"La violencia es el último refugio del incompetente."
Isaac Asimov
Los miembros del SME han optado ya por emprender acciones de confrontación violenta que podrían llevar a una escalada en el conflicto surgido por la liquidación de Luz y Fuerza del Centro.
Este pasado 3 de enero un grupo de alrededor de 150 activistas del SME agredieron a unos trabajadores que salían de una subestación en el municipio mexiquense de Teotihuacan, en el kilómetro 25.5 de la carretera México-Tulancingo. En el enfrentamiento fueron lesionadas seis personas, entre ellas un camarógrafo de TV Azteca (empresa con la que colaboro) quien fue golpeado y perseguido hasta su auto, el cual fue apedreado.
Fernando Amezcua, vocero del SME, me dijo ayer en una entrevista telefónica que los medios han informado mal sobre lo ocurrido. Para empezar, me dice, los agredidos fueron los militantes del SME y no los trabajadores que salían de la subestación (curioso que todos los lesionados hayan sido parte del grupo agresor).
Los trabajadores que salían de la subestación no pertenecían, continúa Amezcua, a la Comisión Federal de Electricidad, sino que eran empleados de empresas privadas que de manera ilegal se han hecho cargo de los trabajos que realizaba Luz y Fuerza del Centro (suponiendo que lo sean, ¿será más legal golpear a trabajadores de empresas privadas que a los de la CFE?). En cuanto al camarógrafo de TV Azteca, habrá que hacer una investigación para ver quién realmente lo agredió.
La información disponible públicamente sugiere un panorama distinto. El contingente del sindicato parece haber llegado a las instalaciones con el propósito de agredir a los trabajadores. Esto lo ratifica el propio Amezcua cuando afirma que el SME no permitirá que trabajadores ajenos sigan entrando "de manera ilegal" a instalaciones de Luz y Fuerza del Centro a retirar bienes que pertenecen a la empresa o a los trabajadores.
Hasta el momento en que escribo esta columna no hay información acerca de que se haya detenido a alguien por las lesiones que sufrieron estas seis personas. Si las cosas se desarrollan conforme a la costumbre en México, nunca habrá sanción. En los casos de delitos cometidos por razones políticas, las autoridades han preferido siempre tratar de calmar las cosas antes que tomar medidas judiciales contra los responsables.
En algunas ocasiones esta actitud de cautela le ha dado buenos resultados al Gobierno ya que los movimientos sociales o políticos han perdido su fuerza. Las víctimas de las agresiones deben quedarse con su golpe o con su muerte. Nadie se acuerda ya, por ejemplo, de los policías indígenas ejecutados por el EZLN en los primeros días de enero de 1994. En otros casos, sin embargo, la violencia escala hasta que se vuelve inevitable recurrir a una intervención masiva de la fuerza pública, como ocurrió en la Oaxaca tomada por la APPO en 2006.
La violencia como táctica suele funcionar por la debilidad del Estado mexicano. Los bloqueos de carreteras y retenciones ilegales de funcionarios públicos llevaron al presidente Vicente Fox a cancelar la construcción del aeropuerto de Texcoco en 2002. No parece, sin embargo, que el actual presidente Felipe Calderón pueda ya cancelar la liquidación de Luz y Fuerza del Centro. En consecuencia la violencia puede escalar. Algunos grupos políticos piensan, después de todo, que si promueven actos de violencia podrán provocar una nueva revolución armada, como las de 1810 y 1910, que les dé el poder.
De las principales acciones que cotizan en la Bolsa Mexicana, ¿cuál cree usted que tuvo la mayor alza en 2009? Comercial Mexicana, pese a su deuda por derivados, ya que registró un avance de 268.79 por ciento. El segundo lugar lo ocupó Grupo México, con 248.51 por ciento, a pesar de su ya eterna huelga en Cananea. En tercer lugar quedó Alfa con un alza de 224.20 por ciento. El peor desempeño fue de Telmex, que registró una caída de 23.62 por ciento.