¿Por qué somos tan necesarios los unos a los otros, si sabemos que somos igualmente diferentes, que no existe un humano igual a otro? ¿Por qué no podemos vivir con nuestra individualidad?
Podemos amar y ser amados, pero el odio, la envidia, el rencor y el desprecio son más fuertes que una caricia, la comprensión y la ternura. Si la apatía y la depresión nos domina estamos perdidos; nuestra mente es el arma más poderosa que tenemos, si la sabemos usar a nuestro favor todo será bueno, nuestra salud y paz de espíritu se reflejarán en todos aquéllos que nos rodean-las ideas positivas generan beneficios, así como lo negativo de nuestros pensamientos traerá lo malo y algo desagradable nos puede suceder. Por ello desechemos siempre ese negro pensamiento que nos atormenta, no dejemos que la depresión se instale en nuestra alma, porque ella nos puede llevar hasta la autodestrucción. Nadie nos puede hacer tanto daño como nosotros mismos. Luchemos con la apatía y el miedo que nos invade. El empleo adecuado del pensamiento, puede sino hasta restaurar la propia salud. ¡Todo lo que necesitamos es el valor de ser y realizarnos con capacidad para captar todo lo buenos y noble que nos rodea!
