba una fiesta en Torreón. En estos tres lamentables acontecimientos han fallecido 36 personas, en su mayoría jóvenes que sólo estaban divirtiéndose. A lo anterior hay que sumar el asesinato de diez internos de un centro de rehabilitación a plena luz del día en Gómez Palacio.
Homicidios, balaceras y robos violentos tristemente se han convertido en parte de la vida cotidiana de la región, en donde no ser víctima de la delincuencia es ya una cuestión de suerte. La inseguridad ha tocado las puertas de todos los hogares. Quienes hasta hoy han tenido la fortuna de no ser víctimas de ella, ven a su alrededor cómo el cerco va cerrándose cada vez que escuchan de la desgracia de un conocido, un compañero de trabajo, un amigo o un familiar.
Lo más lamentable de esta situación es que no se ve para cuándo pueda acabar. El abandono del Gobierno Federal hacia la región, que se evidencia por la ausencia de policías federales desde hace meses; la incapacidad de los gobiernos estatales de Durango y Coahuila para hacer frente a la ola de violencia, que se refleja en el imparable índice delictivo, y la inoperancia de los ayuntamientos, agudizada en el caso de Torreón por la falta de policías municipales, impiden esbozar siquiera un panorama menos desalentador. Lo que se ha visto mes con mes es el ascenso de un peldaño más en esta escalada de violencia que no parece tener fin.
¿Hasta cuándo las autoridades se decidirán a actuar con firmeza frente al crimen? ¿Hasta cuándo la sociedad podrá organizarse para recuperar los espacios que la delincuencia le ha arrebatado? Ojalá que cuando se decidan a actuar no sea demasiado tarde.