La ansiedad es una somatización descontrolada; el individuo se descontrola y empieza a variar la función orgánica de su cuerpo, produciendo: hiperventilación, inquietud fatiga precoz, dificultad para concentrarse, irritabilidad, tensión muscular, trastornos del sueño, etc.
Los adultos con trastornos de ansiedad generalizada acostumbran a preocuparse excesivamente por las circunstancias normales de la vida diaria.
Los niños tienden a preocuparse demasiado por su rendimiento escolar o la calidad de sus actuaciones.
Durante el curso del trastorno, el centro de las preocupaciones puede trasladarse de un objeto o una situación a otro, y en algunos casos, aparecen las fobias. También pueden aparecer los trastornos de emotividad. Se trata de una emoción plena, donde el paciente pierde interés sobre todo lo que le rodea. La ansiedad se encuentra asociada a cuadros orgánicos y enfermedades y traumatismos diversos. Es por esto que la angustia a pesar de ser algo psíquico tiene una estricta relación con lo biológico y se manifiesta a través de las somatizaciones, causando en alguna parte del cuerpo padece de trastornos biológicos.