Volar en México, un lujo mayor
¿Sabía que el costo por kilómetro en un vuelo de Torreón a Chihuahua es más caro que si el viaje fuera a Madrid? Incluso el segundo seguiría siendo más barato aunque el avión hiciera escala en una ciudad de Estados Unidos. Si alguna vez se ha preguntado por qué volar en México es un lujo, este artículo es de su interés.
El mercado del transporte es uno de los más complejos en términos financieros. Su funcionamiento es utilizado para explicar muchos de los fenómenos del campo de la microeconomía, en donde destacan la formación de precios, la conformación de la oferta y demanda, y el comportamiento del consumidor, entre otros puntos. Pero ¿qué elementos intervienen a la hora de establecer el importe de un boleto de avión? ¿Por qué resulta más caro viajar a Europa directamente desde México que haciendo escala en Estados Unidos? Y ¿por qué en otros países volar es parte de la cotidianidad, mientras que en nuestra nación representa un lujo?
Habría que partir por considerar que las decisiones macroeconómicas de los gobiernos tienen un impacto directo en los mercados aéreo, terrestre y marítimo. Es así que un incremento en el valor de los energéticos (combustibles) influye directamente al sector transporte, y lo mismo ocurre cuando hay alguna alteración en términos de política fiscal. Bajo esta perspectiva, la formación de precios en el ámbito de las líneas aéreas toma una importancia relevante. Asimismo, otros factores que determinan el costo de un boleto de avión son la infraestructura aeroportuaria, el nivel de competencia y las condiciones financieras de la población.
Es previsible que en una sociedad como la nuestra, donde la oferta se integra básicamente por dos empresas que están pasando por una etapa de privatización, el grado competitivo sea mínimo. De igual manera en un país como éste, en donde la gran infraestructura aeroportuaria se reduce a sólo seis grandes urbes, los destinos, los horarios y los aviones se limitan. Otro factor restrictivo es el bajo poder adquisitivo de los mexicanos. De acuerdo a datos del Instituto Mexicano del Seguro Social, el salario medio de cotización tuvo una contracción de 2.2 por ciento y se ubicó en 236 pesos diarios; esto quiere decir que el poder de compra disminuyó un 46 por ciento entre 2006 y 2009.
Así, haciendo un sondeo aleatorio entre los destinos nacionales, encontramos por ejemplo que en términos de monto por kilómetro las rutas Torreón-Monterrey y Torreón-Chihuahua, con 12.62 y 8.4 pesos respectivamente, resultan ser más caras que los vuelos Torreón-México y México Cancún, los cuales cuestan en promedio 2.3 pesos por kilómetro, lo anterior de acuerdo a la información que muestra Aeroméxico en su portal de Internet y a la distancia entre dichas ciudades. Igualmente, según la agencia Travel Network, en traslados internacionales resulta más oneroso desplazarse directamente de Monterrey a Madrid, que si se realiza el trayecto con una escala en Estados Unidos: en el primer caso el precio por kilómetro es de 5.6 pesos, mientras que volando Monterrey-Dallas-Madrid disminuye a 3.7 pesos.
Lo que nos diferencia del mercado de Estados Unidos es que el vecino del norte cuenta con una magnífica infraestructura aeroportuaria. Tan sólo en Texas hay 22 aeropuertos de primer nivel. Además existe una apertura total en la competencia entre las diversas aerolíneas, lo cual genera que los boletos se coticen a la baja. Finalmente, otro factor que contrae sus costos es la demanda, ya que el poder adquisitivo de los estadounidenses es superior al nuestro, por ello es común que viajen más en avión.
COMPETENCIA TERRESTRE
Una condición interesante en el ámbito de los viajes en México es que a menor distancia -mas no necesariamente corta-, la gente tiende a elegir un servicio o un vehículo terrestre. Por lo regular una persona que trabaja en La Laguna y necesita ir cada fin de semana a Chihuahua para ver a su familia, preferirá utilizar su auto en vez de volar, pues le resulta más económico. Se ingresa así en un círculo perjudicial para el movimiento aéreo, ya que esa elección contribuye a que el vuelo en cuestión tenga poca demanda y encarezca. El comportamiento cambia si el mismo individuo requiere trasladarse a Quintana Roo, de ahí que en vuelos con gran distancia de por medio haya más ventas, haciendo más accesible el costo por kilómetro -sin dejar de ser elevado.
Es bajo este esquema de pensamiento que las compañías nacionales trazan sus rutas, escalas y frecuencias. Para ellas el objetivo consiste en encontrar un punto óptimo que les genere rentabilidad. No obstante, si tomamos en cuenta que la competencia es mínima, dicho punto suele encontrarse fácilmente, ya que escasea quien ofrezca un precio menor.
ADIÓS A LAS LÍNEAS DE BAJO COSTO
A finales de 2005 empezó a surgir en nuestro país un segmento denominado low-cost (bajo costo), cuyo objetivo era ofrecer la posibilidad de volar a quienes no podían hacerlo. El cliente meta era la clase media, casi inexistente en México. En La Laguna este concepto se consolidó en 2007, cuando empresas como Alma de México, Click de Mexicana, Delta Airlines, VivaAerobus, American Tagle, Interjet y Volaris se encontraban en Torreón. Fue así como nuestra región, al igual que otras zonas de población mediana, empezó a contar con salidas a múltiples destinos y con mejores promociones. Pero la respuesta por parte del consumidor objetivo fue nula y al poco tiempo el viajero frecuente inclinó nuevamente su preferencia hacia las compañías que controlan el mercado.
Así, a pesar de que durante un periodo las líneas low-cost impulsaron una mayor competencia, no pudieron sostener su dinámica, primero por las limitantes que tenían en términos de infraestructura y después por las exigencias de calidad de la Secretaría de Comunicaciones y Transporte. Tal panorama provocó que quebraran y en menos de dos años detuvieran sus inversiones. Por otro lado, no hay que perder de vista que el fracaso total de este nicho comercial se acentúo a finales de 2008 y principios de 2009, periodo en el que se vivió la peor crisis económica global desde 1930.
NO SE QUEDE EN TIERRA
Si bien las condiciones económicas para volar en México no son las mejores, no se desanime. En ocasiones las empresas ofrecen promociones que permiten comprar boletos a verdaderos precios de ganga. Sólo es cuestión de que planee con anticipación sus viajes y esté atento a las ofertas, o simplemente que analice con detenimiento todas sus opciones. Acuda con un agente de viaje para que le ofrezca una asesoría y lo ayude a programar su viaje, buscando siempre obtener la mejor calidad al mejor costo.
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