Soy una joven coahuilense preocupada por el rumbo de nuestro Estado e interesada en el desarrollo del mismo.
Hace meses los mexicanos presenciamos un fenómeno que viene a ser una burla más para nuestro país, a este fenómeno se le denominó “las juanitas”, es referente a un grupo de ocho diputadas federales que obtuvieron un puesto en las pasadas elecciones de 2009 y que al recibir el cargo, en el congreso federal, lo abandonaron para cederlo a un hombre.
Me llama la atención el caso de la coahuilense, la Lic. Hilda Flores Escalera, quien adquirió la diputación de forma plurinominal por la segunda circunscripción del Partido Revolucionario Institucional, y cedió su lugar a Noé Fernando Garza Flores, delegado del CEN del PRI en Coahuila.
Ella, entre sus diversas participaciones en la política, según muestra su currículum, perteneció al Organismo Nacional de Mujeres Priistas, el cual se supone tiene el “compromiso ético de abanderar las participaciones e intereses superiores de las mujeres mexicanas”. Pero ante este hecho (el de las juanitas), queda en duda si ese compromiso sobre mujeres, en este caso priistas, realmente lo ponen en práctica.
Se pretende que las mujeres que abandonaron su puesto y dejaron en un lugar a un hombre, fue solo para cumplir con la cuota de género.
Me gustaría saber el motivo por el que particularmente Flores Escalera abandonó su lugar como representante plurinominal por Coahuila. Creo que los coahuilenses merecemos una explicación ante este hecho.
¿Dónde queda el compromiso de su partido ante sus votantes, que se supone, tiene con la representación de la mujer?
¿Es esta la “Reconstrucción XXI” de la que tanto habla el PRI?
Ya que la licenciada Flores Escalera tiene un diplomado en Género y Políticas Públicas, ¿por qué no hace una política pública en donde la cuota de género sea respetada aún y con el abandono del puesto?
¿Se tienen que seguir “parchando” las leyes para que esto no suceda? ya que solo buscan lagunas en ellas para burlarlas y no se respetan los acuerdos.
Espero que estas mujeres den la cara ahora y no al momento de volver a pedir el voto, especialmente “la juanita coahuilense", esto con el fin de conocer su versión y corroborar o no, si fue en vano la lucha para que la mujer vote y sea votada en México, tema que por cierto, su partido tanto presume que fue un presidente salido de sus filas el que concedió este derecho.
Una gran lucha, que ahora queda en vergüenza por unas cuantas mujeres subordinadas. Las mujeres estamos preparadas para tener cualquier puesto público al igual que un hombre, durante muchos años se nos tachó de incapaces, de incompetentes, es momento de demostrar lo que podemos hacer.
Como ciudadanos, hombres y mujeres, debemos hacer conciencia que nuestra participación en la política va más allá de la simple acción de ir a votar.
Basta de este cinismo, los ciudadanos tenemos que poner un alto y exigir que nuestros representantes cumplan sus periodos como funcionarios públicos de principio a fin, dejemos de ser cómplices de este tipo de políticos que no merecemos.
