Apoyo. El presidente de Brasil y la primera dama (rojo), acompañan a la candidata presidencial Dilma Rousseff (i), del PT.
Más de 135 millones de brasileños están convocados a las urnas hoy para elegir al sucesor del presidente Luiz Inácio Lula da Silva, el gobernante más popular de la historia reciente del país.
En busca de votos de indecisos, los principales candidatos salieron a la calle en los principales colegios electorales del país, los estados de Río de Janeiro, Minas Gerais y Sao Paulo, donde Lula participó de una caminata junto a su candidata, Dilma Rousseff, quien fuera su mano derecha en el Gobierno.
Rousseff, postulada por el Partido de los Trabajadores (PT) figura como favorita para ganar las elecciones, aunque no está claro si alcanzará el 50% más uno de los votos válidos, con lo que ganaría sin necesidad de llevar los comicios a un segundo turno el 31 de octubre.
Su principal rival es el ex gobernador de Sao Paulo, José Serra, del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), seguido por la ex ministra del Medio Ambiente, Marina Silva, del Partido Verde (PV). Ambos aparecen rezagados en las encuestas frente a Rousseff, pero podrían arrebatarle suficientes votos para forzar una segunda vuelta.
La aspirante del PT fue cautelosa sobre esa posibilidad.
"Nadie está preparando fiesta alguna" para después de la votación del domingo, declaró Rousseff a periodistas en la ciudad de Sao Bernardo do Campo, en la periferia industrial de Sao Paulo, donde acudió con Lula para realizar un recorrido a pie por las calles para hablar con votantes.
El presidente fue más animado y se atrevió a anticipar, al final de la caminada, que su candidata "tiene mucha posibilidad de ganar las elecciones en la primera vuelta".
La cercanía con el popular presidente explica en gran parte la fuerza que alcanzó Rousseff en las encuestas, pese a que nunca disputó una elección.
Lula y Rousseff recorrieron en un carro abierto cerca de tres kilómetros de la ciudad industrial, en la cual nació el PT, y promovieron otros candidatos del partido al Congreso.
No obstante, analistas políticos abrigan dudas sobre la posibilidad de que esa fuerza le alcance para definir la elección en el primer turno.
"Hace dos semanas yo estaba seguro de que Dilma ganaría en la primera ronda, ahora no estoy tan seguro. Creo que tiene buenas posibilidades, pero no estoy tan seguro", comentó el analista político Alexandre Barros, de la consultora de riesgo político Early Warning.
Amaury de Souza, de MCM Consultores, señaló que en el caso de una segunda vuelta, la ventaja de Rousseff es tan grande que difícilmente podrá ser alcanzada por Serra, quien le sigue en las encuestas.
"Un segundo turno enfrentará a Dilma y Serra, pero la diferencia entre los dos es muy grande para cerrarla en un período corto", comentó Souza sobre el plazo de cuatro semanas entre la primera y segunda vueltas.
En busca de ese segundo turno, Serra participó de un evento con minusválidos en el centro de la ciudad de Sao Paulo, desde donde tenía previsto trasladarse a la localidad vecina de Suzano para una caminada con votantes.
La candidata del Partido Verde, por su parte, se trasladó a Rio de Janerio, donde realizó un paseo en carro abierto por barrios populares, y para la tarde acudió a la ciudad histórica de Diamantina, en el estado de Minas Gerais, para una visita a la casa del fallecido ex presidente Juscelino Kubitschek.
Con o sin segundo turno, Lula consideró que Rousseff será la próxima presidenta de Brasil y que tendrá un Congreso más favorable del que él tuvo en sus dos mandatos desde 2003.
"Ella tendrá en el Congreso muchos más aliados de los que yo tuve, sobre todo en el Senado, donde nuestra expectativa de votación es muy buena", declaró Lula a periodistas tras el recorrido con la candidata del PT.